TENDENCIAS EN INFLUENCER MARKETING

Nanoinfluencers, los nuevos caballos de batalla de las marcas

El marketing de influencers sigue subiendo como la espuma, pero nuevos actores están entrando en el tablero de juego

NANOINFLUENCER

NANOINFLUENCER / economia

A. GARCIA / N. BENITO

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Los nanoinfluencers, o personas que tienen entre 1000 y 10 000 seguidores en las redes sociales, empiezan a surgir como una nueva apuesta de las marcas en sus estrategias de marketing, aunque sin dejar de convivir con los ya consolidados influencers. Estos perfiles tienen una comunidad más pequeña, pero los expertos aseguran que cada vez sus seguidores son más fieles.

El marketing de influencers continúa ganando adeptos en los últimos años: en 2017 se duplicó el número de proyectos con respecto a 2016 y se triplicó con respecto a 2015, según el Estudio sobre marketing de influencers en España 2018, elaborado por  BandManic. Quizá sea precisamente el reducido número de seguidores lo que haga atractivos a los nanoinfluencers para las marcas: la promoción de productos a través de ellos puede parecer más auténtico y menos intencionado.

“Las marcas cada vez más tienden a contar con influencers que no hablen de todo y que, por tanto, tengan un público más especializado”, señala el CEO de la agencia Keeper Experience, Sergio Barreda. Además de la medición de los objetivos que siempre se ha dado desde que existe esta estrategia en las compañías, las tendencias del influencer marketing en 2019 versarán hacia otros tipos de perfiles con públicos más reducidos y también hacia la especialización por sectores.

“Tal y como hemos visto en el último año, las marcas se han empezado a fijar en influencers más pequeños y esto será una clara tendencia para el año que viene”, augura Barreda, quien afirma que esta táctica seguirá creciendo: “Nuestra apuesta es defender el valor de los influencers más pequeños, porque consideramos que son mucho más creíbles y efectivos. Sus comunidades están menos ‘quemadas’ con las marcas que se publicitan a través de influencers”.

Lo mismo opina Arantxa Pérez, CEO de Influgency, agencia especializada en gestión de influencers, quien afirma que los microinfluencers y los nanoinfluencers “han ganado credibilidad entre las marcas porque todavía no están intoxicados por ellas”. Además, asegura que este tipo de perfiles en ocasiones “dan mucho mejores resultados que grandes influencers y permiten al cliente tener más variedad de publicaciones en sus campañas”.

Según el citado estudio, los objetivos que los departamentos de marketing tienen para realizar campañas con influencers se centran en la captación de nuevas audiencias, su fidelización y el incremento de la comunidad de seguidores en redes sociales. Entre otros fines, también se encuentran consolidar la marca, vender o aumentar el tráfico hacia sus páginas web. Moda, belleza, ocio, turismo y alimentación son los sectores más afianzados en este tipo de estrategias.

Entre los canales, Instagram sigue siendo la reina de la baraja, aunque la elección de la red social depende siempre de los objetivos que se marquen las compañías. A pesar de que las marcas siguen apostando por la plataforma que pertenece a Facebook, lo cierto es que el alcance de las publicaciones cada vez es menor, aseguran algunos nanoinfluencers.

PONEMOS CARA A LOS NANOINFLUENCERS

PONEMOS CARA A LOS NANOINFLUENCERSCuando comenzó María Hernández (@tebarmaria_makeup_) a iniciarse en este mundo, era ella quien acudía a las marcas. En la actualidad cuenta con más de diez mil seguidores y se ha dado la vuelta a la tortilla: ahora son las propias empresas quienes acuden a ella, que asegura que no recibe ningún tipo de compensación económica por mostrar los productos. Por eso, tiene la libertad de hablar de estos o no, aunque afirma que hay algunas marcas que piden a los influencers hablar de ellas.

En esto coincide con Lidia Álvarez Vellido, periodista que cuenta con cerca de tres mil seguidores en Instagram (@lidiavellido), y a quien las marcas contactan para que pruebe sus artículos y opine sobre ellos. En este sentido, Lidia hace hincapié en la libertad que tienen los nanoinfluencers para hablar sin presiones sobre los productos que prueban. “Las empresas buscan influencers pequeños, ofrecen un descuento -que puede ser mayor o igual al que le doy a mis seguidores- y comento mis impresiones sobre el producto según mi propia experiencia. A pesar de que no me siento influencer, quizá mi influencia viene por mi opinión, que es libre y no está condicionada”, asegura.

Entre los sectores que más se están sumando a esta nueva tendencia de los nanoinfluencers son la belleza y la moda. Tal y como asegura Arantxa Pérez, los influencers con muchos seguidores ayudan a dar una imagen de marca, mientras que los microinfluencers aportan más credibilidad a las empresas. Todo es cuestión de gustos.