Trabajar 4 días: ¿mito o realidad?

Sindicatos y patronales debaten sobre la relación entre horas y productividad

Un trabajador viendo un calendario en un ordenador

Un trabajador viendo un calendario en un ordenador

Lorena Martín

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Bélgica se convirtió el pasado mes de febrero en uno de los primeros países de Europa en regularizar la semana laboral de cuatro días al incluirla en su reforma del mercado laboral. El estado permite, sin recortar las horas trabajadas, repartirlas en cuatro jornadas semanales o flexibilizar los horarios para dar más libertad a los trabajadores. En España, todavía hay muy pocas empresas que se han animado a implantarla. Entonces, ¿es un sistema viable?

La empresa de desarrollo de software empresarial Software DelSol invirtió 420.000 euros en adaptarla y se convirtió así en pionera en España. "Consideramos la medida como una mejora de la conciliación laboral y personal de los trabajadores", explica Ana Arroyo, responsable de selección y desarrollo de personas de la compañía. Y se hizo así para el conjunto de 184 trabajadores, sin retocar los salarios. "No volveríamos atrás", afirma Arroyo. Indicadores de que ha sido favorable son que el absentismo se vio reducido en un 20% tras la implantación, que se afianzó la confianza de los trabajadores y que la facturación siguió su senda de crecimiento de un 20% anual.

Hacer el cambio es posible. Las compañías tienen la posibilidad de acogerse a la medida mediante convenio colectivo o por un acuerdo entre la empresa y los sindicatos. Y esto podría ser incentivado por el pacto anunciado entre el Gobierno y Más País de realizar un programa piloto con ayudas a las empresas que quieran implantarla, vinculada a una reducción a 32 horas semanales de trabajo. "Es una iniciativa importante para poner en el centro del debate y la agenda, un tema fundamental que tiene relación con la jornada laboral", señala al respecto Carlos Gutiérrez, secretario confederal de estudios y formación sindical de CCOO. Desde el sindicato, defienden una reducción generalizada de las horas trabajadas sin estar a favor o en contra de la jornada de cuatro días. Fernando Luján, secretario confederal de UGT, sí que aboga por este tipo de reducción con una modificación legislativa y destaca que en España hay cultura del presencialismo: "Ha sido muy habitual alargar las jornadas por el simple hecho de hacer más horas porque parece que se trabaja más . Pero cuanto más se alargan las jornadas, más se reduce la productividad exponencialmente".

Ambos sindicatos discrepan que la opción belga sea la más adecuada, porque no reduce las horas trabajadas en conjunto. "Un mayor número de horas en la jornada laboral repercute en la seguridad y la salud de los trabajadores y pueden llegar a tener enfermedades profesionales, problemas traumatológicos o sufrir riesgos psicosociales, como estrés y depresión", según la secretaria de política sindical de UGT de Catalunya, Núria Gilgado. La opción considerada por los representantes de los trabajadores es bajar las horas semanales en dirección a las 32 horas, sin tocar el salario.

La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), por su parte, asegura que la implantación de la jornada laboral de cuatro días en España no es un tema que esté en este momento en la mesa de negociación del diálogo social.

La patronal de pequeñas y medianas empresas Pimec considera que "muy pocas compañías se plantean una jornada de cuatro días porque hay un problema de base y es la falta de productividad en España", según explica el secretario general, Josep Ginesta. "Si las personas trabajan menos tiempo deberían renunciar a parte de su salario", añade. El director de relaciones laborales y asuntos sociales de la patronal de Foment del Treball, Javier Ibars, afirma que todavía es una excepcionalidad entre las empresas trabajar cuatro días a la semana y que se debería flexibilizar la jornada en función de los intereses mediante negociación colectiva, y no tanto de establecer por normativa una reducción de la jornada. 

Desde las patronales aseguran que no sería adecuado para la totalidad de los sectores, pero que algunos sí que se lo pueden permitir. Aquellos con más innovación tecnológica o con más investigación serían los más aventajados, mientras que otros con atención al público, como el turismo, lo tendrían más complicado. Los representantes de los trabajadores se acogen al aumento de la digitalización para la reducción de la jornada. "Proponemos aprovechar las ventajas de la digitalización y la robotización para dar un salto en la productividad, aunque se deberá trabajar para que beneficie a la mayoría", añade Gutiérrez desde CCOO. Los psicólogos ven en el mayor descanso entre jornadas un aumento de la productividad. Dolors Liria, vicedecana del Col·legi Oficial de Psicologia de Catalunya y experta en salud profesional, explica que ocurre porque se reduce "el malestar propio de la sobrecarga y el estrés" en el trabajo.

La trabajadora de Software DelSol Laura Hidalgo conoce las ventajas que supone una jornada de cuatro días. "Nos pueden compensar con dinero o con tiempo. El dinero es un jersey más pero el tiempo es invertir en ti y en tu familia", argumenta. Ella optimiza el tiempo para poder hacer en cuatro días lo que hacía en cinco. "No importa si tengo que estar más concentrada porque luego compensa muchísimo. Cada fin de semana es un puente", celebra.

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