FINANZAS PERSONALES

¿Qué producto financiero elijo si quiero empezar a ahorrar?

No hay inversión sin riesgo. Es una máxima que todos los expertos del mundo financiero dicen habitualmente. Sin embargo, hay ahorradores que no quieren destinar mucho capital a invertir porque se consideran más conservadores y otros desconocen si su edad influye a la hora de elegir los productos cuando queremos comenzar a ahorrar.

El perfil inversor, los objetivos... analizamos los factores a tener en cuenta

Ahorros

Ahorros / economia

Héctor Chamizo

Héctor Chamizo

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Pues sí. Efectivamente hay distinciones y particularidades sobre lo que nos conviene cuando nos iniciamos en el ahorro. ¿Qué producto se ajusta a nuestros objetivos? Hay varios factores que entran en juego y que pueden determinar si has de decantarte por un depósito, una cuenta remunerada, fondos de inversión, planes de pensiones o inversión directa en bolsa. 

Todo ello puede conjugarse y entrelazarse, pero lo fundamental, apunta Felipe López-Gálvez, analista de Self Bank, es que determinemos primero “cuáles son nuestras metas en el ahorro”, puesto que eso, establece los horizontes y dónde debemos destinar nuestro dinero “en el momento inicial”. 

José Ramón Sánchez Galán, analista independiente, coincide en que lo más importante, antes de iniciarte en el ahorro, es que “te traces unos objetivos claros”. Es decir, adónde quieres llegar, cuánto dinero estás dispuesto a ahorrar y, sobre todo, “de qué porcentaje de tus ingresos estás dispuesto a prescindir”.

Eso delimita, finalmente, si somos unos ahorradores agresivos o más bien conservadores. En este sentido cabe decir que el último barómetro de Inverco sobre el ahorro señalaba que la media de los españoles son conservadores con su capital. Tanto que el porcentaje ha crecido desde el 35% del 2015 hasta el 55% de la actualidad. 

El perfil de inversión

Los expertos se ponen de acuerdo, teniendo en cuenta este escenario, que para comenzar a ahorrar tenemos que saber qué rentabilidad queremos tener y “cuánto riesgo estamos dispuesto a asumir”. En base a eso, destinaremos una parte a inversión y construiremos nuestra cartera en consecuencia. 

Si tomamos como referencia el estudio anterior, que dice que los españoles apuestan por un posicionamiento más defensivo, López-Gálvez dice que el ahorro ha de partir sobre “fondos de renta fija o mixtos”. Este tipo de producto no nos proporcionaría unos rendimientos elevados, estarían de media en torno al 2% o 3% anual, pero asumiríamos un riesgo menor. 

Otra opción, describe Galán, es que optemos directamente por la “inversión en bonos”, si bien no están dando grandes retornos a los ahorradores, pero se puede jugar “con el pago del cupón y la compraventa”. Eso sí, para ello necesitaríamos tener un “asesoramiento financiero adecuado”. 

Pese a que se se trata de productos con un nivel de seguridad bastante elevado, ya que se encuentran respaldados por el propio Estado, la rentabilidad que nos ofrecen es baja en comparación con otros productos similares y “depende directamente del plazo del tiempo en el que el gobierno nos devuelva el capital”, matiza.

Por el contrario, si tenemos un perfil algo más neutral en nuestros inicios, López-Gálvez recomienda irse a productos como “fondos de inversión en los que el peso de la renta variable (bolsa) supere el 50% de la cartera, planes de pensiones, o invertir en acciones directamente”. En este último caso, si tenemos unos mínimos conocimientos bursátiles. 

Todo esto debería combinarse con productos que nos sirvan de “paraguas”, explica. Por eso, la renta fija o invertir esos ahorros en activos refugio como el oro, podrían ser “estrategias bastante útiles”. Sin olvidarnos, añade, de alguna cuenta remunerada o algún depósito, aunque como parte de nuestra línea estratégica.

En última instancia, si somos más agresivos, deberíamos optar por productos con una exposición a bolsa que esté “entre el 65% y el 80%”, comenta Galán. En su opinión es una apuesta “arriesgada”, pero que puede proporcionar rentabilidades muy por encima de la inflación. En este sentido, hay fondos de inversión con mucho peso en renta variable que pueden ser “interesantes” o podemos, si somos más aventurados, invertir en “divisas, materias primas o derivados”, teniendo la prudencia necesaria.