Informe de ADP

La brecha salarial sigue sin cerrarse: las mujeres se quedan atrás en aumentos y bonificaciones

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mujer trabajadora / Unsplash

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Las mujeres siguen sufriendo la desigualdad a la hora de asumir nuevas funciones o responsabilidades para llenar los huecos que ha provocado la pandemia en las empresas, derivados de los despidos, las reducciones de jornadas, etc. Según los datos recogidos en el informe ‘People at Work 2021: A Global Workforce View’, que elabora ADP Research Institute, en Europa, el 59% de los hombres recibió un aumento de sueldo o una bonificación por funciones y responsabilidades adicionales, frente al 51% de las mujeres.

El estudio, en el que se han realizado entrevistas a más de 32.000 empleados en España y otros 16 países, analiza el impacto de la pandemia en los empleados durante el último año, y trata de medir el pulso de la fuerza laboral a nivel global y cuáles son las perspectivas de los profesionales para el futuro.

Otra de las conclusiones principales muestra que tanto hombres como mujeres han tenido que asumir responsabilidades adicionales, en un porcentaje similar: el 47% en el caso de los hombres y el 46% de las mujeres. También han tenido que asumir un nuevo cargo dentro de su empresa, en una misma proporción del 28%. Asimismo, el 68% de los trabajadores encuestados afirmó haber recibido un aumento de sueldo o una bonificación por ello. Sin embargo, en todas las regiones a nivel global, las mujeres han tenido más complicado recibir dicho reconocimiento con respecto a los hombres, habiendo registrado la mayor brecha entre los empleados en Norteamérica.

"Los trabajadores de ambos sexos se han esforzado al máximo para ayudar a los empresarios que han tenido que recortar puestos de trabajo o reestructurar sus operaciones debido a la pandemia, pero las mujeres se están quedando más rezagadas cuando se trata de ser recompensadas económicamente por dichos esfuerzos", destaca Georgina Soca, directora de RRHH de ADP para el sur de Europa, que considera que "queda demostrado que queda trabajo por hacer para erradicar la desigualdad sistémica y cerrar la brecha salarial de género". 

En opinión de esta experta, muchas empresas “no han podido, lógicamente, aumentar el salario o dar bonificaciones en estos tiempos económicos difíciles, y sigue siendo una triste realidad que las mujeres son las que más han sufrido este hecho”. 

Estrés y conciliación

El informe revela también que en la práctica totalidad de las regiones, la gestión del estrés es un reto mayor para las trabajadoras: 17% mujeres lo consideran un desafío, frente al 12% de los hombres. Una consideración que las organizaciones deberían tener en cuenta y a la que prestar atención. Una de las razones es la carga que muchas mujeres asumen con el cuidado de los niños y la educación en casa, que ha sido muy comentada en muchos países. De los profesionales entrevistados, el 15% de los padres y madres trabajadores ha afirmado que bien ellos o bien alguien de su unidad familiar, ha dejado de trabajar voluntariamente, y el porcentaje asciende hasta el 26% entre aquellos con hijos menores de 1 año. 

Otras posibles causas de estrés entre las mujeres son: menos seguridad en torno a las perspectivas de empleo que los hombres, y la sensación de estar comparativamente infravaloradas en el trabajo. Las mujeres confían menos que sus colegas masculinos en su capacidad para encontrar un nuevo trabajo que les ofrezca un salario y una flexibilidad comparables. "Las mujeres tienen menos probabilidades que los hombres de que sus managers les ofrezcan más flexibilidad de la que prevé la política de la empresa", señala ADP. 

En este punto, de nuevo los trabajadores con hijos asumen una carga mayor y las madres parecen salir especialmente perjudicadas. Los resultados de la encuesta sugieren que las mujeres podrían disfrutar de menos flexibilidad que los padres y los trabajadores sin hijos. De hecho, el 35% de los padres afirma que su manager le ofrece más flexibilidad de la que contempla la política de la empresa, dato que contrasta con el 29% entre las madres, y los trabajadores sin hijos de ambos sexos se sitúan en un punto intermedio. 

"La percepción de justicia entre los empleados juega un papel fundamental en materia de lealtad y compromiso, y repercute en la productividad, la retención del talento y la reputación y hay que continuar mejorando para que los esfuerzos y contribuciones sean recompensados de forma equitativa en ambos sexos", concluye Georgina Soca.