El teletrabajo pone en riesgo las oficinas de toda la vida

Una de las consecuencias del coronavirus fue la imposición del teletrabajo, por lo que las oficinas se vaciaron. La vuelta a la “nueva normalidad” hace que la gente vuelva a la oficina, pero que no se haya acabado la COVID-19 hace también que la gente siga trabajando desde casa. ¿Cómo tienen que ser esas nuevas oficinas?

La vuelta a la "nueva normalidad" hace que la gente vuelva a la oficina, pero que no se haya acabado la COVID-19 hace también que la gente siga trabajando desde casa

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Marta Gracia

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Las nuevas tecnologías permitieron que muchos trabajadores pudieran seguir con su trabajo durante el confinamiento. El teletrabajo ha llegado para quedarse, lo que antes parecía para unos pocos, ahora se ha extendido para muchos. Las oficinas de las empresas han pasado a un segundo plano. Esta nueva modalidad de trabajo ¿podría acabar con las oficinas? Los expertos aseguran que no, pero sí que habrá transformación.

La pandemia evacuó rápidamente las oficinas y se instaló de manera masiva el teletrabajo. Muchos inversores inmobiliarios creen que la demanda de oficinas disminuirá a largo plazo. Sin embargo, Mark Callender, responsable de research de Real Estate en Schroders, explica por qué esta suposición podría ser prematura. Una conclusión con la que se muestra de acuerdo Nacho Castella, CEO de la consultora Cat Real Estate. Castella apunta que el teletrabajo “no pone en jaque a la oficinas, por el momento estamos en una situación de transformación en la que no se puede hacer una valoración. 

De hecho, considera que las oficinas se van a reinventar y a transformar“Estamos viendo que hay más teletrabajo, pero hay una serie de reuniones y de actos que deben hacerse en la oficina”. En las ofinas habrá menos gente, pero más necesidad de espacio, por lo que concluyen ambos expertos que se necesitarán oficinas diferentes a las tradicionales, ya que la necesidad de cumplir con las reglas de distanciamiento social significa que es poco probable que las empresas reduzcan sus espacios de oficina tan pronto como se relajen las medidas del confinamiento.

Mark Callender señala que no todas las empresas se podrán permitir un espacio adicional, pero hay que tener en cuenta también que se debe garantizar que el personal pueda desplazarse con seguridad a la oficina e incluso en algunas zonas sin usar transporte público. “Esto podría ser posible en Ámsterdam, Copenhague, Luxemburgo y Manchester, donde la mayoría de las personas van en bicicleta o en coche al trabajo, pero no es realista en las grandes ciudades como Berlín, Londres, París o Madrid, donde la congestión del tráfico y el estacionamiento limitado hacen que la mayoría de los viajeros no tengan alternativa al transporte público”.

AEW, gestora de activos inmobiliarios affiliate de Natixis IM, indica que "el trabajo en remoto será un motor de cambio para el sector de las oficinas" ya que la mayoría de los empleados han demostrado que pueden ser productivos trabajando desde casa y eso “podría reducir la demanda de las oficinas en torno a un 30%". Sin embargo, la affiliate de Natixis IM advierte que “probablemente también aumenten los requisitos de espacio por persona para garantizar un distanciamiento social adecuado”, y añade que la tendencia por establecer una mayor separación física entre los empleados “debería compensar parte del efecto del trabajo remoto en la demanda de espacio de oficinas”.

Sin embargo, desde la inmobiliaria catalana Cat Real Estate, consolidada como una de las consultoras más activas en el sector del retail, no están viendo esa caída en la demanda. De hecho, señalan que la demanda de locales durante y post pandemia favorece un fuerte incremento en el sector.

“Barcelona, por ejemplo, es una ciudad que depende mucho de todo el tema de startups y en esto hay movimiento”, asegura Castella. No obstante, reconoce que la oficina más tradicional de la gran empresa sí que se va a notar la reducción. Nacho Castella se muestra optimista, sobre todo con la ciudad de Barcelona, aunque matiza que Madrid puede ser una ciudad que sufra más porque “no hay tanta cultura de la startup y del emprendedor, hay mucho cliente funcional, entidad bancaria, aquí sí que la gran empresa puede ser que haya reducción de espacio”.

La oficina que tendrá que estar disponible

La verdadera problemática para la mayoría de las empresas es cuántos empleados pueden acomodar con seguridad en su oficina actual. La respuesta varía según el diseño del edificio y si los pisos son de planta abierta o modulares, pero los planificadores de espacio estiman que la mayoría de las oficinas sólo pueden acomodar con seguridad entre el 25% y el 40% del personal. Además del distanciamiento social, las empresas también necesitan instalar desinfectantes de manos, eliminar los teléfonos fijos, organizar limpiezas profundas regulares y considerar otras medidas como aumentar la humedad, mejorar los filtros de aire, añadir más portabicicletas, comprobar la temperatura en las entradas y aplicaciones móviles que rastreen a las personas dentro del edificio.

El ceo de Cat Real Estate apunta que en la nueva situación se va a valorar que las oficinas tengan espacios al aire libre, que puedan tener terrazas y que tengan mucha luminosidad. “Hay edificios que no se pueden ni ventilar, de los modernos, y esos problemas los van a tener que resolver”, asegura. Por eso, considera que la oficina tradicional, que ya iba desapareciendo, acelerará su proceso. “El problema es que no hay mucha oferta, porque se hizo mucho edificio moderno y van a sufrir para que hacer esta transformación”, puntualiza.

Mark Callender, responsable de research de Real Estate en Schroders, asegura que la demanda de oficinas en los centros de las ciudades y cerca de las universidades debería seguir aumentando, impulsada por el crecimiento de la tecnología, las ciencias de la vida y los servicios profesionales.