SALIDA DE REINO UNIDO DE LA UE

El Brexit también pasará factura a la innovación europea

Si Reino Unido sale del espacio económico europeo pierde la financiación de los programas europeos. Esta situación repercutirá en la evolución de las investigaciones que se realizan en territorio británico, pero beneficiará a las de otros países europeos.

Si Reino Unido sale del espacio económico europeo pierde la financiación de los programas europeos.

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Marta Gracia

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La salida del Reino Unido de la Unión Europea, más conocido como Brexit, ha llenado medios de comunicación de titulares sobre su impacto tanto en el ámbito social como en el económico en materia de impuestos, de crecimiento del PIB o de repercusión en el resto de países. Pero también hay que prestar atención a la innovación y la investigación. Decenas de proyectos se quedarán sin financiación europea porque Reino Unido ya no pertenecerá al espacio económico europeo.

No obstante, primero hay que esperar cómo se resuelve el asunto. La Unión Europea (UE) ha ofrecido a Theresa May, premier de Reino Unido, una prórroga hasta el 31 de octubre para el Brexit. Es más de lo que ella quería, pero Reino Unido sigue teniendo la posibilidad de irse antes si así lo decide. Y es que los 27 países miembros no quieren una salida abrupta de la Unión Europea.

“Hay que reflexionar sobre el impacto en la innovación. Los políticos no le han puesto especial atención”, alerta Javier Saldaña, director de Innovación de Ayming. Y explica que si Reino Unido sale del espacio económico europeo perderá la financiación proveniente de programas europeos, del mismo modo que estos programas perderán la aportación de fondos por Reino Unido.

Así explica que en el programa de investigación anterior (FP7) Reino Unido aportó 5,6 billones de euros y recibió 8,4 billones de euros, “el saldo sería positivo para el resto de los países del espacio económico europeo, al ser Reino Unido un país que recibe más en financiación que fondos que aporta”. Saldaña matiza que se mantiene la posibilidad de que las entidades y organismos británicos pueden seguir participando, pero no recibirán en ningún caso financiación europea y añade que los proyectos ya empezados con financiación europea podrán continuar, pero nunca optar a otra nueva financiación.

Reino Unido y el resto de países de la Unión Europea también colaboran de otras maneras. Ya sea a través de trabajadores, que se trasladan a algún país europeo a realizar la investigación, o con cooperación de varias empresas. “Tener acceso a esa financiación permiten la creación de grandes proyectos de investigación”, señala Saldaña.

Y apunta que el tener acceso a estos fondos depende de una variable principal y es que el país sea miembro del espacio económico europeo. Una salida de este espacio limitaría el acceso a estos programas de investigación: “Esto hace que las empresas británicas tengan una pérdida competitiva enorme y a la vez habrá un know how que no saldrá y no se maximizará. La investigación se amplía cuando se aplican en múltiples dominios”, afirma el director de Innovación de Ayming.

¿Quién saldrá beneficiado?

El saldo de fondos positivo (si se mantiene la tendencia anterior, de que Reino Unido recibía más que aportaba) que derive de la no participación de entidades británicas en programas de investigación europeos se podrá emplear en la financiación de otros proyectos, “pero no tendrá una repercusión directa en un país concreto”, explica Saldaña. Y explica que dependerá de la ubicación de las entidades que participen en esos proyectos a los que se doten de fondos, “podría ser España, o cualquier otro país del espacio económico europeo”.

Además, el director de Innovación explica que cuando dos empresas colaboran en una investigación o en un proceso de innovación, se benefician de una deducción fiscal en el impuesto de sociedades. Sin embargo, uno de los requisitos para que se apliquen estas deducciones es que el país con el que se realice la colaboración sea un miembro del espacio económico europeo. “Trabajamos con empresas con la sede en Reino Unido y dejarían de estar dentro de la deducción por fiscalidad, lo que harían que se redujera la rentabilidad”, advierte Javier Saldaña.

Por poner números, el programa Horizonte 2020 ha beneficiado a Reino Unido, ya que ha sido segundo país por volumen de participación con 4.000 participaciones, lo que supone que más del 13% de los participantes ha sido británicos. Y más del 15% de la inversión ha sido para empresas de Reino Unido. Javier Saldaña añade que las cuatro universidad que más fondos han recibido, en poco más de dos años, son británicas: Cambridge, University College of London, Oxford e Imperial College of London.

“Y si se habla de los 4 años que quedan podemos decir que la universidad de Cambridge podría recibir en torno a 400 millones de euros a través de la financiación europea a fondo perdido”, asegura. Este dinero va destinado, en gran medida a la contratación de personal muy cualificado o en prácticas en potenciamiento de estas líneas de investigación.