Mercado laboral

Déficit de talento: los universitarios no salen con la formación requerida por las empresas

La brecha entre el nivel de talento que las empresas requieren y el que presentan los jóvenes informáticos de la educación superior alcanza un 46,8%

La brecha entre lo que quiere la empresa y lo que ofrece el recién incorporado es alta

La brecha entre lo que quiere la empresa y lo que ofrece el recién incorporado es alta / Pixabay

Marta Gracia

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El sector educativo y el mercado laboral parece que no están acompasados. O por lo menos eso revelan los datos de la III edición del estudio 'Empleabilidad y Talento Digital' de la Fundación Vass. A nivel global, la brecha entre el nivel de talento que las empresas requieren y el que presentan los jóvenes informáticos de la educación superior alcanza un 46,8%, y confirma que el déficit no ha dejado de crecer desde 2018.

El informe también va más allá y asegura que los jóvenes están desorientados sobre lo que quieren las empresas. Por ello, los autores del estudio aseguran que es un reto de país poder cerrar ese gap y así conseguir que empresas y trabajadores puedan ser más eficientes.

El cada vez más amplio gap de talento tiene este año una mayor trascendencia por el protagonismo que ha cobrado la transformación digital como eje de la recuperación económica del país tras la llegada del covid-19. Pero ¿cómo se consigue que empresas y jóvenes recién formados estén en sintonía?

Pablo Trinidad, subdirector en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática de la Universidad de Sevilla y coautor del estudio, considera que desde la universidad están fallando en saber formar a los alumnos sobre la vida profesional, que "a veces es tan importante como el propio plan de estudios". Además, Trinidad identifica algún fallo entre los alumnos como que "derivan el problema de a qué van a dedicarse en la etapa profesional cuando llegan a esa etapa profesional".

La universidad, según apunta el coautor del estudio, organiza eventos y ferias que son de interés para los estudiantes con ponentes, en ocasiones, que son tan relevantes que profesionales querrían acudir, pero "nos preocupa la escasa participación de los jóvenes". Un punto en el que Rebeca Navarro, directora de Talento de Vodafone, señala la importancia de saber estar donde están los jóvenes.

"A nosotros lo que nos está funcionando son los directos de Instagram", asegura Navarro y explica que en utilizan una de las redes sociales más utilizadas para acercarse a ellos. De esta manera, un profesional del derecho explica cómo es trabaja en el departamento jurídico de una empresa o en una asesoría y "así lo ven en su entorno".

La conclusión es que es a empresas y universidades a las que les toca adaptarse a los nuevos tiempos y estar en los canales en los que están los estudiantes. No obstante, Trinidad ironiza con que el segundo de atención está carísimo y están compitiendo con un montón de información. Por lo que pide modernizar las instituciones educativas y recursos para poder llegar hasta ellos.

Para Lucía Velasco, directora del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI), el problema no es solo de la universidad, sino también de los servicios de empleo. "Falta un componente de orientación y hay que entender que esa orientación llega en un contexto difícil para los jóvenes, que están en la universidad", apunta Velasco. Explica que hay una presión social con el futuro, con el éxito, con el trabajo... "hay que conseguir que la orientación no tenga que llegar de golpe, sino adaptarse, no dejar solo al estudiante".

Elena Salgado, presidenta de la Asociación Española de Consultoría (AEC), matiza que el tránsito del estudiante al mercado laboral supone un cambio, que es parte del crecimiento personal y profesional. "Todas las iniciativas de explicarles todo lo que se van a encontrar en la empresa son muy bienvenidas, pero ahí la responsabilidad es compartida", señala Salgado. No obstante, puntualiza que mayor porcentaje de esa responsabilidad recae sobre la empresas, pero el estudiante "debe saber que habrá un shock y un reto nuevo al que tendrá que enfrentarse". 

Pérdidas económicas por la falta de talento

La brecha digital trae consigo pérdida económica. Según el estudio de la fundación, la creciente falta de perfiles y competencias digitales en España genera importantes pérdidas de actividad en el sector TIC. Solo en el ámbito de los servicios digitales, hay una fuga de actividad cercana a los 315 millones de euros anuales, y una merma de 110 millones de euros de recaudación fiscal al año y de un 12,5% menos de nuevas contrataciones, que equivaldría a un mínimo de 3.600 vacantes por año.

De las universidades en España, terminan los estudios y se integran definitivamente al mercado laboral poco menos de 5.000 jóvenes talentos de la informática procedentes de los estudios de grado (4.847 en el curso 2018-2019), y 2.260 de los que han cursado estudios de máster. Esto suma un total de 7.738 egresados, que resultan pocos para las más de 15.000 empresas que en España contratan o intentaron contratar especialistas TIC en 2020, lo que supone que, por cada dos empresas españolas que requieren los servicios de un profesional TIC, solo hay un perfil formado para asumir este trabajo.

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Como agravante a esta situación, en los últimos cinco años, el sistema universitario ha dejado fuera de sus aulas a 20.914 jóvenes que solicitaron plaza para realizar el Grado en Informática. La tasa de abandono en estas disciplinas lidera el ranking nacional con un 50% de abandonos en los tres primeros cursos de la carrera de ingeniería e informática.