ENTREVISTA JESSICA GOICOECHEA Y ROCÍO CAMACHO

De influencers a emprendedores: cómo nace una marca en las redes sociales

Debido a la repercusión de las redes sociales, muchos influencers las usan como trampolín a la hora de lanzar su propia marca al mercado. Rocío Camacho y Jessica Goicoechea nos cuentan su experiencia en este proceso. 

Las redes sociales forman parte de nuestro día a día y cada vez son más las personas que las utilizan para estar informadas de las últimas tendencias. Por eso, muchos influencers usan las redes como trampolín a la hora de lanzar su propia marca al mercado.

Entrevista de Jessica Goicoechea y Rocío Camacho

Entrevista de Jessica Goicoechea y Rocío Camacho / economia

Alicia Navarro

Alicia Navarro

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Los españoles usan Instagram 3,6 horas de media a la semana, siendo las mujeres las que emplean más tiempo en esta red social. La cifra sube a 7,3 horas entre los jóvenes de 16 a 20 años.

Con estos datos es obvio afirmar la actual importancia de los influencers en la vida de muchos ciudadanos. Según el informe Digital Consumer 2020 de Nielsen Media, con un 36%, los influencers es el segundo tipo de contenido que más se consume en las redes, por delante de noticias, deporte y viajes. Solo superado por las cuentas de amigos y familiares.

En este sentido, el 49% de los españoles reconoce que la opinión de los influencers tiene algo de impacto en sus percepciones sobre marcas o productos, mientras que el 34% afirma que lo que busca de ellos, principalmente, son recomendaciones útiles.

“Son, por tanto, ya parte de esa ruta de compra online, que incluye buscadores, webs y publicidad digital, conformando un universo digital de descubrimiento de marcas, productos y servicios para un 57%”, destaca Nielsen en el informe.

Con este panorama, muchos influencers deciden dar el paso y saltar de las redes sociales a la cesta de la compra de sus seguidores gracias a la creación de sus propias marcas. Este es el caso de Jessica Goicoechea con GOI y Rocío Camacho con SEIMA.

GOI DE JESSICA GOICOECHEA

Jessica Goicoechea, de origen catalán, tiene 23 años y ha colaborado con marcas tan reconocidas como Calvin Klein, Victoria Secret, Calzedonia, Puma y Rimmel London. Se declara una amante de la moda, por lo que ha trabajado como modelo y diseñadora.

En 2015, decidió convertirse en emprendedora y creó su propia marca, GOI, una idea que surgió de dos factores “mi pasión por la moda y la ilusión de ver a mis seguidores con diseños creados por mí”, explica la propia Jessica en declaraciones para BYZness. 

Jessica fue una de las primeras influencers que se lanzó al mundo del emprendimiento y reconoce que no todo al principio fue un camino de rosas. “Lo que más me costó en los inicios quizá fue encontrar una fábrica y un equipo externo del cual me pudiera fiar. Tuve muchos problemas que aún en día estoy intentando solucionar a nivel legal. Actualmente, se rehizo el equipo y ahora estoy en muy buenas manos y con ayuda del equipo de GOI todo va viento en popa”, relata. 

No obstante, Jessica explica que los errores que cometió en el pasado, respecto a su marca, se debieron a su condición de primeriza y que “ a medida que iba sacando colecciones, iba puliendo detalles, mejorando a nivel de producto y enmendando esos fallos”.

Al ser preguntada por la repercusión de su marca entre sus seguidores, Jessica se alegra de la buena aceptación que tuvo el lanzamiento de GOI desde el primer momento y aunque no cree que exista una clave del éxito si destaca la importancia de “un seguidor fiel a mi estilo y forma de ver la moda. Una marca arriesgada, en la que se ven reflejados mis gustos”, comenta.

Con más de 1,3 millones de seguidores en Instagram, Jessica reconoce que, gracias a su presencia en las redes sociales, GOI ha obtenido una visibilidad que hubiese sido mucho más difícil de conseguir de primeras. “Agradezco que mi carrera personal ayude al crecimiento de GOI, he invertido mucho esfuerzo también en mi carrera como modelo y me alegra ver también esos frutos reflejados en mi marca”, asegura.

Sin embargo, ante la duda de si por ser influencer ha tenido las cosas más fáciles a la hora de emprender, Jessica se muestra clara: “creo que el esfuerzo es el mismo (...) No considero que me haya sido más fácil que a otros por ser conocida en redes, exceptuando por la visibilidad. El proceso, el trabajo, la creación, la inversión ha sido la misma que cualquier marca que empieza”, explica.

“El proceso, el trabajo, la creación, la inversión ha sido la misma que cualquier marca que empieza”

Jessica aconseja a aquellos que estén decididos a emprender que tengan pasión por la idea, por el proceso de creación, así como cariño al producto y al negocio. En este sentido, incide en la importancia de rodearse de “un equipo que quiera tanto el negocio como el propio creador, un buen equipo que trabaje en sintonía”.

Y por último, Jessica recomienda llenarse de paciencia ante la multitud de inconvenientes que un emprendedor se encuentra en su camino, “lo importante es saber solucionarlos bien y rápido”, cuenta.

SEIMA DE ROCÍO CAMACHO

Otro ejemplo de influencer que se abre camino en el mundo del emprendimiento es Rocío Camacho con su marca SEIMA. Esta joven de 26 años siempre mostró interés por la moda, una afición que le ha llevado a emprender con SEIMA, una representación de “ mis valores, de mis principios, de mi manera de ver la moda y de mi estilo de vida”, según describe ella misma para BYZness.

A pesar de su alegría por el éxito que cosecha SEIMA, Rocío reconoce que ser emprendedora tiene sus dificultades y señala la poca ayuda que reciben por parte de las instituciones nacionales. “En España es muy difícil emprender, porque se nos dan todas las dificultades, obstáculos e impedimentos que te puedas imaginar y ninguna motivación para incentivarte a hacerlo”, asegura.

"En España es muy difícil emprender, porque se nos dan todas las dificultades, obstáculos e impedimentos que te puedas imaginar y ninguna motivación para incentivarte a hacerlo”

Aún así, Rocío lo tuvo claro y en 2017 lanzó su propia marca convirtiendo sus sueños infantiles en realidad. “Desde pequeña me ilusionaba la idea de poder crear mis prendas perfectas, durante años se me pasaban por la cabeza los cambios que le haría a cada uno de mis vestidos”, recuerda.

Rocío se embarcó en el proyecto sin formación empresarial, lo que la llevó a aprender de forma autodidacta. “Empecé sin tener ni idea de cómo era llevar un negocio, y emprendí este proyecto yo sola, entonces se me juntó la ilusión de descubrir un mundo totalmente desconocido para mi con el agobio de la repercusión tan rápida que tuvo”, explica.

Y es que sus más de 600.000 seguidores fueron fundamentales a la hora de posicionar a SEIMA en el mercado, no obstante, Rocío encuentra un lado negativo a esta visibilidad masiva que le otorgan las redes.  “Yo tengo claro que quiero dedicarme a esto de por vida y siento que muchas veces la gente confunde SEIMA, un negocio serio con proyección de futuro, con una marca de cualquier influencer que simplemente es un entretenimiento temporal”.

Por este motivo, Rocío tiene muy claro que emprender no tiene que ver con la fama en redes sociales. “Emprender es un reto enorme, pero conlleva tantos dolores de cabeza como recompensas personales cuando consigues superar cada pequeño objetivo que te marcas”. 

Unos “dolores de cabeza”, con los que Rocío tiene que lidiar día a día. “No hay tiempos de descanso, tienes que estar 24 horas al día pendiente, ser responsable a la hora de tomar cada decisión, ser ingeniosa y además entender un poco de todo”. Un compromiso que Rocío asemeja a ser madre, ya que con tu propio negocio tampoco hay horarios y resulta muy difícil desconectar. “Lo que más me costó fue acostumbrarme a ser mi propia jefa”.

“Lo que más me costó fue acostumbrarme a ser mi propia jefa”

A pesar de todo, Rocío lanza un mensaje de optimismo, ya que asegura que, aunque no siempre es fácil, merece la pena. Para ella, emprender es un proceso largo y continuo, “en el que la constancia y el sacrificio son las claves para que cualquier negocio funcione y, lo más importante a mi parecer, tener la motivación y ganas suficientes para hacerlo”, añade.

Continúa explicando: “de los cobardes nunca se ha escrito nada, y personalmente creo que es mucho mejor fracasar que quedarse con las ganas de intentarlo”, asegura para mandar un último mensaje de motivación para todos aquellos que se planteen iniciar su propio negocio. “ El miedo es mejor dejarlo guardado en el cajón y coger las ganas, conocimientos y motivación que tengamos en el resto del armario”.