MERCADO INMOBILIARIO

Acceso a la vivienda: ¿hace falta más apoyo del estado?

El mercado inmobiliario ha cambiado totalmente con la generación millennial. Los jóvenes no pueden acceder a una casa y por ello, el alquiler gana peso frente a la propiedad. Sin embargo, los millennials también quieren comprar. Los expertos apuntan a que la política de vivienda tiene que facilitar el acceso de los jóvenes.

El mercado inmobiliario ha cambiado totalmente con la generación millennial. Los jóvenes no pueden acceder a una casa y por ello, el alquiler gana peso frente a la propiedad.

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Marta Gracia

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El mercado de la vivienda ha cambiado en los últimos diez años. La fuerte crisis económica que sacudió el país estuvo acompañada por una crisis inmobiliaria. Por ello, el acceso a una casa es diferente. Según datos del estudio “Cómo hemos cambiados… de vivienda” de pisos.com, el alquiler está ganando terreno, poco a poco, frente a la propiedad. De hecho, el peso del alquiler en el mercado de la vivienda ha pasado del 19% en 2008 al 23% actual, lo que ha hecho que la propiedad descienda del 81% al 77%.

Sin embargo, esto no refleja un cambio de gustos por parte de los españoles, sino que muestra un problema de accesibilidad a la vivienda por parte de los millennials (25-40 años). La mitad de los jóvenes viven de alquiler, por ello su peso ha aumentado, pero no porque quieran sino porque “no pueden acceder a una vivienda en propiedad”, tal y como señala Ferrán Font, director de Estudios de Pisos.com. De esta manera, Font reclama a las administraciones públicas medidas para facilitar ese acceso a la vivienda.

El director de Estudios de pisos.com reconoce que el principal problema a esa vivienda es que los salarios no han evolucionado al ritmo de los precios de la vivienda. A pesar de ello, cree que las administraciones públicas pueden hacer políticas que favorezcan que esos jóvenes no vean dificultades en entrar en el mercado inmobiliario. Font asegura que una de las cosas buenas que ha habido en las últimas elecciones es que se ha puesto la vivienda encima de la mesa de nuevo.

“Todos los grupos políticos coincidieron en que hay que construir más vivienda social. Esta medida ayudaría a destensionar el precio de los inmuebles, ya que habría más oferta”, apunta Ferrán Font. Asimismo, considera necesario generar más suelo finalista y apostar por la colaboración público-privada. “La parte privada tiene la capacidad y el conocimiento que en muchas ocasiones no tiene la pública”, señala.

Por el lado del alquiler, Font explica que lo preferible sería que los propietarios que tienen pisos sin usar salieran al mercado, “que se incentivase el ponerlos en el mercado del alquiler”. Una medida que, en palabras del director de pisos.com, “ayudaría a regular el precio del alquiler”. Por el contrario, Font no se muestra partidario de un índice de precios del alquiler, que no ha funcionado en ciudades como Berlín o Londres.

Millennial vs. baby boomer

La generación millennnial y la baby boomer se enfrentan al mercado inmobiliario de diferente manera. Por un lado, los jóvenes participan más en el mercado del alquiler, mientras que solo un 11% de los baby boomer viven de alquiler y llama la atención el porcentaje tan alto, el 61,3% de esta generación, que no paga por su vivienda, ya se porque la tienen en propiedad por herencia, cesión o ya pagada.

“Los jóvenes no pueden acceder a la propiedad, por lo que estiran al máximo la opción de vivir de alquiler. La pregunta, realmente, es si nuestros hijos quieren vivir como sus padres o quieren imponer nuevas reglas habitacionales”, explica Ferran Font, director de Estudios de pisos.com. Sin embargo, insiste en que los millennials sí que quieren vivir en propiedad, un punto en el que no se diferencian mucho de la generación anterior. De hecho,s egún el estudio un 30% de los jóvenes pagan hipoteca, “porque les resulta más rentable y segura y porque en muchos casos pagan menos que en un alquiler, en según que ciudades”.

Pero la situación actual (económica y social) no es la misma que lo de los baby boomers. "La situación en el pasado fue diferente, ya que el entorno económico era más propicio, a pesar de que los tipos de interés también eran muy elevados. En este sentido, es importante buscar soluciones que eviten que la vivienda canibalice los sueldos de los jóvenes, y no solo desde la compra y desde el alquiler. El sector debe apoyar alternativas intermedias que se adapten a las demandas de la generación de la que depende el progreso de la sociedad en su conjunto”.

El estudio de pisos.com también refleja las inseguridades del mundo millennial, ya que el 70% de los jóvenes cree que va a haber una crisis económica, frente a menos de la mitad de los baby boomers. Asimismo, el 45% cree que también habrá una burbuja inmobiliaria. Por lo que respecta a la generación de más edad, ese mismo porcentaje, un 45%, desconoce si habrá otra burbuja. “La generación millennials es más pesimista con el futuro y es que son consciente de que se tienen que enfrentar a un mercado inmobiliario de difícil acceso”, puntualiza Font.

Soraya y María

Soraya es una millennial de 31 años que desde los 23 vive de manera independiente, pero hasta hace medio año no se ha atrevido a hipotecarse, o no ha dado ese paso. Primero compartió piso en Segovia con dos personas más y después, al no encontrar trabajo en España, se marchó a Londres, donde también vivía de alquiler, pero compartiendo con 7 personas más.

Lleva ya 4 años en Madrid y durante los 3 años y medio primeros vivían de alquiler, “pero hace seis meses decidimos hipotecarnos”. Antes destinaba el 30-40% de su sueldo al alquiler y ahora destina un 20% del sueldo a la hipoteca. Reconoce que sin ayuda de ahorros y familiares, “nunca nos podríamos haber comprado la casa, ya que es muy difícil tener el 20% de lo que cuesta una casa”. Soraya es consciente de que está “casada con el banco” y que ha tenido que renunciar a muchas cosas para tener una casa “pero estoy invirtiendo en mi propia vivienda”.

Por otro lado, está María, de la generación baby boomer. Ella se independizó con 23 años también, pero se fue a vivir a una casa en propiedad. “Yo trabaja para ahorrar dinero para comprarme una casa, ya que me habían educado de que me comprara lo que yo podía permitirme sin hipotecas”, explica. No obstante, reconoce que cuando se compró la vivienda se quedó sin dinero, pero se siente satisfecha de lo que hizo. “A lo mejor fui un poco atrevida. Ahora las cosas son diferentes”, asegura María.