INVERSIONES SOCIALMENTE RESPONSABLES

Cuáles son las inversiones más sostenibles y por qué te interesan a largo plazo

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible se diseñó para intentar dar respuesta a las preocupaciones relacionadas con una evolución hacia economías más sostenibles. Para ello, se nombraron 17 objetivos, u ODS, que van desde la lucha contra la pobreza a la igualdad de género. ¿Cómo afecta a la inversión?

La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible se diseñó para intentar dar respuesta a las preocupaciones relacionadas con una evolución hacia economías más sostenibles. Para ello, se nombraron 17 objetivos, que tienen su efecto en el mundo de la inversión

Inversión sostenible

Inversión sostenible / economia

Héctor Chamizo

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Los ODS se centran en cuestiones como el hambre, la pobreza, la educación, el agua potable, la justicia, las energías alternativas o el cambio climático. Según el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU, el progreso está siendo lento, ya que “las personas y los países más vulnerables siguen siendo los que más sufren y la respuesta mundial no ha sido lo suficientemente ambiciosa”. 

El último Informe de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de dicha organización expone que unos 150 países han desarrollado políticas nacionales para responder a los retos que plantea una urbanización acelerada, mientras que 71 países y la Unión Europea cuentan con más de 300 políticas e instrumentos en vigor que apoyan el consumo y la producción sostenibles. 

Desde el punto de vista de la inversión, el principal problema radica en el hecho de que muchos particulares, empresas y corporaciones “tienen un conocimiento limitado de estos objetivos y no los han integrado en sus rutinas laborales diarias”, según argumenta Lottie Meggitt, analista de inversiones responsables en Newton. 

Por un lado, los gestores de fondos de inversión y expertos en finanzas no están obligados a integrar los ODS en sus procesos o filtros, mientras que la falta de datos y de indicadores clave de rendimiento (KPI) para cuantificarlos implica que “disponemos de pocas cifras o de estadísticas para medir los esfuerzos realizados”. Aun así, su potencial de cara al futuro es inmenso, según los expertos.

La apuesta por el medio ambiente

Marc Hassler, analista de Inversión Sostenible de Schroders, asegura que, como parte del Acuerdo de París, los países tendrán que empezar a informar periódicamente sobre sus emisiones a partir de 2020, por lo que “la ventaja de los modelos de negocio que reducen las emisiones de gases de efecto invernadero es evidente”, lo cual repercutirá positivamente a largo plazo en el esquema de la inversión.

Y es que a medida que los países empiecen a informar sistemáticamente sobre las emisiones en relación con los objetivos establecidos, y los mecanismos de comercio de derechos de emisión basados en el mercado se vuelvan más frecuentes, “nos estaremos acercando a otro hito en la transición hacia una economía sin emisiones de carbono”, añade Hassler. 

Esto supondrá beneficios para las compañías “cuyos productos y servicios ayudan a mitigar el cambio climático y a adaptarse a él”, por lo que considera que hay razones “por las que los inversores en cambio climático pueden continuar siendo optimistas”.

El foco en las energías renovables

De igual modo, Constantino Sotelo, director técnico de activos alternativos en Intermoney, afirma que la inversión en energías renovables se ha convertido en los últimos meses en una inversión alternativa “muy atractiva” para aquellos inversores que “buscan rentabilidades moderadas con bajo riesgo”. 

Para Sotelo el mercado está en un “momento excelente”, con un gran respaldo institucional y normativo, por su sostenibilidad y madurez tecnológica. Así, el desarrollo vivido en los últimos años ha posicionado a las energías “limpias”, en particular la fotovoltaica y la eólica, como las fuentes de energía más eficientes, lo que “está propiciando un gran desarrollo a nivel mundial”. 

En el caso de España, las energías renovables parten de una posición inmejorable debido al abundante recurso solar y eólico, por lo que se prevé un enorme desarrollo en los próximos años que necesitará grandes inversiones: “unos 60.000 MW de nuevas instalaciones solares y eólicas, que requerirán una inversión aproximada de 50.000 millones de euros hasta 2030”, destaca el experto. 

Por tanto, la inversión en energías renovables es “muy atractiva”, especialmente en un entorno de tipos de interés bajos, por tratarse de activos de carácter anticíclico, “con bajo riesgo y rentabilidades atractivas”, concluye.