INFORME 'SOCIEDAD DIGITAL EN ESPAÑA 2018'

15 retos que tiene que conquistar nuestra sociedad para ser 100% digital

Nuestro país está en una posición privilegiada en algunos aspectos del proceso de transformación digital, como el nivel de penetración de fibra óptica en los hogares. En cambio, en otros campos tenemos mucho trabajo por hacer.

Nuestro país está en una posición privilegiada en algunos aspectos del proceso de transformación digital, como el nivel de penetración de fibra óptica en los hogares. En cambio, en otros campos tenemos mucho trabajo por hacer

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Fran Leal

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El proceso de transformación digital que estamos viviendo va tan rápido y estamos tan inmersos en él que resulta complicado parar un momento a analizar las novedades y, más importante aún, lo que conllevan. Al respecto, el informe Sociedad Digital en España 2018, editado por Fundación Telefónica, presenta una visión pormenorizada de nuestro nivel de digitalización, con luces y sombras que nos permiten reflexionar sobre qué se está llevando a cabo y de qué manera, no solo como sociedad, sino también a nivel empresarial y desde las Administraciones Públicas.

Un año marcado por la Inteligencia Artificial

Según el citado informe, España está en una situación envidiable en determinados aspectos, como el nivel de penetración de fibra óptica en los hogares, con el 71 por ciento, que supera a la suma de Reino Unido, Francia y Alemania. Esto, de cara a la llegada y desarrollo del 5G, nos coloca en una posición aventajada de cara a aprovechar las oportunidades que conlleva la transformación digital de la economía y la sociedad.

Otros elementos que han marcado el año pasado han sido el progreso en la hiperpersonalización de los servicios y la hiperconectividad, donde la Inteligencia ArtificialInteligenciaArtificial se ha mostrado como una realidad que ha llegado para quedarse y con un protagonismo que, sin duda, irá a más. Además, el Internet de las cosas, el blockchain o el desarrollo de las smart cities (Barcelona ha sido recientemente seleccionada como una de las ciudades más inteligentes del mundo, junto a Singapur y Londres) también han tenido un fuerte impulso. Además, las formas de comunicación (sobre todo de los más jóvenes) han cambiado drásticamente, con la mensajería instantánea arrebatando todo el protagonismo a las llamadas telefónicas. De hecho, ya se empieza a hablar de lo que se denomina en el mundo anglosajón como Generación Mute.

Para terminar con el repaso de lo grandes hitos de 2018, el informe también destaca el aumento del consumo de contenidos audiovisuales de pago online, así como la propagación de las fake news, y el riesgo que hay de que la aplicación de la Inteligencia Artificial pueda derivar en la fabricación de noticias falsas en formato audiovisual (deep fake).

Los 15 retos que marca el informe ‘Sociedad Digital en España 2018’

Ante el panorama descrito de avance vertiginoso de todo lo digital, también aparecen una serie de retos aún por afrontar para que nuestra sociedad esté a la altura de las circunstancias en este proceso de transformación digital:

  • Dinamizar la economía digital, minimizando la diferencia que existe entre la digitalización que tienen las grandes empresas y las pymes.
  • Fomentar el capital humano, que nos prepare para el nuevo entorno laboral, donde las habilidades digitales cobran una importancia vital.
  • Potenciar el emprendimiento digital, con la reducción de trabas regulatorias y una mejora en la financiación, con las ‘startups’ digitales en una posición destacada.
  • Formación en competencias digitales, con un trabajo conjunto y decidido por parte de la administración pública y el sector privado en este sentido, con el entorno educativo como actor protagonista de cara a preparar a la sociedad para los perfiles profesionales que demandará el mercado laboral.
  • Impulsar la Industria 4.0, donde el sector público puede generar nuevas demandas de servicios digitales, con el desarrollo y avance de la Inteligencia Artificial, el Internet de las cosas o la computación en la nube.
  • Mejorar la regulación, con el objetivo de establecer el mercado único digital europeo, una mejora en la protección de los derechos de autor y del consumidor, así como la búsqueda de una ley de ‘startups’.
  • Alcanzar a todo el mundo, sin dejar a nadie atrás. Además del avance en el proceso de digitalización, este progreso debe ser inclusivo y potenciar las capacidades personales y sociales de los individuos.
  • Motivar nuevos enfoques educativos más allá de las competencias STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), que incluyan aspectos como la creatividad, la capacidad analítica y la resolución de problemas complejos que, sin duda, serán determinantes en el futuro del entorno laboral.
  • Crear un nuevo escenario donde tenga lugar la gestión, propiedad y uso de los datos que se generan. En relación al dato, aspectos como la ciberseguridad o la regulación juegan un papel fundamental.
  • Dotar de mayor transparencia y efectividad a la relación de los ciudadanos con la Administración Pública, con el fin de mejorar el ejercicio de los derechos de la ciudadanía.
  • Priorizar las cuestiones éticas en todo lo relacionado con la Inteligencia Artificial y la programación de los algoritmos, para minimizar los errores en la incorporación de parámetros. Al fin y al cabo, la tecnología siempre debe estar al servicio de las personas, referencia que no debemos perder de vista jamás.
  • Equiparar el peso que tienen las plataformas digitales con su responsabilidad en la aplicación de los principios éticos que deben prevalecer en este proceso. Además, habrá que reclamar una promoción de la transparencia desde las propias plataformas, donde puede ayudar mucho la tecnología blockchain.
  • Elaborar una Carta de los Derechos Digitales que, como en otros ámbitos, regule y garantice los derechos de todos pues, como venimos comentando, no hay que olvidar que en el centro de todo este proceso de digitalización están las personas.
  • Reformar las regulaciones de mercado en profundidad, para que con un enfoque amplio y flexible se garanticen los intereses de todos los actores implicados.
  • Mantener una intensa colaboración público-privada en aspectos fiscales, de seguridad en la red, de privacidad…, con el foco puesto en que desde las empresas haya un compromiso en la protección de los consumidores y usuarios.