CRISIS DEL COVID-19

¿Por qué siguen vendiendo billetes de avión? Así será volar en la "nueva normalidad"

La crisis sanitaria del coronavirus se ha transformado en una crisis económica. Las restricciones de movimiento y la obligación de quedarse en casa ha repercutido en muchos sectores. Uno de ellos es el de las aerolíneas. La IATA estima que que se dejarán de ingresar 15.500 millones de euros en España y el número de pasajeros se reducirá un 54%.

La crisis sanitaria del coronavirus se ha transformado en una crisis económica. Las restricciones de movimiento y la obligación de quedarse en casa ha repercutido en muchos sectores

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Marta Gracia

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El estado de alarma producido por la crisis sanitaria del coronavirus ha restringido casi todos nuestros movimientos. Desde el pasado 14 de marzo, primer día en que se declaró ese estado, los viajes han estado prohibidos salvo en situaciones excepcionales. Las aerolíneas siguen vendiendo billetes de avión, pero todos los viajes son para después del estado de alarma, es decir, por el momento hasta el 11 de mayo, y otras compañías no se quieren pillar con los plazos y ya lo venden para el mes de junio, tantos vuelos internacionales como nacionales. 

Pero la prórroga del estado de alarma está en el aire. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pedirá en el Congreso que se apruebe por cuarta vez esa prórroga, aunque muchos partidos aún no han decidido si apoyarán al Ejecutivo en esta ocasión e incluso algunos ya han anunciado que no lo harán. ¿Qué pasaría si esa prórroga no sale adelante? Si el estado de alarma se termina el próximo 11 de mayo, el mando único desaparecería  y la capacidad de decisión volvería a las comunidades autónomas. Es decir, las comunidades autónomos serían las que decidan si se abren los colegios o si los espectáculo vuelven. Además, se podría viajar entre comunidades y países. 

De esta manera, las compañías aéreas siguen vendiendo billetes de avión, aunque en las páginas web te avisan de la situación y te recomiendan que antes de comprar el billete revises las últimas informaciones. Almudena Velázquez, co-directora legal de reclamador.es, entiende que siguen vendiendo esos billetes más allá del estado de alarma por política comercial internal. “Se habían fijado unas fechas para retomar la actividad aérea según las informaciones que se iban conociendo en cada momento y, de ahí, que continúen vendiendo billetes para las fechas que cada compañía augura poder volver a volar”, apunta.. 

Todo hace indicar, según Velázquez, que esta “es una manera más de seguir financiándose” y poder así combatir las semanas con aviones en aeropuertos parados y la devolución de las cantidades económicas correspondientes a cada viajero que ha visto su viaje cancelado por motivo del coronavirus. 

En Iberia, por ejemplo, te avisan con un mensaje: “Las autoridades desaconsejan viajar salvo razones inaplazables”. En el caso de Air Europa señalan que debido al alto volumen de llamadas en nuestro centro de atención al cliente y para ofrecerle el mejor servicio evitándole esperas innecesarias, “le rogamos nos contacte solo si su vuelo tiene salida programada dentro de las próximas 72 horas”.

España registrará un caída de 114 millones de pasajeros lo que se traduce en una pérdida de ingresos de 15.500 millones de euros

La co-directora de legal de reclamador.es explica que según la normativa europea, las aerolíneas deben ofrecer al cliente entre el reembolso o el vale, y ser el viajero quien decida qué opción elige, pero “la realidad es que cada aerolínea parece que sigue una política interna al respecto”. 

Según lo que han podido ir comprobando, las aerolíneas intentan que sus pasajeros acepten el vale, sin ofrecer en primera instancia el reembolso y, en otros casos, aerolíneas que en primer momento sí ofrecían la alternativa señalada en la normativa -y corroborada por la Comisión Europea-, luego han retrasado el pago del reembolso o, incluso, se han negado a la devolución del billete.

Cómo serán los viajes después de la epidemia

Desde IATA señalan que es “esencial que los gobiernos actúen rápidamente para minimizar este daño económico”. Por eso, consideran que entre las primeras prioridades debería estar el apoyo financiero directo, los préstamos y la desgravación fiscal a las aerolíneas. Mientras las aerolíneas luchan por la supervivencia, la industria está buscando planificar un reinicio de la conectividad aérea una vez que las restricciones comiencen a levantarse.

Almudena Velázquez apunta que a pesar de esta crisis es difícil de predecir si los viajes lowcost van a desaparecer. “Si low cost se equipara no solo con barato sino con una pérdida de calidad en el viaje, desde luego que parece que sí, o al menos muy diferente a como ahora lo conocemos”, explica. Pero añade que si low cost es, “como debe ser”, un vuelo más barato en relación con otras compañías, eso no está reñido con la debida protección y seguridad sanitaria, del mismo modo que esos vuelos low cost también respetan las normas de seguridad aérea. 

Por tanto, la pandemia no sería el fin de este tipo de viajes y servicios, aunque sí que es cierto que en un primer momento no veremos vuelos tan baratos como hemos conocido hasta ahora, pues “lógicamente el coste en implantar las medidas de seguridad sanitaria impactará en una primera fase y se irá amortizando con el tiempo, como sucede con todos los negocios”.

Así afecta a las aerolíneas

En España, el turismo supone el 15% del PIB, por lo que la cancelación de viajes en avión a nuestro país y desde nuestro país está pasando factura ya al sector. La Asociación Internacional del Transporte Aéreo, IATA en sus siglas en ingles, estima que España registrará un caída del 54% en el número de pasajeros, es decir, 114 millones de pasajeros menos, lo que se traduce en una pérdida de ingresos de 15.500 millones de euros. 

Según, la asociación este impacto pone en riesgo a 901.300 empleos del sector en España y 59.400 millones de euros en contribución a la economía española. A nivel  europeo, IATA estima una pérdida del 55% de pasajeros, es decir, una pérdida de 89.000 millones de pasajeros. En general, estiman que el actual colapso del 90% en el tráfico aéreo pone en riesgo alrededor de 6,7 millones de empleos y podría tener un impacto negativo en el PIB de 452.000 millones de dólares.