Sin techo de cristal y sin 'suelo pegajoso'

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Marta Gracia

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La cuarta ola del feminismo ha llegado a todos los estratos de la sociedad. Desde las camareras de piso (autodenominadas las kellys) hasta la presidenta del banco más importante de España (Banco Santander), Ana Patricia Botín. Todas las que participan en este movimiento luchan por una sociedad igualitaria, en la que mujeres y hombres tengan las mismas oportunidades. También pelean porque a una mujer no se le juzgue por el hecho de serlo o que no se le penalice por la maternidad. 

El feminismo es un movimiento necesario para ello. Muchas empresas se han dado cuenta que desperdiciar el talento femenino es desperdiciar el talento del 50% de la población. Cada vez más mujeres ocupan puestos de responsabilidad en empresas y en consejos de administración. Todavía queda mucho camino por delante. El Código de Buen Gobierno de la Comisión Nacional del Mercado de Valores fijó el 2020 como el año en el que las empresas cotizadas tenían que llegar al 30% de presencia de mujeres en sus consejos. Están en el 27,63%. 

La cuarta ola feminista empezó por el tejado. Pero nunca es tarde para que el feminismo se convierta en el movimiento de todas.

El famoso techo de cristal. El feminismo no se debe quedar ahí. Ese techo hay que romperlo en pedazos, pero para poder hacerlo primero hay que tirar para acabar con el ‘suelo pegajoso’. Un término que no es tan conocido y que hace eco de los factores que describen la baja calidad del empleo femenino, la alta rotación laboral y la temporalidad de los contratos, que suelen recaer sobre ellas.

Las asociaciones feministas están trabajando en ello. España ha mejorado mucho en el último año y ha pasado a ocupar el octavo puesto en el ranking mundial de igualdad, según el Foro Económico Global. El nuevo Gobierno cuenta con un Ministerio exclusivamente para igualdad y es posible que se mejore en este aspecto. La cuarta ola feminista empezó por el tejado. Pero nunca es tarde para que el feminismo se convierta en el movimiento de todas.