ECONOMÍA DE BARRIO

¿Quieres emprender en los mercados municipales de Madrid? Esto es lo que debes saber

La Cebada o Barceló son algunos de los espacios con locales disponibles

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Ana García Moreno

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La red de mercados municipales de Madrid está formada por 45 centros permanentes más otro de productores de carácter mensual. Una variedad de espacios que pueden convertirse en un lugar idóneo para emprender. ¿El motivo? Han conseguido aunar el concepto de consumo más tradicional, el de la tienda de barrio, con otro más innovador que busca captar clientes jóvenes y competir con las grandes superficies.

Pilar Galindo, vecina del barrio de Chamberí, en Madrid, los conoce muy bien. “A veces voy al de Chamberí, otras  al de Vallehermoso, pero el que más me gusta es el de Maravillas, en Cuatro Caminos”. Entre las ventajas que encuentra Galindo destaca la atención más personalizada y la calidad superior de los productos.

Esta fidelidad de los clientes ha hecho que estos espacios, muy castigados durante la crisis, vuelvan a estar en el eje del consumo. “Creo que a día de hoy se valoran bastante por la calidad de los productos, que se traen directamente desde Mercamadrid, y el servicio y trato personal que dan”, explica David C. Montoro, comerciante del mercado de Barceló del sector de la informática, ofimática y reprografía.

Otra de sus ventajas es la localización, ya que se suelen situar en enclaves estratégicos de la ciudad y en un entorno comercial consolidado. Además, tal y como asegura la directora general de Comercio y Emprendimiento del Ayuntamiento de Madrid, Concha Díaz de Villegas, “forman parte de la historia de Madrid y son un elemento más integrado en la ciudad que también visitan turistas por el valor histórico de sus fachadas”, lo que asegura la diversidad de público y un constante flujo de visitantes.

¿Cómo conseguir un local?

Si estás pensando en montar un negocio en estos espacios, lo primero que debes saber que es pertenecen al Ayuntamiento, y es éste el que, a su vez, hace una concesión a otro agente para que gestione el mercado. Después, será el concesionario y el comerciante quienes establecerán un contrato por el que el local se cede por su uso, en lugar de alquilarse.

De este modo, los comerciantes deberán abonar una tarifa al concesionario. Esa tarifa dependerá del contrato de concesión administrativa entre el Ayuntamiento y este agente. En ella, se incluyen los gastos comunes de conservación y de mejora y explotación del mercado, y en algunos casos, el precio de cesión del local. Por eso, “cada mercado y cada local tendrá su propia tarifa”, cuenta Díaz de Villegas.

Así por ejemplo, tal y como explica Yolanda Álvarez, gerente del Mercado de San Antón, en Chueca, “las tarifas de los locales ubicados aquí dependen del tipo de actividad que ejerzan, la ubicación y los metros cuadrados”. En este caso, el precio medio es de unos 2.000 euros al mes. Eso sí, a día de hoy, aquí no hay locales disponibles.

Donde sí hay espacio es en otros mercados como Barceló. “Hay 20 puestos disponibles, sobre todo en la planta destinada a hostelería y comercio con degustación”, cuenta el gerente de este mercado Juan Andrés Heras Durán. Aquí adquirir la condición de usuario cuesta 390 euros por metro cuadrado, mientras que el coste al mes del puesto es de 32 euros también por metro cuadrado.

¿Tradición o necesidad?

En estos espacios hay quienes deciden lanzar su negocio por tradición familiar, como fue el caso de Rosa Álvarez Toledano que desde hace 8 años tiene un local en el mercado de San Antón dedicado a la venta de productos alimenticios. Pero también hay quienes deciden emprender aquí por necesidad: “Me ofrecieron un puesto en el Mercado de Barceló, y evaluando los costes y la necesidad, me pareció una oportunidad de probar y ver cuál podía ser el resultado”, cuenta Montoro. De eso han pasado 10 años y tal y como él mismo asegura “tengo una familia a la espalda que vive de este negocio”, por lo que “la apuesta fue un éxito”.

Renovación necesaria

Para alcanzar ese éxito, estos espacios han tenido que adaptarse a las nuevas necesidades. “Nos hemos transformado para favorecer la experiencia de compra y modernizar la imagen del mercado, haciendo promociones de compras o instalando negocios eco”, explica Heras.

En algunos de ellos se ha apostado también por un nuevo concepto de mercado municipal en el que se potencie la idea de que “venir a hacer la compra sea una experiencia, no una obligación”, apunta Álvarez. De ahí que cada vez haya más espacio para la hostelería.

Eso sí, también es necesario que tener en cuenta alguno de sus aspectos más negativos como que al tener un local dentro de un edificio, el público no podrá visualizarte a pie de calle.

Pese a todo estos, estos mercados siguen manteniendo una ocupación similar en los últimos años de cerca de 2.100 locales abiertos que, a su vez, dan empleo directo a unas 4.500 personas, según cifras del Ayuntamiento de Madrid. A día de hoy desde este organismo aseguran que hay locales disponibles para emprender en mercados como Doña Carlota, Guzmán el Bueno, Ibiza o La Cebada, entre otros.

Una forma de fomentar el empleo y el comercio de proximidad además de dinamizar los barrios donde se ubican.