formación en el sector tecnológico

"La industria del bootcamp nace para ayudar a la gente a cambiar su vida desde cero"

Hablamos con Álvaro González, director general del campus de Ironhack en Madrid, sobre el auge de los bootcamps, la capacitación que ofrecen y las repercusiones que la pandemia ha tenido tanto en la contratación como en la demanda de formación.

Hablamos con Álvaro González, director general del campus de Ironhack en Madrid, sobre el auge de los bootcamps, la capacitación que ofrecen y las repercusiones que la pandemia ha tenido tanto en la contratación como en la demanda de formación.

alvaro gonzalez

alvaro gonzalez / economia

María Refojos

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A la hora de elegir un sector laboral que ofrezca oportunidades reales de trabajo, el tecnológico despunta. Hace años que se habla de la necesidad de talento de las empresas y su dificultad para encontrar profesionales preparados para cubrir estas vacantes. Y, aunque la actual crisis también está haciendo mella en la contratación en STEM, las competencias en nuevas tecnologías siguen siendo una buena garantía de empleabilidad.  

La pandemia ha acelerado el proceso de transformación digital y ha puesto todavía más presión sobre las empresas, que deben redefinir y evolucionar constantemente dentro de sus propias estrategias arrastrando en este esfuerzo a sus equipos. En este contexto económico, que apremia a los negocios a adaptarse con velocidad y que destruye puestos de trabajo por miles, la posibilidad de hacer un curso de 3 meses que te prepare para empezar a trabajar al día siguiente aparece como la solución a ambos problemas. 

Con esta concepción nacen los bootcamps, que son programas de formación de corta duración que trasladan el concepto militar de entrenamiento intensivo a las disciplinas tecnológicas. Se popularizan en San Francisco de la mano de un incipiente Silicon Valley y su necesidad acuciante de programadores. A España llegan en torno a 2013 y desde entonces se han asentado como una de las fórmulas con las que adentrarse en el universo STEM sin tener que pasar por una carrera o un FP

Ironhack es una de las primeras escuelas en impartir esta modalidad de cursos en nuestro país. Se fundó en 2013 en Madrid, enfocada en el desarrollo web, y desde entonces ha abierto otros 8 campuses en todo el mundo y ampliado el abanico de formación a Data Analytics, diseño UX/UI y, más recientemente, ciberseguridad. 

Este último, que se estrena a finales de octubre, es el más largo de sus bootcamps con una extensión de 12 semanas. El de desarrollo web son solo 9 semanas, lo que supone que en menos de 3 meses el alumno sale al mundo laboral listo para programar. Y, según nos cuenta Álvaro González, director general del campus de Ironhack en Madrid, lo hará en grandes organizaciones como Santander o Telefónica, en consultoras como Accenture o Everis, en startups como Cabify o Colvin… 

¿Qué conocimientos previos son necesarios para cursar un bootcamp?

La industria del bootcamp nace para ayudar a la gente a cambiar su vida desde cero; para convertirte en analista junior en otra disciplina, ya sea programador, diseño web, analista de datos, consultor de ciberseguridad…Cualquier persona tiene la posibilidad de cursar un bootcamp y cambiar su vida. 

Dicho esto, nosotros tenemos un proceso de admisiones en el que tratamos de detectar aquellos perfiles que creemos que no están preparados. Esto es un campamento académico, muy intenso. Te sumerges 24 horas al día, 7 días a la semana, en una nueva materia. No hay excusas para no estar estudiando más de 8 horas al día.

Esto es un campamento académico, muy intenso. Te sumerges 24 horas al día, 7 días a la semana, en una nueva materia"

Lo que intentamos detectar primero es si estás comprometido. Y segundo, hay un test psicométrico de lógica, porque los bootcamps más técnicos sí precisan de cierta lógica. 

¿Este cribado inicial se aplica a todos los cursos, independientemente del tipo de programa?

Sí. La parte motivacional es más o menos la misma, aunque la parte técnica sí que tiene variantes para el curso. En cualquier caso, es un cribado psicométrico de lógica y razonamiento y, en porcentaje, más del 90% pasa este proceso de admisión. El que no pasa más del 90% es la entrevista motivacional. 

Es más el compromiso de cambiar su vida y convertirse en un profesional de la tecnología que la dificultad del programa, que está preparado para llevarte desde cero a ese nivel junior que vas a tener cuando acabes el curso. 

¿Por qué son tan populares los bootcamps en el sector tecnológico?

El bootcamp nace de las prisas que tienen ambas partes. Por un lado, las prisas de las empresas tecnológicas de contratar gente que no existe en el mercado. Las empresas necesitan contratar ya y no pueden esperar a que salgan de la universidad.  

Las empresas necesitan contratar ya y no pueden esperar a que salgan de la universidad"

Por otro lado está la gente que quiere cambiar de carrera profesional y necesita ayuda para hacerlo en el mínimo tiempo posible. Nuestra media de estudiantes está en 28-30 años: con esa edad no tienes el tiempo ni los recursos para volver a la universidad 4 años a estudiar, necesitas seguir generando ingresos. 

No hay talento suficiente para cubrir los puestos que demandan las empresas y, al mismo tiempo, hay mucha gente en desempleo o en condiciones laborales precarias; es decir, talento que todavía no está preparado. Lo que la industria del bootcamp viene a hacer es juntar ambas en el menor tiempo posible. 

Uno de los comentarios que he oído de programadores ‘de carrera’ es que los que salen del bootcamp están verdes

Entiendo al 100% la visión de un programador que ha estudiado ingeniería informática, o cualquier otro tipo de ingeniería técnica, que diga “es imposible, no puedes estar en 3 meses al nivel de alguien que ha estudiado 4 años de carrera”.. Estoy de acuerdo, no es lo mismo.

Nosotros lo que intentamos cubrir es la demanda de talento junior"

Nosotros lo que intentamos cubrir es la demanda de talento junior, esto es muy importante entenderlo. Nadie que salga de un bootcamp está preparado para liderar un equipo de programación, ciberseguridad, diseño web o ningún otro equipo. Entrenamos talento con mucho potencial en las habilidades que necesitan para su primer empleo en el sector de tecnología.

¿Te prepara un curso de tres meses para los imprevistos del día a día?

Hay que entender el objetivo del bootcamp, que es estar listo para ser empleable. Y a la hora de ser empleable, las skills que las empresas buscan son que sea capaz de usar las herramientas más actuales. El talento de la universidad tradicional está mucho más preparado para cosas complicadas.

Evidentemente no se puede ver el mismo nivel de profundidad en 9 semanas, pero lo que necesitan muchas empresas ahora es gente que esté lista para unirse a los equipos a un nivel de entrada. 

¿Son entonces el relevo generacional de la universidad?

Son mundos diferentes y los dos son necesarios. Las herramientas que enseñamos son muy novedosas; difícilmente vas a encontrar una universidad que esté enseñando React, que es una tecnología muy concreta y se usa en la mayoría de empresas tecnológicas. 

Nosotros tenemos la capacidad de adaptar el currículo rápidamente a lo que piden las empresas y la universidad va más a los fundamentos teóricos, pero hay más necesidad de un talento que esté listo para usar herramientas ya.

En vuestro sector es imprescindible la formación continua. ¿Transmitís esta idea a los alumnos? 

Claro. No es solo lo que vayas a aprender en el bootcamp, sino también que con unas determinadas herramientas te sepas buscar la vida. Lo más importante es que aprendas a buscar la respuesta a tus problemas, las tecnologías evolucionan constantemente y hay que saber aprender rápido y adaptarse a las nuevas herramientas que van saliendo. 

¿Qué tasa de contratación suele tener un bootcamp? 

Esto es una educación orientada al retorno para el estudiante, y este rara vez suele ser el que ha terminado bachiller, sino licenciados y graduados en otras áreas: arquitectos, psicólogos, médicos, economistas…  También tenemos ingenieros informáticos que hacen un bootcamp para actualizarse. Son gente con estudios especializados que quiere un retorno inmediato. ¿Y cuál es este retorno? Evidentemente, la empleabilidad, y todo está enfocado a ello.

Pero hay dos periodos, prepandemia y postpandemia. En la prepandemia, en 2018 la empleabilidad estuvo en el 85% a 3 meses y al 90% a 6 meses. En 2019, al 80% a 3 meses y 85% a 6 meses en la primera mitad del año

Confiamos en cerrar el año alrededor del 65%-70% de empleabilidad"

Y al llegar la pandemia, en marzo, abril y mayo el mercado de trabajo se congela. La empleabilidad en la primera parte de 2020 ha sido muy baja, de entre el 30-40% a 3 meses vista, que para nosotros es muy bajo. Pero desde la vuelta del verano estamos viendo más movimiento en contratación y confiamos en cerrar el año alrededor del 65%-70% de empleabilidad. Lo ideal para la industria, en términos medios, está en el 80% a 3 meses. 

Además del impacto en las empresas, la crisis por el coronavirus está impactando también en los profesionales. ¿Habéis detectado una mayor demanda de formación? 

Pues ha habido dos fases. La primera, en marzo, abril y mayo, donde la incertidumbre paralizó los planes de cambiar de carrera y, de hecho, ocurrió lo contrario: perdimos estudiantes. Algunos no querían estudiar en remoto y querían esperar a que todo pasara para empezar presencialmente. 

Y lo que hemos visto de mayo en adelante es que han entendido que no se sabe cuándo va a terminar esto y que no tiene sentido seguir posponiendo los planes. Ese proceso interno ya se está dando y ahora da igual el formato, lo que quiere el estudiante es emplearse o cambiar su vida. Además, el pico de desempleo coincide además con un pico de demanda en educación que esté enfocado a la empleabilidad. 

Hay mucho talento que quiere formarse, pero hay un reto más grande que es la financiación"

Ahora estamos en un momento dulce en cuanto a que hay mucho talento que quiere formarse, hay demanda. Pero hay un reto más grande que es la financiación. Gente desempleada no puede permitirse una formación privada como puede ser la de Ironhack. En este sentido hay una labor importante que hacer con instituciones públicas y empresas para ofrecer becas o ayudas a la gente que no tiene los recursos.

Y también está el reto de la empleabilidad, que se está reactivando pero las empresas no están todavía en condiciones de absorber talento a niveles prepandémicos. El shock en el mercado laboral también afecta al sector tecnológico.