GESTIÓN DEL TIEMPO

'Anillos abiertos' y estrés: ¿cómo combatirlos?

En nuestro día a día, tenemos tantas cosas en la cabeza que el tiempo se nos escapa sin saber muy bien cómo. Esta cantidad de obligaciones nos genera un estrés que lleva al bloqueo mental. Por ello, aprender a reducirlo nos ayudará en nuestra gestión del tiempo.

En nuestro día a día, tenemos tantas cosas en la cabeza que el tiempo se nos escapa sin saber muy bien cómo. Esta cantidad de obligaciones nos genera un estrés que lleva al bloqueo mental. Aprender a reducirlo nos ayudará en nuestra gestión del tiempo

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Fran Leal

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Hoy día, prácticamente todos sentimos a menudo que nos falta tiempo. Ojalá el día tuviera alguna que otra hora más, para poder hacer aquello que se nos queda en el tintero. Por desgracia, eso no es posible y contamos con 24 horas, ni más ni menos.

El ritmo al que vivimos y la cantidad de obligaciones y preocupaciones que llevamos a las espaldas no favorece la optimización de nuestro tiempo. De hecho, vivimos con un nivel de estrés que repercute negativamente en nuestro rendimiento, aunque podamos pensar lo contrario.

Una visión tridimensional

Para abordar estas cuestiones, y aportar claves para gestionar mejor nuestro día a día, Andrea Giuliodori ha publicado Reconquista tu tiempo (Kitsune Books), donde defiende el pensamiento tridimensional como una buena manera de combatir el estrés

El proceso consiste en que, cada vez que enfrentemos un proyecto o tarea, nos tomemos un tiempo para analizar sus tres dimensiones:

  • En primer lugar, la longitud, que comprende el tiempo que tenemos para acometer la tarea. En otras palabras, identificar la fecha límite.
  • En segundo lugar, la anchura, que significa establecer el número de horas que deberíamos dedicar al proyecto cada jornada para cumplir con el plazo fijado.
  • Por último, la profundidad, que hace referencia a la necesidad de tomar consciencia de que no solo existe ese proyecto en nuestra vida. Por ello, debemos contemplar el resto de actividades que forman parte de nuestro día a día, para apreciar y atribuir la profundidad que realmente tiene el proyecto que tenemos entre manos.

Nuestros límites mentales

Para recuperar el tiempo que creemos haber perdido, tenemos que ser conscientes de que nuestra mente, a veces, nos juega malas pasadas. De hecho, distorsiona el tiempo, por lo que terminamos por creer que debemos realizar todas nuestras tareas a la vez, y ahí aparece el estrés.

Pero existen otros límites mentales, como el denominado efecto Zeigarnik (nombre de la psicóloga lituana que lo descubrió). Se trata del estado mental de tensión causado por el efecto de una tarea no llevada a cabo. Como concreta Giuliodori, al empezar una nueva acción o proyecto, en nuestra mente se desata la necesidad de terminarla. Y si existe una interrupción, algo muy común, se produce una insatisfacción que hace que la tarea quede en nuestra memoria y continúe absorbiendo nuestra energía mental. Es lo que se conoce como anillos abiertos.

Por último, y como tercer límite, el autor de Reconquista tu tiempo acude al psicólogo cognitivo George A. Miller (Universidad de Princeton) para explicar la conocida como ley de Miller o capacidad del canal. Miller y su equipo concluyeron en su estudio The magical number seven, plus or minus two: some limits on our capacity for processing information (Psychological Review 63-2: 81-87) que un ser humano es capaz de gestionar, de media, un máximo de 7 objetos, más dos o menos dos. Es decir, que podemos abarcar de manera óptima entre 5 y 9 datos. A partir de ahí, aparece el bloqueo.

¿Cómo mitigar el estrés?

Llegados a este punto, y conociendo estas tres limitaciones, Giuliodori propone 3 pasos que tenemos que dar para mantener el estrés bajo control:

  • Aprender a ver nuestras obligaciones en 3D, tomando consciencia de su longitud, anchura y profundidad reales.
  • Evitar la apertura de nuevos anillos hasta que no hayamos cerrado los anteriores.
  • Limitar el número de proyectos y obligaciones simultáneos, para evitar el bloqueo que comentábamos con la ley de Miller.

La manera de alcanzar estos objetivos, obviamente, no es única ni fácil. Pero podemos aplicar diferentes métodos para intentarlo. Una de ellas es lo que Giuliodori denomina el vaciamentes, que nos permite sacar de nuestro cerebro todos los anillos abiertos y plasmarlos en un papelvaciamentes.

Solo se necesitan tres folios y un bolígrafo. En una de las hojas apuntaremos las cosas que debemos hacer, aquellas a las que nos hemos comprometido y con fecha límite. En la segunda, anotaremos las que queremos llevar a cabo, como futuribles compromisos. Por último, en la tercera escribiremos las cosas que nos preocupan, en las que pensamos de manera recurrente y que, por consiguiente, ocupan buena parte de nuestro tiempo. Gracias a ello, conseguiremos percatarnos de qué tareas ocupan nuestra mente y, al menos, tener más claro de qué aspectos contribuyen a la generación de estrés.

Esto no es una varita mágica, pero todas aquellas técnicas que puedan ayudarnos a organizar nuestras ideas y optimizar la gestión de nuestro tiempo, bienvenidas serán.