TECNOLOGÍA

Blockchain: ¿qué es lo que falta para que termine de explotar todo su potencial?

Conocer al detalle en qué consiste la tecnología de cadena de bloques no es fácil. Por ello, hemos charlado con un experto en la materia. José Parra-Moyano, recientemente nombrado Assistant Professor en la Copenhagen Business School, nos acerca cuál es la idea que subyace detrás del blockchain y qué falta para que alcance su auge.

Conocer al detalle en qué consiste la tecnología de cadena de bloques no es fácil. Por ello, hemos charlado con un experto en la materia. José Parra-Moyano, recientemente nombrado Assistant Professor en la Copenhagen Business School

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Fran Leal

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Sin duda, uno de los términos que están más de moda en el ámbito tecnológico es el de blockchain. Pero, ¿sabemos exactamente en qué consiste o, por el contrario, nos resulta muy complicado de entender?

Para buena parte de la población, se trata de una tecnología ligada exclusivamente al mundo de las criptomonedas. En cambio, los campos en los que se está avanzando en su aplicación es enorme y comienza a ser una realidad en múltiples sectores, aunque aún falte para que alcance su verdadero impacto. Para conocer en detalle qué es el blockchain y su propia evolución, hemos charlado en profundidad con un experto en la materia, José Parra-Moyano, miembro del Consejo Asesor de Enzyme Advising Group y catedrático de Blockchain, que fue nombrado recientemente Assistant Professor de Blockchain y Digitalización en la Copenhagen Business School (CBS).

Un sistema de incentivos

Como decíamos, no toda la población comprende qué es realmente el blockchain, pero Parra-Moyano lo explica de un modo muy didáctico: “El blockchain es un sistema de incentivos que permite asegurar que todo el mundo se comporta de la forma que debe, incluso cuando nadie está mirando”. Así de fácil… y de complicado a la vez. En definitiva, se trata de una serie de reglas; eso sí, “escritas en código informático”.

Al ser una serie de reglas, obviamente existiría la opción de saltárselas, pero ahí radica la verdadera aportación de esta tecnología, que es que seguir las reglas “merece la pena, porque se obtienen recompensas”, apunta Parra-Moyano. Y esto, el sistema de incentivos, nos evita tener que estar vigilando que se cumplen las normas y “podemos fiarnos de que todo aquel que quiera recompensas, las está siguiendo”, afirma.

El mundo de las criptomonedas, como el bitcoin, ha demostrado cómo esta tecnología, además de aportar confianza, permite eliminar a los intermediarios. Y así nos lo cuenta el catedrático en la materia: “No necesitamos que el banco central acuñe y distribuya las divisas, ni que las pasarelas de pago realicen las transacciones. Podemos dejar que los ordenadores que siguen las reglas bitcoin acuñen y distribuyan los nuevos bitcoins tal como estipula la regla, y que los pares (ordenadores) intercambien las monedas entre sí, sin engañarse”, explica. Por tanto, a la fiabilidad, sumamos el adiós a los intermediarios en las transacciones.

Esta idea es la que precisamente permite ir más allá del mundo ‘cripto’, pues “la tecnología blockchain tiene aplicaciones en todos los campos donde hay intermediarios, asegurando que la información que se presenta es auténtica y no se ha falsificado”. De ahí que sea una solución perfecta de cara a “verificar la identidad, verificar el origen de los productos o dar credibilidad a la información generada por terceras personas”, expone Parra-Moyano.

Inversión y expectativas

Las inversiones en blockchain muestran un comportamiento que, lejos de la locura frenética que desatan algunos desarrollos tecnológicos, viene marcado por la prudencia y el análisis. Así, según reflexiona Parra-Moyano, en 2016 y 2017 se vio un aumento de las conocidas como ICO (Initial Coin Offering) y “muchas de ellas fracasaron a la hora de generar valor, aunque generaron mucho conocimiento útil”. Así, y en parte porque “se estaba comprobando qué resultados dieron las inversiones” de estos años, en 2018 y principios de 2019 bajó la inversión y se produjo “un enfriamiento de la actividad”, reconoce. Con estos cimientos, es ahora cuando, una vez que “se ha visto lo que funciona (que es mucho) y que no funciona (que es mucho más), vamos a ver los casos de uso realmente impactantes”, asevera el portavoz de Enzyme Advising Group.

Y es que, la falta de proyectos verdaderamente exitosos en base al blockchain, más allá del ‘mundo cripto’, hace que muchos lo tilden de (una vez más) burbuja. No obstante, Parra-Moyano sostiene que todo llegará, pero para ello la gente debe entender “de verdad” lo que supone el blockchain: “Una nueva forma de diseñar los sistemas de incentivos” y, en definitiva, “una nueva forma de escribir las reglas del juego”. Además, pide paciencia rememorando lo que ocurrió en épocas pasadas con Internet: “Cuando la gente empezó a utilizar las intranets en las empresas, Facebook, Google, Amazon y la banca online, aún no existían. Pero llegaron más adelante. Entendamos que Bitcoin tiene 11 años y hablamos de blockchain desde hace solo 6”, recuerda.

Un área con futuro

Ante este panorama, no es extraño que a todo lo que rodea a esta tecnología se le augure un gran futuro. Y es que, “lo tiene en la medida en la que supone una nueva forma de pensar, una auténtica revolución en muchos aspectos, sobre todo en la generación de incentivos”, prevé Parra-Moyano. 

Ahora bien, advierte de la dificultad que entraña llegar a “entender blockchain del todo. A mí me ha llevado varios años de mucho estudio comprender esto”, con lo que llegamos a una de las patas sobre la que se sostiene la revolución tecnológica que estamos viviendo en la actualidad: la formación. “Es fundamental, es crucial”, asegura, para concluir que “hasta que una masa crítica de emprendedores, empresarios, políticos, jueces y reguladores no entiendan de verdad lo que es esto, el potencial de blockchain no alcanzará su auge”.

Así pues, todo parece indicar que será un campo por el que, poco a poco y toda la población, acabaremos transitando. Solo queda dar tiempo al tiempo e ir formándonos para que, cuando llegue el momento, ese paso adelante no nos pille en fuera de juego.