cómo invertir en bienes raíces

Flipping house: la inversión en inmobiliario para jóvenes que busca revolucionar el mercado

Cada vez hay más alternativas que pueden resultar atractivas. Entre otras, la posibilidad de hacerlo mediante activos inmobiliarios pese a contar con poco capital. ¿Cómo se puede hacer? 

Cada vez hay más alternativas que pueden resultar atractivas. Entre otras, la posibilidad de hacerlo mediante activos inmobiliarios pese a contar con poco capital. ¿Cómo se puede hacer?

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Héctor Chamizo

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El término de inversiones para los más jóvenes puede sonar a chino. La mayoría no están familiarizados con el ahorro ni lo tienen pensado en el corto plazo, pese a que cada vez hay más alternativas que pueden resultar atractiva. Entre otras, la posibilidad de hacerlo mediante activos inmobiliarios pese a contar con poco capital. ¿Cómo se puede hacer? César Rivero, fundador de la escuela Inversores Inteligentes, detalla cuáles son las opciones.

Rivero, un chico de 24 años de edad y considerado como uno de los referentes de Flipping House o la inversión en bienes raíces para los jóvenes, se basa en una filosofía de vida llamada “Ye$$$”: “Consiste en el crecimiento constante en todas las áreas de la vida; elegir vivir de forma extraordinaria y no ordinaria, en una visión inconformista, pues no aceptamos que las cosas sean tal y como otros nos las imponen, o en poner el foco en la solución”.

Según explica, este modus vivendi parte de una visa sin cadenas y dependiente de un empleo. “En nuestra filosofía el error es nuestro aliado porque solo a través de él podemos seguir sumando”, dice. “No creemos en cuentos de hadas, apostamos por el trabajo inteligente, el esfuerzo y sobre todo nunca rendirse”, añade. Y es que YE$$$, no deja de ser las siglas de Ya Estoy Sumando.

El siguiente paso, teniendo en cuenta esta manera de canalizar las actividades, es conocer cómo canalizar esta visión del mundo a través de la inversión. Sobre todo, teniendo en cuenta que la Generación Z aún tiene reticencias de invertir su dinero.

“Se trata de educar, algo que brilla por su ausencia en los centros”, cuenta Rivero. La realidad es que cada vez más gente es consciente de la necesidad que tiene la sociedad de educarse en el ámbito de las finanzas y este grupo de edad comienza a despertar gracias al mundo digital. “Tenemos la oportunidad de transmitir y compartir conocimiento y experiencia a millones de personas, claro que hay que filtrar muy bien qué tipo de información consumes”, destaca.

Según las palabras de Rivero, quizá decirle a un chaval de 17 años que tiene que estudiar 10 años para tener un puesto de trabajo como su padre, ya no le interese tanto porque sus progenitores dejaron de ser referentes. “Sin embargo, formarse en algún área relacionada con el emprendimiento y finanzas con la promesa de llegar a tener ese estilo de vida es distinto”, comparte.

El atractivo del Flipping House

Es bajo este prisma en el que se encuentra el proceso de inversión de Flipping House. Una alternativa no tan conocida que pretende engatusar a muchos jóvenes. “Digamos que la fórmula siempre ha existido, el problema son los grandes paradigmas que siempre nos han impuesto”, comienza explicando Rivero.

En este sentido, el fundador de Inversores Inteligentes considera que siempre se ha argumentado que para invertir en propiedades necesitas tener mucho dinero, o que si eres joven no puedes apostar capital en propiedades. Pero, a su modo de ver, no es así.

“Nuestra fórmula de inversión está basada en el Flipping House, que se basa en comprar una vivienda vieja y ruinosa, reformarla y venderla a un precio mayor”, expone.

Así, aunque sea un método que, como tal, lleva en práctica muchos años, lo particular en su caso es que han desarrollado una estrategia que permite realizar operaciones de flipping sin usar nuestro dinero. “Esto se hace captando el capital de inversores ayudándoles a obtener rentabilidad de su dinero a través de la inversión inmobiliaria”, describe.

“Lo novedoso aquí es la ejecución y la forma en la que se llevan a cabo los procesos de compra y captación de capital, haciendo uso de nuestro propio algoritmo y sistemas de marketing digital”, agrega.

Incluso, existe la posibilidad de entrar en este proceso de inversión del Flipping House sin contar con dinero propio, tal y como relata Rivero: “Tendremos que encontrar una propiedad por debajo del mercado, lo que llamamos una oportunidad, nosotros actuaremos como directores de orquesta, encontramos el inmueble, negociamos su precio, aconsejamos qué tipo de reforma hacer y, posteriormente, la vendemos por un mayor importe”.

“De este modo, el inversor pone el dinero para comprar la propiedad y la reforma, nosotros ponemos la oportunidad, el tiempo y el conocimiento, cuando la propiedad se vende repartimos el beneficio entre ambas partes”, subraya.

Por qué invertir en estos activos

¿Qué motivaciones hay para apostar por este tipo de inversión? “Siempre digo que no es lo que vendas si no cómo lo vendas, pues siempre se ha hablado del sector inmobiliario como un sector arcaico, algo tóxico y de personas poco éticas”, empieza analizando Rivero.

No obstante, lo cierto es que juzgar un sector entero por la mala praxis de algunos no es lo correcto, a su modo de ver. “Nosotros mostramos cada día en nuestras redes los procesos que llevamos a cabo, el estilo de vida que vivimos gracias a la inversión en activos, educamos para que los más jóvenes entiendan la importancia de invertir para tener un futuro mejor”, asevera.

De ahí al interés de invertir mediante el Flipping House, pero también del Rent to rent: “alquilamos propiedades a propietarios firmando un contrato de explotación y realquilamos las habitaciones de forma legal a estudiantes o trabajadores”, indica.

Para desarrollar la modalidad Rent to rent, el objetivo es alquilar una propiedad que conste mínimo de tres dormitorios. “Se firma con el propietario un contrato de explotación de vivienda donde se autorice a desarrollar una actividad económica dentro de la propiedad”, explica.

“Después, pagaremos una renta al propietario de forma mensual y realquilaremos las habitaciones a estudiantes o trabajadores, mientras que los contratos de explotación pueden firmarse por 5 o 10 años y, de esta forma, conseguimos ingresos pasivos sin necesidad de comprar las propiedades”, concluye.