INVERSIÓN SECTORIAL

Sin miedo al whisky o al tabaco al invertir: el 'vicio' es rentable

El mundo de la inversión se divide entre los que aplican criterios éticos y los que, en busca de rentabilidad, hacen la vista gorda e invierten en industrias controvertidas. No es extraño: invertir en alcoholes como el vino o el whisky se llega a equiparar en términos de potencial con la inversión en arte.

El mundo de la inversión se divide entre los que aplican criterios éticos y los que, en busca de rentabilidad, hacen la vista gorda e invierten en industrias controvertidas

Invertir en whisky

Invertir en whisky / economia

Héctor Chamizo

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Los tiempos que corren hoy en día destacan por aquellos que reducen gastos para poder ahorrar a varios meses vista, pero también por la práctica de muchas personas que incluyen dentro de sus gastos al vicio como una partida irrenunciable dentro de su presupuesto. Quizá no se equivoquen. Aunque, eso sí, si es porque ese dinero lo destinan a invertir. Y es que puede ser muy rentable.

La falta de ética parece que sí puede interesar desde el punto de vista de la inversión. Un claro ejemplo es el fondo estadounidense que gestiona la firma US Mutuals, que se lanzó en el año 2001, como el fondo del vicio. Un vehículo que plasma unas rentabilidades anualizadas en los últimos diez años superiores al 34%.

En cierto modo, tal y como explica Felipe López-Gálvez, analista de Self Bank, se trata de un fondo de inversión que “apuesta (y nunca mejor dicho) por empresas procedentes de sectores con mala imagen, como el juego, el tabaco, el alcohol o la industria militar”.

La denominación como fondo del vicio le generó mucha atención por parte de inversores y medios de comunicación. Pero, más allá del morbo que puede provocar, López-Gálvez añade que lo importante es que “se decanta por este tipo concreto de compañías porque entiende que son más predecibles y menos dependientes de los ciclos del mercado”.

Por tanto, suele ofrecer “más estabilidad que los mercados globales en entornos de recesión y menos volatilidad en tiempos de expansión”, porque estas empresas disfrutan de una “demanda poco elástica por parte de los consumidores”.

El creciente interés por la marihuana

Así las cosas, de manera global los llamados malos hábitos interesan desde el punto de vista del ahorro. En este sentido, si lo desglosamos, relacionado con el mismo ámbito, en los últimos tiempos se ha podido observar un incremento del interés inversor por las compañías vinculadas al cannabis tras la legalización en muchos partes de Estados Unidos y en Canadá. La traducción de todo esto es que índices que miden este impacto se han revalorizado más de un 80%.

Esto crea un espacio para generar dinero de cara al futuro. Siguiendo este esquema, los expertos de eToro no consideran que la burbuja del cannabis vaya a “desinflarse en las próximas fechas”.  En opinión también de Benjamin Ferdinand, director financiero de Aleafia, “gracias al entusiasmo en el sector, se están captando miles de millones de dólares en forma de capital riesgo”. De ahí a que su capacidad de crecimiento aún siga intacta.

El apetito por el whisky para invertir

El whisky y el vino tienen procesos de elaboración y crianza que, junto con su consideración de bien de lujo, hacen que se revaloricen considerablemente en el tiempo. Según apunta Chechu Salas, Uncommon Finance, es un tipo de inversión “más cercano a la inversión en arte que a otro tipo de cosas”.

Hasta hace poco estaba reservado solo a grandes patrimonios, pero ahora, gracias a la revolución digital, “empieza a ser una opción para los inversores particulares”, en aras de captar rendimientos. Tanto es así que, si vemos lo que llegan a costar algunas botellas de vino o whisky, más bien habría que hablar, opina Salas, de inversión en “arte”.

Precisamente sobre el tipo de retornos que proporcionan estos productos Jorge Segura, emprendedor y experto en inversiones alternativas, señala que “no se puede generalizar” porque cada tipo de inversión “tiene sus peculiaridades y además hay distintos vehículos para invertir en ellos”.

En el caso del whisky, por ejemplo, el año pasado dejó una rentabilidad en torno al 7,5%. La barrera de acceso a estos productos varía mucho en función del vehículo. Pero en algunos de ellos se puede acceder desde menos de 1.000 euros.

En resumidas cuentas, Segura sostiene que al final estos vehículos de inversión alternativa sirven, como su nombre indica, “para diversificar y descorrelacionar la cartera”. Son inversiones que suelen “representar un porcentaje limitado dentro de la cartera”, pero que dan valor y, por tanto, hay que considerarlos como una opción.