CIERRE DE EMPRESAS

La pandemia empuja al cierre de negocios por la vía rápida

Entre las muchas consecuencias que está teniendo para el tejido empresarial la pandemia en este aciago 2020, cabe destacar el incremento de los concursos de acreedores, y más concretamente el de los concursos exprés.

Los concursos exprés aumentan exponencialmente, frente al modelo de concurso de acreedores ordinario.

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Fran Leal

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Entre las muchas consecuencias que está teniendo para el tejido empresarial la llegada de la pandemia en primavera de este aciago 2020, cabe destacar el incremento de los concursos de acreedores, y más concretamente el de los concursos exprés.

Así, según aseguran desde Dipcom Corporate, a pesar de las medidas puestas en marcha por autoridades, gobiernos y organizaciones, el cierre de compañías se está convirtiendo en algo imparable en nuestro país. Algo que está en línea con las previsiones de organismos como la Confederación Española de Comercio (CEC), que preveía ya en septiembre que el cierre de los comercios podía alcanzar hasta el 30% de aquí a final de año.

Un cambio de escenario

Como decíamos, la pandemia ha impactado con fuerza en el tejido empresarial español, que ha visto caídas de facturación monstruosas que hacen inviable continuar con el negocio y urgen a poner punto y final cuanto antes, para que no crezcan las deudas. Así, los concursos exprés se han disparado, llegando incluso a superar a los concursos de acreedores ordinarios, como aseveran desde Dipcom Corporate.

De hecho, su CEO, Igor Ochoa, desvela que, aunque aún es pronto para dar cifras exactas, a nivel interno, en su compañía “los concursos exprés de empresas que se han quedado sin activos y sin tesorería se han disparado desde el inicio de la pandemia”. Y en cuanto a la tipología de empresa, son mayoritariamente pequeñas y medianas empresas pertenecientes o relacionadas con los sectores turísticos y de ocio, dos de los más perjudicados por la pandemia.

A día de hoy, más del 80% de los concursos que están gestionando desde la consultora son exprés. Y en cuanto a las consultas que reciben por parte de los empresarios en torno a esta modalidad de concurso, “también se han multiplicado por cuatro en los últimos meses”, asegura Ochoa. Esto supone todo un cambio en la concepción de este tipo de concurso exprés: “La crisis provocada por el coronavirus lamentablemente ha cambiado la función asociada al concurso de acreedores, que ha dejado de ser una herramienta para reflotar empresas para convertirse en la opción perfecta para cerrarlas”, añade.

Las ventajas del concurso exprés

Antes de nada, es necesario recordar que no todas las compañías están en disposición de acogerse a un concurso exprés. Y es que, para que esto sea así la empresa en cuestión tendrá que demostrar de manera palmaria que “el patrimonio de la sociedad es nulo o tan pequeño que no se podrá hacer cargo ni de los costes ni del propio concurso de acreedores”, recuerda Ochoa.

No obstante, si se cumplen los requisitos, el concurso exprés presenta una serie de ventajas respecto al proceso más ordinario. Según nos relata el CEO de Dipcom Corporate, la principal ventaja radica en que el coste del concurso exprés es bastante inferior al coste de uno convencional. “Esto es así porque no es necesario nombrar a ningún administrador concursal”, una figura que no interviene en el concurso exprés.

Además, una segunda ventaja consiste en la velocidad del proceso. “No existen ni la fase común, ni convenio, ni liquidación, ni la tan temida fase de calificación”, defiende. Por ello, al no existir esta última fase, “en ningún momento se pone en duda o se valora la responsabilidad del deudor”.

Por último, la última ventaja sería para la propia Administración de Justicia, ya que, si todo va bien, “son procesos que se resuelven en un solo auto, por lo que se reduce sensiblemente la carga de trabajo”.

Análisis realista de la situación

Evidentemente, no todas las empresas están afrontando el contexto actual desde el mismo punto de partida. Así, como comenta Ochoa, si nuestra empresa llegó a la crisis con un buen pulmón financiero, lo conveniente es diseñar y establecer un plan de viabilidad que permita aguantar la crisis reduciendo a la mínima expresión los costes y reestructurando la deuda con sus acreedores.

Ahora bien, “hay que hacer un análisis realista, y si una vez analizado el impacto de la crisis en nuestro negocio vemos que no es posible reflotarlo, lo razonable es hacer un cierre ordenado que nos proteja legalmente y evite responsabilidades futuras a los administradores; para eso está la ley concursal y el concurso de acreedores”, asevera.

Dicho esto, el futuro más inmediato, como se diría vulgarmente, pinta muy feo, en especial “para las pymes españolas”,pinta muy feo lamenta Ochoa. En este sentido, de cara a 2021, afirma que es posible que los concursos se multipliquen por tres o por cuatro en comparación con este año, porque “un número importante del tejido empresarial español se está quedando literalmente sin tesorería y muy dañado patrimonialmente con la crisis del Covid-19”, concluye, no sin antes subrayar la situación por la que están pasando el sector hostelero y de restauración, que “se están quedando literalmente a cero”.