La revolución de los espacios de trabajo en la era post COVID

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Xavier Moreno (Ricoh)

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La creciente democratización del teletrabajo como consecuencia de la crisis del COVID-19 está suponiendo una auténtica revolución de nuestra forma de trabajar y, asociado a ello, un cambio de concepto en los espacios de trabajo. Ahora la oficina ya no es un lugar al que ir sino una forma de estar. Por decirlo de una manera simple, hemos pasado de la necesidad de ir presencialmente a la oficina para trabajar al hecho de ponernos en “modo trabajo” allí donde estemos. Y esto es posible gracias, principalmente, a las tecnologías de digitalización y automatización de procesos, colaboración y comunicación a distancia. 

Debemos sentirnos afortunados. Los trabajadores en activo tenemos ahora la opción real de trabajar en cualquier sitio, una libertad de la que ninguna de las generaciones anteriores había gozado. Esta libertad implica un cambio de paradigma caracterizado por una estructura de espacios de trabajo cada vez más descentralizada y un concepto de oficina digital y flexible que debe aportar la misma experiencia de uso profesional allí donde esté ubicada.

Lejos de ser una moda pasajera, el teletrabajo ha llegado para quedarse. El hogar está adquiriendo un papel protagonista como ámbito de desarrollo profesional. Según el nuevo estudio de IDC Research España, casi la mitad de las organizaciones tienen previsto mantener la política de trabajo flexible en la vuelta a la normalidad. Además, algunos países como Alemania ya trabajan en una nueva ley que contemple el derecho al teletrabajo cuando acabe esta crisis, con lo que las previsiones apuntan a que a finales de 2021 entre un 25% y un 30% de los empleados trabajarán desde casa varios días a la semana (Global Workplace Analytics).

 Ahora la oficina ya no es un lugar al que ir sino una forma de estar. Y esto es posible gracias a la digitalización y automatización de procesos 

Pero el protagonismo del teletrabajo no solo se apoya en la mejora de la conciliación con la vida personal. El reciente estudio de la consultora Global Workplace Analytics estima que las empresas pueden ahorrar hasta diez mil euros al año por cada empleado trabajando en remoto. Así que, además de los beneficios medioambientales, tener la oficina en casa comportará un ahorro económico para las empresas, un dinero que si se reinvierte para mejorar el espacio de trabajo en el hogar puede aumentar el bienestar y compromiso de los empleados. 

Por otra parte, está el nuevo rol que adquieren las oficinas corporativas como punto de encuentro, comunicación y socialización y elemento clave de la imagen de las organizaciones. Esto conlleva una reorganización hacia espacios más adecuados y equipados no solo para reuniones sino también para organizar conferencias y otros eventos corporativos centrados en la interacción en formato presencial con colaboradores internos y externos. 

En las oficinas las empresas tienen que poner en marcha, si no lo han hecho ya, medidas de seguridad, salud y control de aforo de los espacios, cuidando tanto los lugares de trabajo colectivos como los individuales. En este sentido, destacan las soluciones de reserva de espacios y las tecnologías touchless de impresión, colaboración, digitalización y automatización que funcionan mediante comandos de voz, cámaras, sensores y mediciones termográficas, entre otros. 

Tendrán cada vez más importancia los espacios compartidos, inspiracionales y de networking, lo que apoya la expansión del 'fenómeno coworking'

Por último, también tendrán cada vez más importancia los espacios compartidos, inspiracionales y de networking. De hecho, el fenómeno coworking continúa expandiéndose en España y según algunos estudios está previsto alcanzar hasta un 30% del mercado total de oficinas en 2030.

En este nuevo escenario, es totalmente imprescindible impulsar la digitalización de las empresas para asegurar el trabajo “anytime, anywhere”. Las organizaciones necesitan una infraestructura del lugar de trabajo digital para ofrecer una experiencia integrada y profesional de calidad al empleado allí donde esté; mejorar la seguridad de sus sistemas; implementar soluciones de colaboración integrales y democratizar el uso de sistemas de videoconferencias; y automatizar sus procesos de negocio. Todo ello es imprescindible que vaya acompañado de un cambio de cultura corporativa y hábitos digitales para toda la organización.

Ya estamos experimentando este gran cambio hacia el lugar de trabajo 100% digital que llevamos años anticipando. Ahora es el momento de abrazar esta oportunidad y seguir aprovechando todas las ventajas que nos brinda la tecnología para trabajar de forma flexible y segura.