Entrevista a Luis Gelado, co fundador de GeoDB

"El dato es una nueva clase de activo: es el nuevo petróleo"

Cada vez más gente es consciente de que, a cambio de servicios y apps gratuitas, está cediendo a las empresas sus datos personales. Una información que tiene un gran valor, aunque difícil de calcular. Hablamos con Luis Gelado, co fundador de la startup GeoDB, de la venta de datos y cómo blockchain puede ayudar a mejorar la eficiencia y "democratizar" el mercado de big data.

Hablamos con Luis Gelado, co fundador de la startup GeoDB, de la venta de datos y cómo blockchain puede ayudar a mejorar la eficiencia y "democratizar" el mercado de big data

Luis Gelado

Luis Gelado / economia

Agustina Barbaresi

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Hay emprendedores que sólo se lanzan una vez a levantar un negocio. Pero para Luis Gelado y sus socios, crear empresas es una forma de vida. “Somos lo que se conoce como emprendedores en serie: hace unos 10 años montamos una empresa. Y ya vamos por el sexto proyecto”, explica. Ese último proyecto es GeoDB: un mercado de venta de datos que que conecta a usuarios que los venden a cambio de una retribución, con empresas o plataformas interesadas en adquirir esa data.

El proyecto vio la luz en 2018, pero el germen de esta idea comenzó en 2013, cuando Gelado y el grupo montó Wave: una app de localización de contactos que quería facilitar el proceso de encuentro de dos personas. Compañía que tiene actualmente 25 empleados y cuyo CEO es Manuel de la Esperanza, cofundador de GeoDB.

Wave, sin embargo, no monetizaba la información que obtenía de sus usuarios. Su objetivo era captar mucho tráfico y un día, cuando alcanzara un tamaño crítico relevante, poder “o bien cobrar alguna parte del servicio, bien montar un sistema publicitario, bien sacar partido al big data”. Precisamente, por el lado del big data es cuando ha surgido la idea de GeoDB.

Big data: un mercado con potencial, pero con ineficiencias

Gelado afirma que “el dato es una nueva clase de activo: es el nuevo petróleo digital. Esa equiparación del dato al poder se puede ver en casos como por ejemplo lo que ha sucedido con Facebook, cuando decían que había habido una manipulación de los electores en EE. UU. desde Rusia”.

La gestión y el uso de datos tiene un impacto económico muy elevado. “El hecho de que todas las personas del mundo estemos conectadas a través de terminales digitales ha hecho crecer el mercado de big data, que ya es muy grande. Soy de los que piensa que de aquí a 10 años el 95% de las decisiones corporativas a nivel mundial estará basado en el análisis de datos”, augura.

El mercado de big data está experimentando una escalada imparable: en 2019 ya va a tener alrededor de 50.000 millones en ingresos; esto incluye compra de datos, almacenamiento de los mismos y también su análisis. Pero “es un mercado muy atomizado: hay miles de partícipes, pero no hay puentes tendidos. No hay conexión entre oferta y demanda y, por lo tanto, no hay unas reglas preestablecidas con respecto a los precios, los mecanismos de compra o los aspectos legales. Esto provoca que sólo entre el 5 y 10% de los datos que se generan a nivel mundial sean explotados”, afirma Gelado.

Precisamente, desde GeoDB han detectado esas ineficiencias que provocan que el mercado no crezca más todavía: “la automatización de las fuentes de información, la confianza de las mismas, los procesos de adquisición que no son escalables (hay que ir uno a uno) y son lentos, la falta de transparencia, la dificultad para hacerte un esquema de valor con la diversidad de precios... Por lo tanto, una empresa de big data, que tiene una serie de algoritmos que tiene que alimentar con datos, se pasa todo el día negociando y vendiendo al cliente final”.

Así, el objetivo de la compañía es resolver esas ineficiencias a través de la aplicación de modelos basados en la tecnología blockchain. Precisamente, para la nueva “aventura” empresarial del grupo, ha sido clave el desarrollo de las criptodivisas y de esa tecnología que las soporta. “En el auge de las ICOs (Initial Coin Offerings) nosotros pensamos, ¿y si hacemos una ICO con Wave, lanzamos un token y lo vendemos para financiarnos?. Entonces fue cuando Sacha Gordillo, uno de los socios de GeoDB, que llevaba unos 4 o 5 años vinculado al mundo blockchain, comenzó a conceptualizar la idea”, explica Gelado.

El token es la representación del valor del dato: “esos tokens en algún momento del año que viene van a cotizar en alguno de los mercados que existen. Con lo cual van a ser activos líquidos”, puntualiza.

“La gente no es consciente de la cantidad de datos que cede”

Gelado advierte de que los usuarios no son conscientes del volumen de datos que están cediendo en Internet. “Y tampoco son conscientes del valor. Mucha gente no sabe que en realidad sí está pagando algo por las apps (gratuitas de su móvil): cede sus datos, que valen mucho más que lo que puedan conseguir las apps de servicios por cobro directo. Uno de los problemas es que los usuarios no son capaces de trasladar esto a un lenguaje monetario que entiendan”, señala.

Gelado señala que hay mucha opacidad de cara al usuario con respecto a la cesión de sus datos. “Y, sin embargo, sin usuarios no hay mercado de big data. Por otro lado, por el camino hay muchos intermediarios en el mercado que hacen lento e ineficiente el proceso. Hay una injusta distribución del valor: lo que recibimos a cambio de los datos es acceso al mail gratuito, a Whatsapp, a redes como Facebook… Sin embargo, son mucho más valiosos los datos que se están cediendo en términos anuales que el coste de mantenimiento de esas plataformas”.

Así, Gelado afirma que desde GeoBD pretenden “democratizar el mercado de big data y esto no sólo implica que los usuarios reciban una retribución directa por sus datos. También supone abrir el mercado para que esté accesible no sólo a las grandes corporaciones: los costes de compra de datos hoy por hoy son tan elevados que se quedan fuera muchos pequeños y medianos agentes”.

¿Qué datos se pueden vender?

Con respecto a los datos que se pueden “vender”, Gelado explica que uno de los que más valor tiene actualmente en el mercado es la posición de geolocalización. Esto se asocia a datos más fijos, como la marca del terminal (desde el que se emite ese dato de posicionamiento), qué sistema operativo tiene, qué tamaño de pantalla, cómo gestiona su almacenamiento, qué intensidad de señal móvil tenía en el momento en que se registró la localización…

En referencia a la venta de datos, hay una cuestión clave para GeoDB, que es cómo lidiar con la nueva Ley Europea de Protección de Datos. “Uno de los pilares fundamentales del nuevo reglamento es transparencia para el usuario, conocimiento, acceso, rectificación, cancelación y borrado. Pero claro, esto va en contra de la naturaleza de blockchain: yo no te puedo borrar. Una vez que tus datos están en nuestra red, son inmutables”.

Para solventarlo, actúan en dos frentes: “lo primero es que tú no me das acceso a tus datos y yo los comercializo, como puede hacer Facebook. Lo que haces es vender tus datos al protocolo de forma anónima. Por otro lado, la nueva normativa ya considera a la información de localización como información personal, aunque no tenga asociado un mail o un número de teléfono. Así, lo que hace GeoBD es conectar con el identificador del terminal que tiene la persona y realiza un proceso por el que, a través de varios encriptados, se consigue anonimizar el dato y que no sea rastreable hasta la persona. GeoDB hace además una primera curación de esos datos: gran parte del problema que hay en este mercado es la desagregación de datos, con formatos distintos y demás. El sistema agrega múltiples fuentes de información y los unifica”.

Después, los compradores pagan a su vez en tokens y obtienen datos. Es un proceso de compra simplificado, ya que no tienen que contactar a las plataformas o lo vendedores por separado, no tienen que establecer relaciones ni firmar contratos. Sólo tienen que filtrar los datos ya depurados y comprar los que les interesen.

¿Todos cobran igual?

No todo el mundo cobra lo mismo por su data: por un lado, el sistema tiene una serie de incentivos que premia más a los nuevos usuarios, para atraer público. Por otro lado, depende de la conectividad: si el móvil está apagado, no se aporta data y por tanto no se consiguen tokens. Eso sí, si los datos cedidos por un usuario son comprados por una empresa que accede a consultar la base de datos, el usuario es recompensado.

En suma, desde GeoDB construyen lo que definen como “un mercado de big data ordenado y eficiente, que está potenciado por tecnologías blockchain. “Pretendemos “desficcionar” este negocio, aumentar la transaccionalidad. Tender puentes entre unos y otros, compradores y vendedores”, concluye Gelado. Aspiran a reconfigurar la industria y hacerla más justa. A golpe de click.