Emprendedores

5 cosas que no debes hacer nunca en un 'elevator pitch'

Durante estas presentaciones en público de tu startup, proyecto o idea de negocio hay algunos comportamientos que conviene evitar a toda costa para conseguir nuestro objetivo. 

Durante estas presentaciones en público de tu startup o proyecto hay algunos comportamientos que debes evitar a toda costa

Elevator Pitch

Elevator Pitch / economia

Alberto Payo

Alberto Payo

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los buenos elevator pitchs no solo lo son por lo que se hace, sino también por lo que se deja de hacer. En estas breves introducciones existen ciertos errores casi imperdonables que pueden llevar a que todo se vaya al traste.

Si quieres tener un elevator pitch de 10 (o al menos de Aprobado) trata de eludir estos cinco comportamientos durante tus soliloquios: 

Hablar sin dirigirte al público

No es lo mismo contar una idea o una innovación en la que se está trabajando, que hacer a quien escucha partícipe de ella. Por eso, hay que involucrar al auditorio nada más arrancar. 

Esta fórmula es bastante común y efectiva. Antes de explicar nada, una buena técnica es lanzar una pegunta tipo: “¿Cuántos de vosotros ….?” O “Que levante la mano quién ...”. De esa manera ya habrás conseguido dos cosas: generar una reacción y despertar cierto interés por lo que se va a decir a continuación. 

Puedes seguir interpelando a los oyentes más adelante, para que no dejen de atenderte. En definitiva, la idea es que personalices lo que dices y no lo cuentes como quien explica una entrada de la Wikipedia. 

Quedarte en silencio

En cualquier exposición oral no solo es importante lo que se dice, sino también lo que se calla o se sugiere. Manejar bien los silencios y saber dónde y cuándo incluirlos puede ser tan importante como las palabras que se pronuncien. 

Sin embargo, algo que nunca debes hacer -y que echará a perder todo tu monólogo si ocurre- es quedarte completamente en silencio. No durante un segundo o segundos, sino porque te has quedado en blanco, se te ha olvidado el texto del monólogo o no sabes qué decir. Esto puede ocurrir, pero es importante que te dotes de recursos o entrenes tu capacidad de improvisación para que no se note si te pasa. 

Irte por las ramas

Por lo general, un elevator pitch se debe ejecutar en un tiempo muy marcado. Debes contar lo que hace tu startup en un par de frases, resumiéndolo y simplificándolo de la mejor manera posible para que cualquier persona pueda entenderlo. Sobran las florituras, los adornos, los detalles enrevesados o las sobreexplicaciones sobre tu sector o vertical. 

Irse por las ramas puede ser tan malo como no decir nada, porque llenarás el espacio que te han dado de palabras vacías y confundirás más aún al auditorio que te está escuchando. Sé concreto, conciso y márcate objetivos. 

Abrazarte a una muletilla

Un defecto muy común en las presentaciones en público suele ser el uso de muletillas o palabras baúl. Algunas personas tienden a hacer una utilización excesiva de ciertos términos o expresiones y seguramente ni siquiera se hayan percatado de ello. Lamentablemente, los inversores, el jurado, los periodistas, etc. que estén escuchando se darán cuenta rápidamente de su uso y abuso. 

El problema es que si las muletillas emergen una y otra vez pueden echar a perder elevator pitchs perfectamente redactados y escenificados. Esto se debe a que el que está escuchando, sin quererlo, puede acabar centrándose solo en estos términos y no prestar atención a todo lo que se diga entre medias. 

Por ello, eso es importarse que los emprendedores se graben, se escuchen y detecten el uso de este tipo de palabras. Algo que te puede funcionar es ir apuntando las veces que las pronuncias en cada pitch de prueba e ir reduciendo su frecuencia hasta casi su desaparición. 

No prestar atención a la gesticulación

Un elevator pitch debería ser como una especie de teatrillo en el que el emprendedor aproveche el poco tiempo que tiene para captar la atención del público, seducirlo, emocionarlo y despertar su interés para que quiera saber más de su proyecto. Y lo cierto es que para conseguir todo ello en unos minutos, a veces hay que tirar de toda la 'artillería' posible. 

Las palabras son un arma muy valiosa, pero la gesticulación puede ser la pólvora. Los emprendedores deben desplazarse por el escenario o el atril, mover las manos, expresar emociones con la cara, etc. Todo esto te ayudará a enfatizar lo que estás diciendo y garantizará que el que te está oyendo no se quede dormido.

Si eres un orador poco experimentado, tendrás que aprender el texto del elevator pitch primero y, posteriormente, dotarlo de gestualidad. Querer trabajar la memoria y esta parte interpretativa al mismo tiempo cuando se está comenzando puede resultar poco provechoso.