MERCADO ONLINE

Los mercadillos encuentran en el canal online la forma de volver a la actividad

La compañía Pop Up Chic, dedicada a la organización de este tipo de eventos, se ha lanzado al mundo online para recobrar la actividad y apoyar así a todas las firmas que, en buena medida, estaban sufriendo el impacto de la presente crisis.

La compañía Pop Up Chic, dedicada a la organización de este tipo de eventos, se ha lanzado al mundo online para recobrar la actividad y apoyar así a todas las firmas que, en buena medida, estaban sufriendo el impacto de la presente crisis

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Fran Leal

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Prácticamente todos los sectores de actividad están pasando por momentos de tensión y cambios con motivo de la crisis sanitaria del coronavirus que, a causa de las restricciones impuestas, ha derivado en económica.

Así, la adaptación al nuevo escenario es indispensable de cara a asegurar la viabilidad de los negocios y recuperar poco a poco la actividad perdida. Un nuevo ejemplo lo encontramos en los mercadillos urbanos, esos espacios a los que íbamos para conocer las propuestas de distintos diseñadores, artesanos y artistas de toda índole, que se han visto en la obligación de reformularse. 

El salto a la red

Rocío Padura, socia fundadora de Pop Up Chic, compañía que se dedica a la organización de este tipo de eventos, nos cuenta que “han sido unos meses complicados y con mucha incertidumbre. Nuestro negocio de mercadillos son presenciales y lo que intentamos es que venga el mayor número de público posible, por lo que tuvimos un momento de miedo escénico al no saber ni cómo ni cuándo íbamos a poder continuar”. Y se pusieron a buscar soluciones. Fue entonces cuando crearon su tienda online para “dar servicio a nuestros expositores”, con el objetivo de reactivar el consumo.

Si bien se trata de lo que entendemos todos por una tienda online, una vez al mes organizan un evento de forma virtual en el que múltiples expositores muestran sus creaciones. Y este mes de junio, será la tercera edición.

Las dos primeras, de carácter solidario y que tuvieron lugar en pleno confinamiento, fueron todo un éxito, según nos cuenta Padura: “En la primera edición, éramos 27 expositores y en la segunda pasamos a 62”. Y la respuesta por parte del cliente final también fue muy positiva, superando con holgura los 200 pedidos en cada edición, “con un ticket medio de venta de 50 euros”, afirma.

En cuanto a la tercera edición, que tendrá lugar los días 19, 20 y 21, nace tras la alianza entre Pop Up Chic y Plataforma.shop. Contará con más de 80 firmas, y esta es una novedad de capital importancia, no solo españolas, sino también portuguesas. Así, mientras que las vecinas comienzan a vender en la plataforma española, las nacionales podrán a su vez acceder al mercado luso. Entre los expositores habrá propuestas en moda, decoración, antigüedades, arte, complementos, experiencias, libros… Padura considera que tienen “las bases para aumentar nuestro éxito”, pues están apostando fuerte por la comunicación, con una base de datos de clientes finales amplia (que aumenta con la aportación de la plataforma de firmas portuguesas) “y tenemos un producto muy bueno”, sostiene.

Un espaldarazo para los expositores

Estos mercadillos online suponen todo un apoyo para las firmas. The Cool Cactus, por ejemplo, es uno de los expositores que repite en esta tercera edición. Según nos cuentan, la llegada de la crisis fue todo un shock, aunque han ido recuperando el ritmo y han cosechado un “muy buen mes de mayo y un inicio prometedor del mes de junio”. La firma ha ido con los años ampliando su oferta (desde calzoncillos, hasta bañadores y, más recientemente, bañadores), con la calidad, el color y la alegría como señas de identidad. Afirman que el canal online para este tipo de eventos es fantástico, porque “el mercado online solo puede crecer, cada vez más asentado en la población, y ya no es el futuro, es más que el presente”. Por tanto, consideran que es algo que ha venido para quedarse, si bien es cierto que “no hay que dejar de hacer los popups físicos, porque la gente va a querer salir y disfrutar de viejas costumbres”. En definitiva, “es algo complementario y una alternativa estimulante”, afirman.

Desde Four Cottons, empresa dedicada a la venta de calcetines, apuntan en la misma dirección, las ventajas que aporta la venta online: “Permite llegar a prácticamente todos los rincones del mundo y es muy cómodo para los clientes que, a través de una sola página web, pueden acceder a diferentes marcas”. Además, en su caso concreto, “al tener un producto estacional”, les permite enfocarse “en los mercados específicos en cada momento”.

No obstante, también señalan algunos posibles inconvenientes, como que aún hay personas que no están adaptadas al uso de las nuevas tecnologías o la búsqueda de una atención personalizada como en el canal físico. Incluso, señalan los fraudes en la red como otro hándicap, por lo que consideran vital contar con “páginas seguras, que muestren información de contacto y, a ser posible, con comentarios de clientes”. Sin embargo, son optimistas, y creen que “la página web tendrá cada día más movimiento: incrementando las visitas, el número de pedidos y el ratio de conversión”.

Como concluye Padura, el canal online “es abrirte al mundo, con la comodidad de no tener que desplazarte”. Ahora bien, también apunta a que es “más frío, menos personal y con menos encanto”. Sin duda, los dos canales, el físico y el virtual, se presentan como dos caras de una misma moneda. Y más aún en épocas como esta, marcada por las restricciones en los espacios físicos, donde el canal online se presenta como el sendero a transitar para recobrar poco a poco la actividad y, por ende, la normalidad.