LAS COMISIONES, A EXAMEN

Descubre cómo borrar de un plumazo los costes ocultos de tus productos financieros

Cuando un inversor contrata un vehículo de inversión, ya sea un fondo, un depósito o un plan de pensiones, está sujeto a una serie de comisiones de distinta naturaleza. Costes que muchas entidades omiten y que no muestran la transparencia necesaria de cara al cliente. ¿En qué consisten? ¿Cómo podemos evitarlo como usuarios?

Cuando un inversor contrata un vehículo de inversión, está sujeto a una serie de comisiones de distinta naturaleza. Costes que muchas entidades omiten

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Gastos / economia

Héctor Chamizo

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En el momento en el que contratamos un producto financiero existen muchos gastos que no suelen aplicarse y que debemos contabilizar para calcular la rentabilidad meta que obtenemos. Principalmente, nos encontramos con la comisión de gestión o comisión de depositaría, además de otros conceptos de coste menos evidentes, que finalmente pueden hacer que ganemos menos con nuestras inversiones, ya que cada euro pagado en comisiones es un euro menos en retorno neto.

De este modo, las comisiones ocultas son principalmente los costes de corretaje y los costes de cambio de divisas. Según François Derbaix, co-CEO y fundador de Indexa Capital, estas tienen el mismo impacto sobre la rentabilidad que “las comisiones visibles”.

Son costes que pueden llegar a ser muy altos para fondos que rotan mucho su cartera o que cambian muchas divisas, pero que, añade Derbaix, “no son visibles para los partícipes de los fondos”. Tampoco para los inversores en plazos fijos. No es que las gestoras los oculten, es que por definición se han quedado fuera de los datos de costes que las gestoras están obligadas a publicar.

Además, tal y como apunta Giorgio Semenzato, CEO de Finizens, algunos de estos gastos adicionales son “el mantenimiento de cuenta corriente y de valores, costes de cambio de divisa, comisión de reembolso y de suscripción o las comisiones de comercialización”.

Lo que suele ocurrir, cuando los inversores “hacen números” y revisan las comisiones abonadas, es que observan cómo sus inversiones no son rentables, debido a las altas comisiones y a los costes ocultos que históricamente han caracterizado los fondos de inversión tradicionales o comercializados por la banca.

El problema con estas comisiones ocultas surge cuando la empresa que cobra el corretaje o el cambio de divisa pertenece al mismo grupo bancario que la gestora del fondo de inversión, porque en este caso, analiza Desbaix, “hay un conflicto de interés por el que el gestor del fondo podría estar presionado por el grupo al que pertenece para usar los servicios del corredor del mismo grupo y del cambio de divisa del mismo grupo”.

Peor aún, podría estar presionado para rotar la cartera más a menudo (realizar más operaciones), para generar más ingresos para el corredo  a costa de los partícipes del fondo.

¿Cómo podemos saber estas comisiones?

Con la entrada de la nueva normativa Mifid II, que regula la industria de gestión de activos a nivel europeo, todas las gestoras de fondos de inversión tienen la obligación de informar debidamente a todos sus clientes sobre las comisiones y gastos asociados a la contratación de un fondo, tanto “sobre su cuantía como sobre el concepto de coste específico”, explica Semenzato.

Asimismo, puedes consultar la ratio de costes supuestamente totales (en inglés TER, Total Expense Ratio), pese a que en realidad no incluye los costes de corretaje y de cambio de divisas, en distintas fuentes públicas. Derbaix concreta que “se puede consultar en la página del fondo en la CNMV o en páginas especializadas”. Igual sucede con otros productos financieros. Sin embargo, este ratio de costes supuestamente totales “no incluye todas las comisiones”: ni corretaje ni cambio de divisas, que “sólo se puede consultar en las cuentas anuales de los fondos”.  

Recomendaciones para cobrar un importe neto más alto

Los expertos coinciden que lo más importante es invertir en productos con comisiones bajas. “La mejor recomendación que le podemos hacer a cualquier inversor es estar informado sobre el producto que piensa contratar y el track-record gestora con la que lo hace”, destaca concretamente el CEO de FInizens.

Es fundamental buscar un producto que sea competitivo en comisiones, es decir que tenga comisiones lo más bajas posibles, ya que “cuantas más bajas sean éstas mayor rentabilidad obtendrá el inversor”. Una alternativa sería centrarse en productos indexados, puesto que cuentan con “una mejor rentabilidad debido a que cuentan con costes hasta 10 veces menores”.