PLANIFICACIÓN FINANCIERA

Por qué es clave revisar nuestro nivel de ahorro para la jubilación cada cierto tiempo

Los expertos siempre dicen que hay que ahorrar dinero para tener un retiro tranquilo. Pero la planificación financiera para la jubilación es un proceso dinámico que está sujeto a un entorno cambiante. Así, no basta con planificar una vez en la vida sin más. Es recomendable hacer un seguimiento pormenorizado de cómo está evolucionando nuestro dinero.

La planificación financiera para la jubilación es un proceso dinámico que está sujeto a un entorno cambiante. Así, no basta con planificar una vez en la vida sin más. Es recomendable hacer un seguimiento

Ahorro para la jubilación

Ahorro para la jubilación / economia

Héctor Chamizo

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Invertir y olvidarse no basta. Eso es lo que, al menos, recomiendan los expertos en planificación financiera. Pese a que las metas a cumplir son a largo plazo, el plan que nos hemos trazado ha de ser revisado con la frecuencia suficiente. Lo recomendable es, al menos, “una vez al año”, concreta Antonio Castelo, responsable de renta variable de iBroker. 

¿Para que se debe hacer esto? ¿Cuál es el motivo que nos debe llevar a vigilar cómo se mueve nuestro dinero ahorrado que tenemos destinado a la jubilación? José Luis Cárpatos, director de inversiones de Gloversia Eafi, opina que esto se debe hacer con el fin de “comprobar que se cumplen los objetivos establecidos en un momento inicial”. Por tanto que, en caso de desviaciones, que nos “podamos anticipar a los posibles cambios que tengamos que hacer”. 

Y es que no siempre una estrategia que hemos trazo en nuestra cabeza ha de funcionar a la perfección. Tal y como explican los expertos de BBVA hay que realizar “revisiones anuales”, aunque pueden ser más esporádicas y coincidir “con hechos que cambien de manera importante nuestra situación financiera”. 

Un ejemplo que resaltan desde la entidad bancaria española es una situación de dependencia, una enfermedad grave, una pérdida del empleo, o la posibilidad de tener más hijos. Son situaciones que nos pueden cambiar el esquema inicial predefinido y que puede suponer “una diferencia significativa en nuestra situación financiera que modifique el equilibrio que teníamos entre lo que ingresamos y gastamos”.

Por otra parte, concreta Castelo, algunas variables que deben ser objeto de revisión son “los objetivos personales”. Unas metas que se establecen tanto en el corto, en el medio, como en el largo plazo. Igualmente, los cambios “en la capacidad de ahorro del cliente”, que se pueden dar por ejemplo por cambios que tengamos en “nuestra situación laboral o por la adquisición de un inmueble”. Todo ello, puede modificar ampliamente la planificación sobre nuestro ahorro. 

La vigilancia de la rentabilidad

Además, vigilar nuestros ahorros tiene una justificación aún más contundente: los rendimientos que nos estén proporcionando los vehículos en los que los hayamos invertido. Castelo expone que hay que revisar las rentabilidades para comparar “el objetivo que nos hayamos trazado y también para establecer una comparación con el comportamiento de productos similares en el mercado”. 

Por tanto, en el caso de que sea necesario, adaptar “el ahorro a los productos que más convenga”, agrega. El experto afirma que, también, las modificaciones en la fiscalidad de los productos de ahorro también “son un factor que tenemos que tener presente”. De hecho, en el ámbito español hemos asistido a numerosas variaciones en este sentido. 

De este modo, los expertos coinciden en que con el asesoramiento financiero de un profesional para realizar nuestra planificación como para “revisar cómo se está moviendo nuestro dinero ahorrado” es fundamental en el largo plazo y pensando en nuestra jubilación. 

El fondo de emergencia: la práctica que debemos aplicar

Otro punto que ha de tenerse en cuenta afirma Cárpatos, es tener un “fondo de emergencia”, que es el dinero que guardamos para afrontarnos a imprevistos como reparaciones en la vivienda, etc. Si no disponemos de ello, es habitual que “tiremos de nuestros ahorro para la jubilación o nos endeudemos”. Eso conllevaría que nuestro capital se reduciría y nuestra planificación se vería “trastocada”. 

Si nos endeudamos más en tiempos difíciles es “poco aconsejable”, destaca Castelo, ya que los intereses harían aumentar nuestros gastos fijos cuando menos “nos lo podemos permitir”. Así las cosas, es el mejor método de caer en la trampa de un endeudamiento “cada vez mayor”.