FINANZAS PERSONALES

¿Qué ocurre con mi vivienda si me divorcio?

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Laura Martínez (iAhorro)

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¿Qué hacemos con la casa? Esta es una de las principales dudas que le surge a una pareja cuando decide divorciarse. La vivienda suele ser la inversión económica más importante que suele hacerse en pareja, por eso, cuando llega el momento de la separación su reparto suele ser complicado, ya que depende de varios factores. 

El principal factor al que se enfrente la pareja en el divorcio es el régimen económico matrimonial que eligieron el día de su boda. Por eso, en función de este régimen existen diferentes opciones para solucionar el problema de la vivienda. 

El régimen más común, sociedad de gananciales

La mayoría de las parejas cuando contrae matrimonio suele hacerlo mediante el régimen de sociedad de gananciales. Este régimen, que es el más común entre los españoles también es el más complicado de resolver en caso de divorcio. Según el código civil, en el artículo 1344, los bienes comunes serán repartidos a partes iguales (50%) entre los cónyuges cuando realicen la liquidación de gananciales. Estos son los bienes que se han adquirido durante el matrimonio, por ejemplo, la compra de una casa. 

Los dueños de la vivienda podrán hacer tres cosas con la casa: una de las partes se puede quedar con ella, la pueden vender y repartirse el dinero y por último pueden ponerla en alquiler. 

Una de las partes quiere quedarse con la casa

Si una de las partes quieres quedarse con la vivienda deberán hacer una extinción de condominio.  Este procedimiento consiste en que una de las partes cede la propiedad de la vivienda a la otra parte. Este procedimiento es el más económico porque solo tributa por Actos Jurídicos Documentados, aplicando entre un 0,5% y un 1% (según la Comunidad Autónoma) sobre el valor real de los bienes adjudicados

El banco realizará un estudio económico del excónyuge que se quiere quedar con la casa para conocer su viabilidad económica. Si acepta su propuesta hará una novación del préstamo (un cambio de las condiciones de la hipoteca).

También es posible que uno de los miembros de la pareja se quede con la casa por una sentencia judicial, suele ser habitual en el caso del cuidado de menores. En este caso, el banco no elimina a uno de los titulares del préstamo por lo que sigue estando obligado a pagar su hipoteca. Esto es así porque las condiciones del préstamo no pueden ser modificadas por una sentencia de separación o de divorcio. Aquí la pareja tendrá que buscar un acuerdo de buena fe para solucionar su problema. 

Alquiler la vivienda

Poner la vivienda en alquiler. La expareja puede decidir poner la vivienda en alquiler para pagar la hipoteca.  En este caso, ambos deberán declarar su parte proporcional de este alquiler en su declaración de la Renta. 

Vender la casa

Si la expareja decide poner a la venta la casa, lo primero que deben hacer es decidir el precio de venta. Este puede ser un punto de enfrentamiento, en el caso de que los excónyuges no se pongan de acuerdo la mejor opción es recurrir a la tasación del inmueble o contar con algún experto en la venta de vividas para fijar el precio. Una vez vendida, cada parte podrá liquidar su porcentaje de la hipoteca que en bienes gananciales suele ser el 50%. 

Separación de bienes o régimen de participación

Además del régimen de gananciales existen otras dos opciones: régimen de participación o separación de bienes. Cabe destacar, que si la pareja no he hecho una elección en su régimen por defecto suele aplicarse la sociedad de gananciales excepto en Navarra, Cataluña, Aragón, País Vasco y Baleares. 

En el caso de la separación de bienes, solucionar el problema de la vivienda en el divorcio es muy sencillo. La ley establece en este caso que los bienes que se han adquirido previo al matrimonio corresponden únicamente a la persona propietaria de este bien. Si uno de los dos compró una casa con anterioridad a la boda, tras la ruptura seguirá siendo el dueño legal de ese inmueble.

En el caso del régimen de participación cada uno de los miembros de la pareja participa en las ganancias obtenidos durante el matrimonio. En caso de divorcio cada cónyuge participará en las ganancias obtenidas por el otro durante el matrimonio.