ANA BUJALDÓN, PRESIDENTA DE FEDEPE

"Las mujeres tenemos que ser más que buenas, excelentes, y aun así persisten los estereotipos"

Ana Bujaldón es la presidenta de FEDEPE y asegura que la economía española mejoraría si se apostase más por el liderazgo femenino. Añade que la voluntariedad de la ley de Igualdad es poco si se traduce a la práctica, por eso está a favor de las cuotas como palanca para la igualdad.

Ana Bujaldón es la presidenta de FEDEPE y asegura que la economía española mejoraría si se apostase más por el liderazgo femenino

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Marta Gracia

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Ana Bujaldón Solana es empresaria de marketing y publicidad desde hace más de 25 años. Es socia fundadora y CEO de Azul comunicación, así como de otras empresas, y presidenta de FEDEPE, la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias, desde el año 2009. Defensora del liderazgo femenino, forma parte desde enero de 2018 del Observatorio de la Igualdad de la Corporación RTVE y desde junio del mismo año del Consejo de Participación de la Mujer.

Bujaldón asegura que la economía española mejoraría dándole más liderazgo a la mujer, de hecho, asegura que si se alcanzarán los niveles de diversidad de otros países europeos, España obtendría 110.000 millones de euros adicionales en el PIB de 2025. Confía en alcanzar la igualdad real mucho antes de los 200 años que alerta el Fondo Monetario Internacional y asegura que hay que obligar a las empresas a cumplir con el compromiso de feminismo.

¿Cómo se ve el papel de la mujer al frente de las empresas?

Las mujeres constituyen un factor vital para el crecimiento de la economía y de las empresas. La incorporación de la mujer al mundo laboral, a partir de 1990, supuso un incremento del 18% del Producto Interior Bruto en el periodo de 25 años. Si España alcanzara los niveles de diversidad e igualdad de los países más avanzados de Europa occidental obtendría, nada menos que 110 mil millones de euros adicionales en el PIB del año 2025.

En el terreno de la empresa, los estudios indican que la presencia de las mujeres en la dirección mejora la toma de decisiones; fomenta la innovación y la creatividad; mejora la colaboración y la fidelización.

Una investigación de la Harvard Business Review dice rotundamente que “la inteligencia colectiva de un grupo aumenta a medida que se incrementa la representación femenina”. El Fondo monetario Internacional analizó dos millones de empresas de 34 países europeos y llegó a la conclusión de que la incorporación de una mujer a un puesto directivo aumentaba entre 8 y 13 puntos básicos la rentabilidad de la empresa.

Otro informe indica que las empresas con más de tres mujeres en el consejo obtienen mejores resultados en cuanto a ambiente laboral y valores y también en el terreno de la coordinación y control.

¿Cómo ve el papel del gobierno y de las administraciones respecto a la igualdad?

Se tienen que promulgar leyes que garanticen la igualdad como se ha hecho en Francia y países nórdicos. Dejar la igualdad en términos de “voluntariedad” como dice la Ley de Igualdad española creo que sirve para muy poco. Ahí están los paupérrimos resultados. Seguimos con brechas en los salarios, en las pensiones, en puestos directivos, etc. Nuestras empresas deben actuar con responsabilidad social, en línea con los planteamientos políticos de la Unión Europea que ha fijado como una de sus prioridades promover la igualdad entre hombres y mujeres y en línea también con los Objetivos para el Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de Naciones Unidas.

Es responsabilidad del gobierno impulsar la igualdad en la educación y mentalizar a los profesores y recogerlo en los libros de texto. También es importante la corresponsabilidad. El gobierno ha aprobado un decreto ley contra la desigualdad laboral, que recoge, entre otras medidas, un registro salarial en las empresas para evitar la discriminación por sexo y amplía el número de empresas obligadas a contar con planes de igualdad (antes eran las empresas de más de 250 trabajadores, y ahora son las de más de 150).

¿Hay mujeres con miedo a liderar proyecto o empresas?

No. Yo creo que el problema radica en la multitud de obstáculos que encuentran y algunas se frenan o tiran la toalla como ocurre en los puestos de alta dirección. Además si tienen hijos pequeños, padres enfermos o personas a su cargo sienten que son su responsabilidad. La mayoría hacen la tarea heroica de atender a la familia y trabajar. Las mujeres dedicamos 2 horas diarias más que los hombres a la familia y eso es una carga adicional.

En el mercado laboral, nos encontramos con otro muro: el llamado techo de cristal. No nos ponen nada fácil acceder a puestos de responsabilidad y liderazgo. Si ellos tienen que ser buenos para liderar, nosotras tenemos que ser más que buenas, excelentes, y aun así persisten los estereotipos que ligan la figura del hombre al poder, al mando, y la figura de la mujer, a la subordinación. Son estereotipos que las mujeres estamos rompiendo cada día demostrando que tenemos la formación, la capacidad y el talento necesarios para liderar cualquier tipo de proyecto o empresa.

Muchos hombres y mujeres se muestran en contra de las cuotas porque aseguran que perjudican más que beneficiar, ¿qué opina de ellas?

Hay quienes están a favor de las cuotas y quienes están en contra, con argumentos en una y otra posición. En algunos países que han tomado esta iniciativa, como Suecia o Francia, la realidad demuestra que hay más mujeres en los consejos de administración de las empresas, que son más paritarios que en otros países donde no se ha apostado por las cuotas. Es una manera de acelerar el proceso, para que no tengamos que esperar 200 años más. Las cuotas podrían ser la palanca necesaria para equilibrar la presencia de hombres y mujeres en puestos de decisión.

Sin embargo, es verdad que hay muchas personas que opinan que el cambio debe producirse basándose exclusivamente en los méritos, y no amparándose en las cuotas o en cualquier otro tipo de discriminación positiva. En este sentido habría que desmitificar la palabra cuota.

¿Cree que el emprendimiento es una posibilidad para cerrar esa brecha? ¿Tienen más problemas para conseguir financiación las mujeres?

Como empresaria, veo el emprendimiento como una oportunidad única para el desarrollo profesional de las mujeres. También aquí hay brechas, porque los hombres emprenden más que las mujeres. Es verdad que en los últimos años, desde 2012, esa brecha se va cerrando y las mujeres emprenden más. Además, los negocios que ponemos en marcha son más sostenibles. Por ejemplo, en 2017 cerró un 30% de las empresas creadas por mujeres frente al 58% de negocios impulsados por hombres que fracasaron.

En cuanto a la financiación, es un problema para todos los emprendedores, hombres y mujeres. Sin embargo, existen algunos programas y ayudas de las que pueden beneficiarse las personas que decidan poner en marcha una empresa. Recientemente el gobierno aprobó el Plan de Choque por el Empleo Joven 2019-2021 con medidas específicas para favorecer el emprendimiento de la mujer. Nosotras, desde FEDEPE tenemos varios programas dirigidos a mujeres emprendedoras, en los que ofrecemos asesoramiento y acompañamiento gratuito y favorecemos el acceso a la financiación de los proyectos seleccionados.

¿Queda mucho camino para lograr la igualdad?

Pues esperemos que antes de lo que dice el Fondo Monetario Internacional, que calcula que necesitaremos más de 200 años para alcanzar la igualdad. Es verdad que hemos avanzado mucho, pero no es menos cierto que queda mucho camino por recorrer. Tenemos que acabar con la brecha salarial para que las mujeres no recibamos sueldos un 23% inferiores a los de los hombres; tenemos que promover el acceso de las mujeres a los puestos de decisión de las empresas e instituciones; hemos de avanzar en corresponsabilidad para que las mujeres no trabajemos el doble que los hombres en el ámbito familiar; hay que igualar los permisos de paternidad y maternidad para que no se siga penalizando a las mujeres por tener hijos y finalmente hay que avanzar en medidas de flexibilización laboral y horarios racionales.

Queda mucho camino por recorrer, pero aun así somos optimistas porque creemos que la sociedad ha asumido como propia las reivindicaciones de las mujeres y que cada vez más personas trabajan por la diversidad, la inclusión y la igualdad.