VIVIENDA Y TELETRABAJO

La importancia de la vivienda: pisos pequeños, menos oportunidades para teletrabajar y estudiar

El 27% de los jóvenes han tenido dificultad para trabajar desde su casa por la dificultad de tener un espacio específico. A un 13% de los jóvenes les ha pasado lo mismo con el estudio. ¿Qué casa se busca?

El 27% de los jóvenes han tenido dificultad para trabajar desde su casa por la dificultad de tener un espacio específico

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Marta Gracia

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Desde el pasado mes de marzo, la vivienda se ha convertido en la principal protagonista de nuestra vida. Si ya era importante antes, ya que supone el principal desembolso económico, el coronavirus ha hecho que elegir la mejor sea imprescindible. Primero el confinamiento, que hizo que los españoles estuviéramos 24 horas entre cuatro paredes, y después las recomendaciones de seguir trabajando en el domicilio y el miedo al contagio, que hace que la casa sea el lugar seguro.

El teletrabajo ha sido una práctica habitual entre muchos españoles, entre aquellos que han mantenido el empleo y entre los que han podido hacer su trabajo en el domicilio. La investigación “De puertas adentro y de pantallas afuera. Jóvenes en confinamiento”  realizada por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de Fad, señala que los jóvenes han podido cumplir sus objetivos laborales teletrabajando (77,9%), aunque, tal y como matizan, el 15% de ellos ha tenido dificultades “importantes” o le ha resultado imposible realizar su trabajo a distancia.

El principal problema ha sido por falta de espacio. De hecho, el 26,9% de los encuestados apunta que la imposibilidad de tener un espacio para trabajar ha dificultado su teletrabajo. Los problemas relacionados con la red (24,6%) y la imposibilidad de realizar ciertas tareas en casa (26,1%) son los otros dos grandes problemas. Por lo tanto, los problemas con el teletrabajo no son, en ninguna medida, atribuibles a la falta de equipamiento (aunque sí a la mala conectividad) o poco o nada a la educación digital de los chicos y chicas.

Por lo que respecta al estudio, pasa algo similar, aunque en este caso el porcentaje de jóvenes que no han podido estudiar por no tener espacio es algo menor: un 13,7% dice que en casa no tiene un espacio adecuado para estudiar. Entre aquellos que manifiestan haber experimentado problemas en sus estudios, la mayoría se centran en la dificultad de concentrarse en el hogar de residencia (31.4%). Son muy importantes, seguidamente, las menciones de problemas asociados a las dificultades de adaptación, tanto de profesores como de alumnos, a esta tipología de enseñanza.

Llibert Argerich, vicepresidente de Marketing de Udemy, señala que el entorno online ha cobrado una mayor importancia y una mayor presencia en nuestra vida. El mundo ha aprendido de forma digital. “Creo que el hecho de cumplir los objetivos establecidos, cumplir los deadlines marcados, mantener un espíritu de equipo, comunicación constante con los miembros del equipo y altos niveles de motivación son factores clave para determinar si se están haciendo bien las cosas o no”, apunta Argerich. 

Una mejor vivienda

De esta manera, se hace imprescindible que la vivienda tenga unas características especiales para poder teletrabajar y estudiar. Según el informe “Medio año de pandemia: impacto en el sector inmobiliario” publicado por Fotocasa actualmente hay un 88% de particulares mayores de 18 años que no están buscando comprar vivienda en España pero un 21% se plantea hacer en los próximos cinco años. Son los potenciales compradores de vivienda.

El perfil actual de este potencial comprador es similar al que encontrábamos antes de la pandemia. En el 56% de los casos son mujeres que tienen entre 25 y 34 años, rango de edad en el que se encuentran el 30% de los potenciales compradores, aunque la media de edad es de 40 años. En el 40% de los casos, además, se trata de personas de clase media-media, residentes en Andalucía (20 %), Cataluña (16%) o Madrid (16%).

Con respecto a su situación de convivencia hay dos perfiles que destacan de manera clara: los que viven con pareja e hijos (30 %) o los que viven todavía con sus padres (27 %, dos puntos más que en febrero). Es decir, los jóvenes que antes de la llegada del coronavirus tenían planes de emanciparse mediante la compra de una vivienda, continúan con su idea, aunque no estén buscando en este momento.

Estas personas que no están buscando, pero se plantean comprar en los próximos cinco años, han tomado la decisión de aplazar la operación más adelante, principalmente, por su situación económica y laboral (35%) y por no tener suficiente dinero ahorrado (34%). A estos datos nos referíamos cuando, en el epígrafe anterior, hablábamos del incremento de jóvenes con respecto a febrero en este colectivo de potenciales compradores.