CRIPTODIVISAS

¿Llegaremos a ver un 'Bitcoin público' en Europa?

El mercado de criptoactivos ha ganado tanta importancia que algunos bancos centrales llevan unos años explorando la posibilidad de lanzar monedas digitales públicas. El BCE es uno de ellos y esta misma semana ha anunciado que existe un grupo de trabajo para ver usos posibles. ¿Veremos nacer un ‘criptoeuro’ próximamente?

El mercado de criptoactivos ha ganado tanta importancia que algunos bancos centrales llevan unos años explorando la posibilidad de lanzar monedas digitales públicas. El BCE es uno de ellos.

Criptomonedas

Criptomonedas / economia

Agustina Barbaresi

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El 2020 no ha hecho más que empezar, pero promete ser interesante para el mercado de criptoactivos. Con el controvertido lanzamiento de Libra de Facebook, que se espera para mediados de año (aunque cada vez suscita más dudas y tiene más encima a las autoridades) y con la buena nueva del Banco Central Europeo (BCE) esta misma semana, puede ser el año en el que los mercados regulados abracen la creación de divisas digitales.

El pasado martes, el BCE publicó una circular asegurando que el Banco de Canadá, el Banco de Inglaterra, el Banco de Japón, el Banco Central Europeo, el Sveriges Riksbank y el Banco Nacional de Suiza, junto con el Banco de Pagos Internacionales (BPI), “han creado un grupo para intercambiar experiencias al tiempo que estudian los posibles argumentos que justificarían la emisión de moneda digital del banco central (CBDC, por sus siglas en inglés) en sus respectivas jurisdicciones”.

El objetivo de este grupo es “analizar casos de uso de las CBDC, las distintas opciones de diseño desde un punto de vista económico, funcional y técnico —incluida la interoperabilidad transfronteriza—, y el intercambio de conocimientos sobre tecnologías emergentes”. ¿Significa esto que estamos cerca de ver una cripto al estilo Bitcoin o un Ethereum pública en Europa?

Un alumbramiento complejo

Lo cierto es que el año 2019 fue, en palabras de Javier Molina, portavoz de eToro para España, “un punto de inflexión”. Es cuando Facebook anuncia que quiere lanzar su cripto, que sería la primera moneda digital fuera del mercado desregulado, “cuando los bancos centrales empiezan a reaccionar: surgen trabas y aunque Libra, tal como estaba planteada, no va a salir, los bancos centrales sí están obligados a hacer algo”. Eso sí, Molina no apuesta en ningún caso por la creación de un sistema financiero paralelo, sino en la intervención de los sistemas financieros actuales, para trabajar en su conexión.

Construir una criptodivisa pública no es, desde luego, tarea sencilla. Montse Guardia, directora general de Alastria (conglomerado de empresas Españolas que trabajan para desarrollar la tecnología blockchain), asegura que crear una moneda de estas características en Europa “es posible, pero es algo que no es tan obvio de hacer. La idea, diseño y concepto ha ido madurando desde 2017, pero implementarlo en un sistema como es el financiero internacional, sin tener una previsión exacta de cuáles son los riesgos y cómo gestionarlos, es un trabajo muy grande y complejo, que necesita muchos agentes”. 

Hay riesgos e incógnitas que despejar sobre cómo sería su emisión, la responsabilidad ante fraudes o ciberataques o el anonimato

Precisamente, es en esa línea donde se está trabajando, señala Javier Cabezas, profesor del CEF.- UDIMA: “la Comisión Europea está realizando en la actualidad diversas consultas con grupos de expertos que persiguen proporcionar seguridad jurídica en el ámbito de criptoactivos en la Unión Europea, que sentarán las bases para su posible desarrollo futuro”. 

Los riesgos e incógnitas que hay que despejar son variados, desde la regulación de las ICOs (Initial Coin Offerings, la forma de financiar la emisión de este tipo de moneda), la responsabilidad ante fraudes o el anonimato de la titularidad, entre otros.

Pros de una ‘cripto’ pública...

Es innegable que, de concretarse, tendría grandes ventajas y usos interesantes. Montse Guardia señala que “una primera ventaja sería la trazabilidad, la integración de sistemas de una forma más simple. También mejoraría la digitalización. Y añadiría una revalorización y reevaluación de los procesos, un rediseño para adaptarlos a un mundo que ha cambiado”.

Eliminar costes e intermediarios, seguridad, flexibilidad, trazabilidad o favorecer la inclusión financiera serían algunas de las ventajas

Javier Molina añade a la ecuación la “seguridad y eficiencia en los pagos, que no hubiese tantas barreras ni fricción comercial, eliminar costes e intermediarios, luchar contra los pagos ilícitos e intentar lograr una mayor inclusión y estabilidad financiera”.

Y Javier Cabezas, junto a todo lo anterior, destaca la “agilidad, inmutabilidad, escalabilidad y un mayor grado de protección, de convergencia e integración europea”.

...y los peligros que puede traer

Pero una cripto pública europea tendría también algunos peros. En palabras de Javier Cabezas, “desde el punto de vista de las desventajas además de las tradicionales inherentes a las criptomonedas como algunas prácticas delictivas procedentes del lavado de dinero, financiación ilícita o evasión fiscal, cabrían otras derivadas de las características propias del emisor que impondría su carácter centralizado”.

Es decir, una moneda así limitaría la privacidad de los participantes y la información distribuida y aumentaría el control y reporting, en opinión de este experto. “Todas estas medidas irían en contra de la concepción original de las criptodivisas, que ha permitido su desarrollo desde su aparición”, afirma. Es decir, irían en contra del anonimato que se buscó en 2008 con el lanzamiento de Bitcoin, cuando en los albores de la crisis se empezó a perder confianza en el sistema financiero y aparecieron quienes, apoyándose en las nuevas tecnologías, buscaban operar al margen.

Entre las pegas, destaca el límite a la privacidad de la que ahora gozan las criptomonedas del mercado desregulado

Javier Molina coincide en parte con esta afirmación, pero pone sobre la mesa el hecho de que el interés es innegable y que cada vez existe más infraestructura regulada sobre criptomonedas como el Bitcoin, aunque éste no sea una divisa regulada física de curso legal como es el euro o el dólar.

“Al final habrá que buscar un punto de unión entre lo que aportan estos activos, que es ese anonimato y la base tecnológica, y el regulador. Mientras tanto, asistimos a iniciativas como el lanzamiento de un mercado de opciones regulado sobre Bitcoin. Hay además un mercado de futuros regulado sobre esta criptodivisa y Ethereum. El NYSE ha lanzado una bolsa de activos digitales y Stuttgart, que es la segunda bolsa de Alemania también. Y entidades como Fidelity están haciendo custodia y pronto lo veremos en España”, enumera Molina, que concluye que vamos hacia la “tokenización de la economía: todos los activos acabarán teniendo una representación o token comercializable. Estamos ante nuevo paradigma financiero”, concluye.