crece la morosidad

Los impagos motivan los despidos en 4 de cada 10 empresas españolas

El 60% de las compañías reconoce que los impagos limitan su liquidez. Además, España es uno de los países europeos donde más empresas han aceptado plazos de pago superiores a aquellos con los que se sienten cómodas.

El 60% de las compañías reconoce que los impagos limitan su liquidez. Además, España es uno de los países europeos donde más empresas han aceptado plazos de pago superiores a aquellos con los que se sienten cómodas.

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Redacción BYZness

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La crisis generada por la pandemia ha reducido la capacidad de gasto de los ciudadanos. Como consecuencia, empresas y autónomos se enfrentan a un retraso cada vez mayor de los pagos de sus clientes y proveedores, a los que se les hace difícil cumplir con las obligaciones financieras.

Esta situación repercute en la liquidez de las organizaciones y, por extensión, en la de sus empleados. Tanto es así que el 42% de las pymes españolas asegura que este retraso a la hora de cobrar está detrás de los despidos realizados en los últimos meses, según recoge el nuevo 'Informe Europeo de Pagos' de Intrum, que analiza la salud financiera de las empresas de 29 países europeos.

Los despidos, lamentablemente, son el primer paso: el descenso de la oferta por la pandemia y el hundimiento de la demanda están dando lugar a la destrucción de muchas empresas. En concreto, entre marzo y agosto de este año hasta 74.300 negocios echaron el cierre en España, según los Códigos de Cuenta de Cotización de la Seguridad Social.

“Es necesario que las cuestiones relacionadas con unas condiciones de pago razonables tengan más peso en la gestión corporativa y pasen a ser una parte importante de la responsabilidad como empresas. De ese modo, las organizaciones serán más conscientes de sus flujos de caja y podrán reaccionar ante la caída de la demanda, frenando el cierre de negocios”, apunta Alejandro Zurbano, director general de Intrum en España.

Repercusión muy negativa

Esta situación sitúa a España entre los tres países europeos en los que los impagos a pymes están repercutiendo más negativamente en el empleo, al mismo nivel que Irlanda (42%). Por encima de ambas se encuentra Lituania, encabezando el ranking: el 44% de las empresas encuestadas en este país señala el retraso en los pagos como factor clave en los despidos de los empleados.

En el extremo opuesto de la tabla se sitúan las pequeñas y medianas compañías de Países Bajos y República Checa, donde apenas el 4% considera que los impagos implican un aumento de despidos en su negocio, seguidas de belgas (9%) y portuguesas (19%).

Porque, a pesar de que la Directiva Europea de lucha contra la morosidad recomienda que los plazos de pago para las empresas no excedan los 60 días, la realidad es muy distinta. El tiempo que transcurre entre el plazo de pago acordado y su duración real es cada vez mayor.

Brecha de pago

Así, mientras que las compañías ofrecen a sus clientes y proveedores un plazo medio de pago de 44 días, estos no abonan las facturas hasta 65 días después, cinco más que el promedio europeo.

Esta ‘brecha de pago’ cada vez mayor entre las condiciones del pago y la duración del mismo es considerada un riesgo real para el crecimiento de la mitad de los negocios españoles (48%). Y las previsiones no son nada halagüeñas. Según las estimaciones del Banco de España, el volumen de impagos en el tejido empresarial podría aumentar una vez venza el plazo de carencia de los avales que sustentan a muchas pymes actualmente. 

A la falta de estas ayudas, que finalizan el 30 de septiembre, se suma el impacto directo que tienen los impagos en la liquidez de seis de cada diez encuestadas. Para contrarrestar esta situación, las industrias españolas están aceptando plazos de pago más largos. De hecho, en el último año, el 90% de las empresas españolas han aceptado plazos de pago superiores a aquellos con los que se sienten cómodas, al igual que las organizaciones alemanas o suizas.

Evitar la quiebra

El Informe Europeo de Pagos de Intrum también ha querido analizar, en su quinta edición, las causas que llevan a los negocios europeos a conceder plazos de pago más largos a pesar de la inseguridad que genera esta medida.

Según refleja este estudio, entre los factores que propician la aceptación de plazos superiores a los establecidos inicialmente está la incertidumbre macroeconómica. De hecho, la mitad de las empresas españolas reconoce haber extendido sus condiciones de pago en el último año como consecuencia del declive económico, casi diez puntos porcentuales por encima del promedio europeo.

Sin embargo, si hay algo que llama aún más la atención, es la cantidad de encuestadas que aseguran haber aceptado plazos de pago más largos para evitar la quiebra en los últimos 12 meses. Concretamente el 44% de las empresas españolas están de acuerdo con esta afirmación, lo que sitúa a España entre los países donde más negocios dicen haber atravesado por esta situación para no caer en una suspensión de pagos; en línea con las grandes economías de Europa, como Alemania (45%) y Francia (44%).

No obstante, la principal razón que señalan las encuestadas para aceptar plazos de pago más largos es mantener una buena relación con sus clientes. ocho de cada diez negocios españoles declaran que este es el motivo fundamental por el que acceden a recibir sus pagos más tarde, a pesar del descuadre que les produce en su flujo de caja.