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Juguetes por Navidad: motivo de ilusión y producto de consumo más retirado

Durante el pasado año, un total de 206 juguetes fueron retirados del mercado o prohibida su venta en nuestro país por infringir las normas de seguridad. Por este motivo, el Ministerio de Sanidad ha lanzado una campaña para alertar de los riesgos para la salud de los niños que supone adquirir juguetes defectuosos o de baja calidad.

Durante el pasado año, un total de 206 juguetes fueron retirados del mercado por infringir las normas de seguridad. Por este motivo, el Ministerio de Sanidad ha lanzado una campaña para alertar de los riesgos que suponen para la salud de los niños

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Diana Fresneda

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La cuenta atrás para la llegada de Papá Noel y los Reyes Magos ha comenzado para millones de niños (y no tan niños) de nuestro país y, de entre los miles de productos que llegarán a los hogares, los juguetes serán uno de los más reclamados.

Sin embargo, conviene prestar atención a las normas de seguridad de los mismos, ya que el adquirir productos de baja calidad o defectuosos podría poner en riesgo la salud de los más pequeños.

Solo durante 2018, un total de 206 juguetes y artículos infantiles fueron retirados del mercado o prohibida su venta en nuestro país, según un comunicado de Facua-Consumidores en Acción. Entre los motivos, la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan) constató que existía riesgo de asfixia, intoxicación, estrangulamiento o quemaduras.

Campaña de seguridad

Ante este escenario, el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social ha puesto en marcha la campaña ‘¿Sabes ya a qué estás jugando?’, con el objetivo de alertar de los riesgos para la seguridad y la salud de los niños que supone adquirir juguetes que no cumplan con la normativa. 

“Queremos advertir de los peligros pero también lanzar un mensaje de tranquilidad. Siguiendo unas recomendaciones básicas, el niño puede jugar sin peligro”, destaca Nelson Castro, director general de Consumo en el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.

El organismo ha analizado este año un total de 658 juguetes sospechosos, bien por irregularidades en su etiquetado, la calidad del producto o riesgo de contaminación. Según alertan, un juguete electrónico que no cumpla las normas de seguridad puede provocar una descarga o quemaduras, mientras que en pinturas para dedos, plastilinas o slime de baja calidad puede haber sustancias químicas peligrosas que se pueden absorber al chupar o por contacto.

“Debemos elegir juguetes que fomenten la creatividad y la participación activa de los niños y las niñas”, señala el director general de Consumo. 

¿Están nuestros hijos a salvo?

Actualmente, el sector cumple con una normativa estricta y exigente y, a pesar de coincidir con unas fechas de ventas masivas, la calidad final del producto no suele verse condicionada. 

“Los juguetes estándar no electrónicos suelen exponerse a tres ensayos, en los cuales se revisan desde las propiedades físicas y mecánicas, hasta la flamabilidad y la migración de sustancias químicas”, explica Oriol Roig, Global Key Account Manager y Team Leader de la compañía de seguridad TÜV SÜD en España y Portugal. El objetivo, asegura, es evitar bordes cortantes, puntas afiladas o sonidos estridentes, así como materiales inflamables o sustancias químicas que puedan desprenderse del producto y supongan un riesgo para el niño.

Sin embargo, el experto incide en que el consumidor final también debe exigir el cumplimiento de ciertos criterios antes de adquirir un producto, así el fabricante se verá obligado a responder a esta demanda. “Por ejemplo, si un producto está a un precio más bajo de lo normal, puede ser porque no es lo suficientemente seguro y lo tiene más complicado para competir con el de la marca de prestigio”, afirma.

En este sentido, el reto más importante está vinculado con la adaptación de la normativa al impacto tecnológico: “En el caso de los juguetes conectados, por ejemplo, el riesgo no está estrictamente ligado a las características del juguete, sino a la tecnología que usan y los datos que genera”, alerta Roig.

En estos casos es posible que el fabricante recopile la información de uso o geolocalización y lo use más allá de los fines estrictamente necesarios. “Aunque precisamente en Europa, el reglamento GDPR vela para que esto no suceda”, aclara.

Algunas recomendaciones

Para hacer frente a estas amenazas, desde el Ministerio recomiendan prestar atención al etiquetado, comprobar que cuenta con la marca de la CE y desconfiar de aquellos que no estén en castellano. 

Asimismo, es necesario comprobar el código PEGI en los videojuegos porque indica la edad a la que van dirigidos según su contenido. Si el juguete es mucho más barato que otros similares, compare las calidades. “Desconfíe de los precios muy bajos o jugosas ofertas si no conoce el establecimiento”, recomienda Castro, “y realice las compras siempre en comercios de confianza”.

También es importante leer las advertencias de seguridad y las instrucciones, comprobar que en la caja figura el fabricante e importador y hacer caso de las recomendaciones de edad

Por último, el director general de Consumo hace una recomendación especial cuando se trata de adquirir juguetes para niños menores de tres años: “Las piezas pequeñas pueden atascarse en la garganta del niño así que vigile que los peluches o juguetes no tengan piezas que puedan desprenderse”, concluye.