'escudos' para la volatilidad

Inversiones sólidas: cómo conseguirlas y en qué consisten

En épocas de incertidumbre y de alta volatilidad es más que conveniente estudiar el mercado y ver qué inversiones son las más sólidas para poder sacar la máxima rentabilidad.

En épocas de incertidumbre y de alta volatilidad es más que conveniente estudiar el mercado y ver qué inversiones son las más sólidas para poder sacar la máxima rentabilidad

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Héctor Chamizo

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El incremento de la incertidumbre por la pandemia mundial genera muchos temores en ahorradores e inversores. Hay cada vez más dudas sobre dónde colocar el dinero de forma segura, teniendo en cuenta que la volatilidad no parece que vaya a desaparecer de un plumazo. Es por ello por lo que cada vez emerge con más fuerza el interés por buscar apuestas sólidas. El quid de la cuestión es saber en qué consisten y si realmente se pueden conseguir. 

El concepto de solidez tiene que ver con lo robusto y la estabilidad. Se entiende que, si nos centramos en algo que no es endeble, tendremos menos posibilidades de perder capital en el largo plazo. De este modo considerando el contexto de la actualidad, muchos se preguntan cuáles podrían ser las inversiones sólidas.

En este sentido, primeramente, la solidez la marca el tipo de empresa por la que se invierte. “Buscar una inversión sólida tiene que ver con la compañía en sí, su historia, sus números y el tipo de negocio que desarrolla”, apunta José Luis Cárpatos, director de inversiones de Gloversia Eafi. Por eso, ante este escenario, para aquellos inversores con aversión al riesgo, las empresas que tienen una mayor capitalización estarían mejor posicionadas para hacer frente a una situación adversa como la actual. 

“Las inversiones sólidas las componen empresas que se caracterizan por ser estables, solventes, y que son capaces de generar beneficios de manera consistentes, incluso en épocas de crisis”, comenta Alfredo Fernández, operador de mercados independiente. Algunas de este tipo de firmas serían aquellas cuya facturación no se ve reducida suculentamente en momentos negativos. 

“Es el caso de Coca-Cola, Walmart, McDonald y Visa”, expone Cárpatos. Son negocios que consiguen tener ingresos recurrentes, que no ven altamente comprometidos sus márgenes de beneficios y que tienen capacidad de crecer, incluso, en periodos recesivos. “Son valores estables y sólidos que además suelen ser atractivos desde el punto de vista del largo plazo”, aporta Fernández. 

También poseen bajo nivel de volatilidad, por lo que no sufren grandes oscilaciones en el mercado. “Esto quiere decir que suelen ser más resistentes ante una baja generalizada en las cotizaciones”, sostiene Cárpatos. Eso sí, cabe señalar que por esta cualidad de ser menos sensibles a los movimientos de la bolsa, también son más propensas a subir menos cuando el impulso es alcista. 

Por ejemplo, Apple y Coca-Cola tienen comportamientos muy diferentes sobre el parqué. La primera empresa creció un 45% frente al 14% de la segunda. “No se puede esperar la misma rentabilidad”, expone Fernández.

La digitalización abre una nueva puerta en la estabilidad

Con todo, en el esquema actual, siguiendo este hilo, sí que han entrado dentro del grupo de inversiones sólidas algunos jugadores tecnológicos. “No cabe duda de que Amazon, pese a que en los mercados puede que cotice a un precio algo elevado, puede seguir facturando más en un momento en el que la digitalización está creciendo”.

El avance hacia los modelos digitales provoca que ahora haya más compañías que entren en el saco de modelos de inversión consistentes. “Las tecnológicas que beben del cambio en los hábitos de consumo y que se asientan sobre el ámbito digital no cabe duda de que son apuestas seguras en el largo plazo”, destaca Cárpatos. 

La gran capitalización es la apuesta ganadora

En los últimos tiempos ganaron importancia por la elevada incertidumbre que está atravesando el mundo tanto a nivel económico como político, social y sanitario. Con la vuelta al confinamiento en muchas partes del mundo, varios países sufrieron una retracción en sus principales indicadores macroeconómicos. 

A esto se suman las tensiones geopolíticas entre China y Estados Unidos y la recta final a las elecciones presidenciales de este último país, donde se definen dos modelos políticos, económicos y sociales bien distintos como los que representan el actual mandatario, Donald Trump, y el candidato demócrata, Joe Biden.

“Dado este escenario, las compañías de gran capitalización son inversiones sólidas para ampliar el capital a largo plazo y bajar el riesgo de la cartera”, comenta Fernández. Sus balances contables son sólidos, lo que las lleva a tener bajo riesgo financiero y alta calidad crediticia. “Además, pocas veces requieren ampliación de capital y no dependen del acceso al crédito para poder funcionar y crecer”, concluye.