CRISIS COVID-19

El inmobiliario pide que las ayudas lleguen a los clientes y no al sector

El sector inmobiliario fue uno de los más afectados durante la crisis de 2008. En esta crisis, no es el foco principal, pero teme su repercusión, sobre todo por la falta de confianza de los consumidores que retrasarán su decisión de compra. Por ello, piden que las ayudas lleguen a estos consumidores y no al sector.

En esta crisis, no es el foco principal, pero teme su repercusión, sobre todo por la falta de confianza de los consumidores que retrasarán su decisión de compra

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Marta Gracia

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España se enfrenta una crisis sin precedentes en la que muchos sectores ya se están viendo muy tocados e incluso arrasados. El turismo es uno de ellos, pero no el único. Muchos sectores piden la intervención y/o ayuda del Estado para poder capear esta crisis de la mejor manera posible. Por su parte, el sector inmobiliario, que fue el foco principal de la crisis de 2008, quiere que las ayudas lleguen a los clientes. Que ellos sean el foco.

Daniel Cuervo, director general de Asprima, trasladó, en una videoconferencia organizada por Simapro Home Edition, que las ayudas deben ir destinadas al cliente. Demandó una mayor implicación de las administraciones, en especial del Gobierno central. “La clave de esta crisis pasa por incentivar la demanda con medidas gubernamentales, ya sea mejorando la fiscalidad de la compra de una vivienda o mediante avales que faciliten su financiación”, explicó.

Cuervo insistió en que las ayudas no deben ir dirigidas al sector, sino que las medidas fiscales tienen que ir para la demanda. Para el director general de Asprima es necesaria ayuda en materia financiera: “No pedimos ayudas directas, sino al consumidor final, que colaboren todas las administraciones”. 

Ferrán Font, director de estudios de pisos.com, se muestra de acuerdo con Daniel Cuervo y asegura que el foco de las ayudas tienen que ir a ese consumidor porque es donde va a tener más repercusión. También apunta a ventajas fiscales a la hora de comprar o que el Estado haga de avalista para que se facilite la financiación “o incluso que esa financiación llegue por parte del estado si una entidad bancaria no va a poder ofrecersela”. 

Font va más allá y señala que no hay que dejar de lado a los profesionales que también necesitan ayudas, aunque matiza que de otro tipo. Así, el director de estudios de pisos.com pide que promociones de pisos nuevos, que no se entorpezca la propia actividad del sector, “ya sean ayudas para facilitar o acelerar la construcción o colaboración público privada para mejorar el parque de vivienda”. Otra de las peticiones más demandadas por el sector es reducir las trabas administrativas.

“Tienen que ser medidas que vayan destinadas a generar un sector estable”, apunta Font. La clave es la confianza, “es muy importante que el consumidor tenga esa confianza necesaria para comprar un piso”. Ismael Clemente, consejero delegado de Merlin Properties, apuesta también por la necesidad de implementar “políticas de inspiración keynesiana” que den un fuerte empuje a la obra pública y al empleo.

Uno de los problemas que ve Clemente es la polarización política, “esto hace doblemente difícil encontrar vías de solución a esta crisis”. Solución que, de acuerdo con Javier Rodríguez Heredia, socio director de Azora, solo puede venir desde “una verdadera colaboración público-privada”, aunque para ello todas las partes tengan que perder sus prejuicios recíprocos.

No obstante, el objetivo al que hay que llegar es al de resolver el problema de accesibilidad que ya existía antes del coronavirus. “Con una menor capacidad de pago de la demanda vamos a tener que ayudar a esa demanda para que el sector vaya adelante”, asegura Font.

¿Qué pasa con el alquiler?

Estefanía Calo, profesora de sociología urbana y vivienda de la Universidad de A Coruña, también considera que las ayudas deberían ir orientadas tanto al consumidor como al sector, sobre todo en el aspecto del alquiler, ya que “es necesario fomentar que las viviendas se pongan en el mercado a un precio asequible". 

Para la profesora, la crisis no ha hecho más que empezar, las consecuencias económicas y sociales serán muy graves. Una amplia parte de la población verá reducido su poder adquisitivo bien porque hayan perdido su trabajo o bien porque tenían un empresa que no superó la situación derivada de la crisis del Covid-19, entre otras posibles situaciones. “La gente tendrá problemas para pagar la vivienda y los gastos derivados de la misma”, señala. De esta manera, considera necesario dar ayudas a las personas, pero también al sector para que ponga las viviendas en el mercado a un precio accesible. 

Las ayudas al sector podrían estar orientadas a desgravaciones por alquilar la vivienda en el mercado de primera residencia “para que los pequeños propietarios pierdan el miedo a los alquileres de larga duración. Que sea más rentable tener la vivienda alquilada que vacía”, explica Calo. A las ayudas a las personas también deberían ir orientadas a desgravaciones por alquiler, “aunque también se podría pensar en ayudas directas para aquellos colectivos más vulnerables como mujeres, jóvenes, migrantes y mayores”. En definitiva, de lo que se trata es de “establecer medidas que permitan un precio accesible para que el mercado se movilice”.

MAGNITUD DEL PROBLEMA

El sector inmobiliario no está siendo el más afectado de esta crisis, aunque sí que lo ha sido la construcción, ya que ha sido uno de los que ha registrado más paro. Pero, tal y como recuerda Ferrán Font, una de las cosas positivas que dejó la crisis de 2008 fue que dejó un sector más profesionalizado y saneado, por lo que en esta crisis también hay que buscarle el lado positivo. En este caso es que el sector va a salir mucho más digitalizado y tecnificado. “Es un sector que muchas veces avanzaba poco a poco con el uso de la tecnología, pero nos hemos visto obligados a usarla y esta crisis ha supuesto un empujón”, asegura el director de estudios de pisos.com.

Por el momento es complicado cuantificar cómo se va a ver afectado el sector inmobiliario, pero asegura que se verá afectado porque la demanda tendrá que ir ganando confianza poco a poco, ya que esa pérdida de confianza va a retrasar algunas decisiones como la de comprar una vivienda.