SALIDA DE UE

El 47% de las pymes españolas no están preparadas para el Brexit

Las empresas españolas reconocen que no han preparado un plan de contingencia. Los expertos británicos aconsejan que las empresas tienen que prepararse para cualquier escenario: Brexit blando o duro.

Las empresas españolas reconocen que no han preparado un plan de contingencia.

brexit

brexit / economia

Marta Gracia

Marta Gracia

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La salida del Reino Unido de la Unión Europea, lo que se conoce como Brexit, parece que no llega nunca. Ahora hay nuevas fechas. El 12 de abril, Reino Unido tendrá que presentar su nueva propuesta y solicitar una prórroga más prolongada o salir del bloque europeo sin acuerdo. El resto de países de la UE miran expectantes lo que ocurre, también lo hacen las empresas, ya que muchas ventas y acuerdos comerciales se podrían ver afectadas por cómo se haga la salida.

En el caso de las empresas españolas, la Cámara de Comercio Británica en España (British Chamber of Commerce) apunta que las pymes no están preparadas para el Brexit. “Muchas pymes nos dicen que no sabe a qué enfrentarse y asegura que han comenzado a preocuparse ahora”, asegura Eva Prada, spain director de la Cámara de Comercio Británica en España. De hecho, señala que el 47% de las empresas esperan al final para tener un plan de contingencia.

Una afirmación que comparte Bill Murray, responsable de economía y políticas públicas de la Embajada Británica en España: “Muchas empresas no se han adaptado a las medidas de contingencia, pensaban que no iba a haber una cuerdo”. De hecho, aconseja que “hay que prepararse para todos los escenarios”, aunque el escenario más probable, según Murray, es que se llegue a un acuerdo.

Por su parte, Prada añade que hay muchos sectores que no se han preparado para ningún escenario. No obstante, reconoce que el sector que más ha trabajado ha sido el de servicios financieros. Resalta que hay algunos sectores que “se juegan” mucho en el Brexit como el de automoción donde el aumento del 10% por los aranceles de exportación supondría 1,8 billones de euros. Por ello, considera necesaria “la posibilidad de que algunos sectores tengan acuerdos bilaterales propios”.

La directora de la Cámara de Comercio Británica asegura que, “a pesar de no estar preparadas”, las empresas muestran nerviosismo por el Brexit: el 46% empresas españolas afirma tener relaciones con Reino Unido. Las exportaciones son el vínculo más común, seguido de la implantación vía filial.

El nerviosismo es normal, ya que Reino Unido es el primer inversor europeo en España, y solo está por detrás de EEUU a nivel global. En los últimos 25 años, Reino Unido ha invertido 71.200 millones de euros en el país; lo que supone 187.000 puestos de trabajo y el 18% de los flujos totales del Estado. Además, el comercio bilateral entre ambos países mueve 60.000 millones de euros.

¿Qué pasa con los impuestos?

Por lo que respecta a la fiscalidad, los impuestos especiales, el IVA y/o los aranceles serán diferentes dependiendo del tipo de salida que se haga finalmente. Así Marta Callejo, Marta Callejo, directora de Fiscal de Ayming. Marta Callejo, Directora de Fiscal de Ayming. El primer escenario es el de la salida con acuerdo, con el que el Reino Unido permanecería en la Unión durante un periodo de transición. Durante dicho periodo, a efectos prácticos para los operadores, todo seguiría como hasta ahora. Finalizado el periodo de transición, debería haberse negociado y ratificado un acuerdo que establecerá un nuevo marco normativo con el objetivo de facilitar las relaciones comerciales entre ambas partes.

Por otro lado, a falta de un acuerdo para la salida ordenada del Reino Unido de la UE, que establece un periodo transitorio hasta el 2020, el Reino Unido será tratado como un país no perteneciente a la UE a efectos aduaneros. En este aspecto, las consecuencias respecto al IVA serían que la Directiva del IVA ya no será de aplicación en el Reino Unido.

Las operaciones que se realicen entre Estados Miembros de la UE y el Reino Unido perderán su actual estatus de operaciones intracomunitarias, y pasarán a convertirse en exportaciones e importaciones que obligarían a lidiar con costosos trámites aduaneros. La posibilidad de aplicar el régimen de diferimiento del IVA a la importación a efectos de evitar el coste financiero que supone el pago del IVA, tanto en España como en Reino Unido.

Cláusulas de utilización efectiva “regla de uso y disfrute”: la cláusulas de utilización efectiva comenzarán a aplicarse en determinadas operaciones (Ejemplo: servicios publicitarios, servicios de asesoramiento, etc.), de tal forma que la habitual regla de inversión del sujeto pasivo que permite no repercutir IVA "extranjero" a empresas británicas quedaría sin efecto, lo que tendría un importante impacto financiero, más si cabe si ese IVA no es recuperable, lo que dependerá de los acuerdos de reciprocidad que se firmen en su caso.

En materia aduanera, las operaciones que se realicen entre Estados Miembros de la UE y el Reino Unido serán calificadas como exportaciones e importaciones. Una de las consecuencias será que Reino Unido pasará a ser tratado como un país no perteneciente a la UE y las relaciones estarán reguladas por las normas de la Organización Mundial del Comercio, si bien Reino Unido está imponiendo sus propios aranceles. Asimismo, recuerda Callejo, “las mercancías serán despachadas por aduanas y será necesario liquidar el arancel correspondiente, así como los impuestos especiales si fueran necesarios. Del mismo modo se generarán costes para la adaptación de los sistemas informáticos a las nuevas obligaciones de carácter contable, de facturas, etc. y, por supuesto, no podemos olvidar otras obligaciones no fiscales como los controles sanitarios, antidumping, etcétera”.

En este caso, Reino Unido suprimiría los aranceles sobre la gran mayoría de importaciones del país. Sin embargo, impondrá los siguientes aranceles: el 2,5% en pieles/cueros, el 12% en textil y confección y el 10% en los vehículos automóviles. En cuanto, a los productos alimentarios (carne, pescado, cereales, molinería,…etc.) se les aplicaría una tasa arancelaria y/o una cuantía económica en función del peso.