EMPRENDIMIENTO POST COVID

¿Qué son las startups camello y por qué todo el mundo quiere tener una ahora?

A diferencia de los unicornios, estas empresas emergentes son reales y resilientes, pueden sobrevivir a las sequías y a estar sin sustento durante meses y gestionan muy bien los recursos.

A diferencia de los unicornios, estas empresas emergentes son reales y resilientes, pueden sobrevivir a las sequías y a estar sin sustento durante meses y gestionan muy bien los recursos

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Startups / economia

Alberto Payo

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En el ámbito de las startups parece que lo ideal es conseguir tener un ‘unicornio’, una empresa de capital privado cuya valoración haya superado los 1.000 millones de dólares. Sin embargo, como hemos visto, se le han dado muchas vueltas a este concepto y ello ha derivado en la creación de otros términos. Hemos oído hablar de decacornios, dragones, dinosaurios, ponys, centauros, minotauros, cebras y hasta burros. 

La crisis del coronavirus ha hecho que en el ecosistema emprendedor se empiece a fijar en otro animal: el camello. En su libro Out-Innovate, publicado en plena pandemia, Alex Lazarow, director de inversiones de la firma de capital riesgo Cathay Innovation, acuña el concepto de startups camello, bestias robustas que son capaces de sobrevivir a las sequías. 

A diferencia de muchos unicornios, que han ‘pinchado’ durante las últimas semanas pese a valer decenas de miles de millones de dólares, los camellos son startups resilientes que pueden superar las inclemencias más extremas y no están enfocadas en el hiper crecimiento que suelen demandar los mercados del capital riesgo. 

El ideólogo de este concepto señala también que, en contraposición con los unicornios, que se concentran sobre todo en San Francisco, Beijing o Shanghai, los camellos pueden vivir en cualquier parte del mundo

“Las startups fuera de Silicon Valley han demostrado un modelo diferente de éxito. En los mercados emergentes son empresas de las que podemos aprender, porque han sobrevivido a climas comerciales adversos con menos capital y apoyo del ecosistema. Estas startups son más parecidas a los camellos por su capacidad de adaptarse a múltiples climas, sobrevivir sin sustento durante meses y soportar duras condiciones. Y a diferencia de los unicornios, no son criaturas imaginarias. Son reales y resistentes”, explica Lazarow en un post en Medium

Estas compañías se caracterizan también por aguantar mejor el llamado ‘valle de la muerte’ (valley of death) y crecer en inyecciones económicas controladas, cuando la oportunidad lo requiere. 

Su receta: un férreo control de los gastos

Pedro Valladolid Borao, mentor coach empresarial, destaca que las startups camello “Eso le permite menor consumo de recursos propios y reducir su punto de equilibrio (o punto muerto de explotación) siendo rentable con una cifra de facturación menor. Tienen un modelo de negocio cuya innovación busca el equilibrio entre ingresos y gastos con una rentabilidad que permita el desarrollo y conservación del proyecto”, explica. 

Para este experto, suelen estar sujetas a “un control exhaustivo de los gastos, lo que les permite vivir más tiempo ‘sin agua’”. Además, Valladolid aclara que “diversifican su propuesta de valor y adaptan su portfolio de producto o servicio ajustándose en cada momento a las necesidades del mercado”.

“En general tienden a ser empresas con menos dependencia de capital externo para sobrevivir. Muy centradas en que su ‘unidad economica’ (Unit economics) sea positiva, ser sostenibles y evaluar la inversión en nuevas iniciativas con ambición, pero con cautela”, apunta Óscar Ramos, partner de la firma de capital riesgo global SOSV y Managing Director del programa de aceleración para startups chinas Chinaccelerator. 

“Aunque por su nombre parece que el capital riesgo tiene apetito por el riesgo, en situaciones económicas como la creada por el COVID-19 la actividad de los inversores de capital riesgo se contrae bastante. Eso crea un buen espacio para las empresas que no tienen tanta dependencia para sobrevivir y crecer del capital riesgo. Hay menos competencia para acceso a los recursos y aunque el mercado se reduzca quien vaya a capturar ese mercado es diferente”, subraya Ramos.

Otras ‘especies’ que aguantan bien las crisis

Laura González Estéfani, fundadora y CEO de TheVentureCity, cree que el término que centra el artículo resulta algo redundante. “Llamar a las startups camello por definición me parece un poco sin sentido. Por definición las startups son aquellas compañías que comienzan con muy pocos recursos y son capaces de hacer grandes cosas, con poco”, comenta.

En este sentido González-Estéfani aporta otro espécimen para este particular animalario de startups deseadas tras la crisis del coronavirus. “A mí las que me gustan son los Iguanacornios”, cuenta. Según explica, el término viene de “una época en Miami en la que heló y las iguanas se caían de los árboles congeladas. Creíamos que estaba muertas y tan pronto salió el sol, se descongelaron y siguieron tan campantes”. 

Al otro lado del planeta, en China, se estilan otras metáforas de empresas emergentes que aguantan el chaparrón. “Aunque contamos en nuestro portafolio con unicornios y posiblemente un dragón, invertimos en startups cucaracha”, detalla el responsable de Chinaccelerator. 

“Son difíciles de encontrar, porque no suelen participar en muchas actividades o eventos, pero se las puede identificar por la frugalidad en sus operaciones. Nada de oficinas super vistosas, campañas de marketing muy llamativas o altos sueldos para los fundadores (de hecho, el sueldo relativo de los fundadores tiene una correlación inversa muy interesante con la probabilidad de éxito). Esto no quiere decir que las empresas no levanten capital (o que no sean escalables), de hecho, muchos inversores buscan este tipo de startups”, matiza. 

Ramos menciona, asimismo, otro término del bestiario que se está comenzando a usar, pero con connotaciones algo menos positivas. “En algunas conversaciones en Asia se empieza a hablar de startups Lobo (como se quedaría un lobo mirando las luces de un coche al cruzar una carretera) y algunas están sufriendo las consecuencias”.