MONTSE GUARDIA, DIRECTORA GENERAL DE ALASTRIA

"Con blockchain tendremos que hacernos responsables como ciudadanos de todo lo que hacemos en internet"

¿Qué es blockchain? ¿Cómo nos va a cambiar la vida? Hablamos con la directora del primer consorcio de empresas españolas que está desarrollando aplicaciones de esta tecnología, que nos cuenta sus implicaciones en el control de nuestros datos personales, la ciberseguridad... y hasta los 'trolls' y los bulos en internet.

La directora general del primer consorcio de empresas españolas que desarrolla blockchain nos cuenta cómo nos va a cambiar la vida esta tecnología

Montse Guardia Alastria

Montse Guardia Alastria / economia

Agustina Barbaresi

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A Montserrat Guardia Güell siempre le llamó la atención la tecnología y, sobre todo "su impacto humano, su desarrollo por y para las personas". Estudió ingeniería en telecomunicaciones y comenzó su trayectoria desarrollando programas tecnológicos para los Juegos Olímpicos (participó en 4 olimpiadas), atraída por los valores del deporte y el reto de trasladarlos al mundo digital. Gracias a esto vivió en 7 países, hasta que acabó en el lado de la empresa. Hoy es directora general de Alastria, el primer consorcio público-privado formado por compañías españolas para desarrollar aplicaciones de blockchain. Hablamos con ella de esta tecnología y cómo nos va a cambiar la vida.

Se ha intentado explicar 1000 veces qué es blockchain y mucha gente no lo tiene claro aún. ¿En qué consiste esta tecnología?

Es importante poner el blockchain en contexto y explicarle a la gente que, más que del blockchain en sí, deberíamos hablar de su uso. Hasta ahora estábamos comunicando datos a través de internet de una determinada forma y ahora le hemos puesto una capa, digamos, un poco más sofisticada que utiliza unos mecanismos de software (lo que llamamos algoritmos) que hacen que esa transmisión de datos sea mucho más segura y práctica. Blockchain es una tecnología que aún no está madura. Estamos en una era de transición, en la que nuestro mundo se está digitalizando y en el que irrumpe esta tecnología, que es como un cambio de arquitectura. Es como si siempre hubiésemos vivido en una casa con una determinada arquitectura y de repente la cambiamos, ya no está dispuesta igual ni pasamos de una habitación a otra de la misma manera. Estamos cambiando con blockchain algo que no es perceptible. Y, en tecnología, cuando cambiamos algo que no se vé y que hace que el uso sea más eficiente y rentable, se trata de un cambio muy potente. Es un cambio de paradigma. Incluso es una herramienta de lo que yo llamo “innovación por empuje tecnológico”. Va a cambiar tantas cosas que aún no hemos pensado en todas ellas. Por eso se habla tanto de blockchain.

¿Cuánto tardaremos en ver a esta tecnología madurar? ¿Cuántos años pasarán hasta que forme parte de nuestro día a día?

Estamos muy cerca de alcanzar una utilización masiva. Las previsiones hablan de 2 o 3 años, no más. En 2020 ya podríamos ver usos muy reales. De hecho, ya hemos visto algunas experiencias en trazabilidad de alimentos y vacunas, o comercio exterior, por ejemplo.

¿Cualquier empresa o persona usará blockchain?

Sí, hay que cambiar la forma de hacer muchas cosas aún. Pero una vez que ocurra, más que “utilizar” blockchain, esta tecnología será la forma en la que nos vamos a mover todos en el mundo digital.

¿Tendremos pleno dominio individual de nuestros datos en internet con blockchain? ¿Qué pasará con los menores o las personas dependientes, por ejemplo?

Blockchain es una herramienta habilitadora de lo que llamamos la identidad digital. Actualmente, entramos en la red y ponemos nuestro usuario, contraseña, etc. Se trata de dotar una identidad pura, que es un número o una ristra de números y caracteres, a las que damos atributos. Seremos propietarios de esa identidad digital, será una llave de acceso al mundo digital que tendré yo. Imaginemos que necesito identificarme en el médico o para acceder al gimnasio: entonces daré sólo algunos de los atributos de mi identidad digital, como mi edad o certificado médico, por ejemplo. Seleccionaremos los datos que damos o no. Y esto nos va a hacer más conscientes o responsables de este acceso a internet. Ahora mismo no somos conscientes de la cantidad de datos que damos, de lo que esto implica y de la manipulación que hay al respecto. Ahora está en marcha el proyecto en el que se engloba el llamado DNI 5.0 que va más allá de la tecnología y lo abarca todo: sociología, legal… En el caso de los menores, tendrán que tener un atributo que marque que se trata de un menor y la Ley del menor deberá evolucionar en consecuencia. De esta manera, ya no podrán acceder a ciertos lugares, un control que a día de hoy no existe.

Y si todos y todo va a estar identificado en internet… ¿qué efecto tendría esto sobre los llamados ‘trolls’ o los bulos y noticias falsas?

Cada uno será el responsable de transmitir sus propios datos y el cambio de paradigma está en querer aceptar esa responsabilidad como ciudadano. Creo que no somos conscientes de todo lo que hacemos en internet. Desde luego los trolls lo tendrán más complicado y las máscaras tendrán que caer. Blockchain ayudará con las fake news, porque en teoría se podrá marcar el origen, pero más allá de eso, ayudará en la actitud. Hay un problema que los sociólogos deberían tratar, que es por qué creemos las fake news o las damos como buenas desde la emocionalidad y sin contrastarlas.

¿Es de verdad blockchain tan seguro como lo pintan?

Es más seguro desde el momento que pones el dato y encriptas la información. Cuando la información está dentro de la cadena de bloques ya es segura. Los puntos flacos están en el “offchain”, el acceso o la entrada a la cadena. Ahí es donde estamos trabajando para mejorar la seguridad. Aún así, sigue siendo un entorno más seguro que el que tenemos actualmente.

En este 2019, ¿cuáles serán las principales tendencias en blockchain?

La más inmediata son las aplicaciones de blockchain en ciberseguridad. También vamos a ver casos de uso funcionales en registro y trazabilidad: cualquier trámite que requiera marcar una fecha y hora determinada. Por ejemplo, títulos académicos, puntos o millas de vuelo en las tarjetas…

Blockchain nació vinculado a las criptodivisas, en especial el bitcoin. ¿Cómo han transformado estas monedas digitales el sistema financiero?

Lo que llamamos “dinero electrónico” existía antes de las criptodivisas, a través por ejemplo de los pagos con tarjetas, que ya eran moneda digital. Las criptos han permitido ir más allá de lo que llamamos “mecanismos digitales”: ha permitido que el dinero electrónico, que era muy sofisticado a nivel de tecnología y no tanto de uso, sea menos complejo tecnológicamente. Lo que no avanza a la misma velocidad es la parte regulatoria, la parte jurídica. Y las políticas monetarias o la tasa de cambio de las criptodivisas. Aunque ya hay bancos centrales hablando de crear sus propias divisas digitales.

¿De dónde viene la idea de crear un conglomerado de empresas como Alastria para desarrollar blockchain en España?

La idea viene de un emprendedor, que es Álex Puig, que es el fundador del consorcio. Él es un experto en esta tecnología desde hace muchos años. En mi caso nos conocíamos porque yo, desde Banco Sabadell, estaba investigando esta tecnología, igual que otros compañeros de otras entidades o de sectores como la energía. Entonces Álex propuso que nos juntásemos. En ese momento era 2017, parecía que faltaba mucho para ver a la tecnología madurar y era muy difícil hacer algo con ella en solitario. Nos juntamos para empujar el desarrollo de una plataforma pública-privada que permitiese desarrollar casos de uso transversales entre varios sectores y, a la vez, estar conectados con la parte legislativa. Mezclar energía con banca, seguros… Vimos que faltaba talento y formación, así que involucramos también a las universidades, para crear juntos un entorno en el que competir de forma mucho más escalable. La experiencia ha sido única: en este año y algo, ver a las universidades compartir planes de estudio e investigación en este ámbito, posicionarse internacionalmente, publicar en Cambridge, hacer acuerdos con el Blockchain Research Institute… Esto es exportar de verdad la Marca España, enseñar los expertos que tenemos aquí.

¿Qué universidades están despuntando más en este sentido?

Por ejemplo, la Universidad de Alicante, que está investigando en el campo económico. Hablamos mucho de tecnología, pero hay otros ámbitos igualmente importantes para el desarrollo de blockchain, como el marco de la contabilidad, el marco legal… También ICADE, el CEU, la Pompeu Fabra, la UPC… Tenemos la suerte de contar con muchas de ellas. De hecho, con casi todas.

¿Quién puede formar parte de Alastria?

Todo el mundo, es un conglomerado totalmente inclusivo. Sólo hay que ir a la página web, firmar el documento de adhesión y los estatutos, tener ganas de trabajar en blockchain y entender los ámbitos de colaboración, que a día de hoy son alrededor de 13: tecnológico, legal, tercer sector (ONG e impacto social), startups y venture capital... Hay una cuota, que es más baja de lo que suele ser habitual en este tipo de consorcios, para intentar fomentar que se unan muchas pequeñas y medianas empresas. Por ejemplo, para empresas de hasta 100 empleados, la cuota son 500 euros. Tenemos actualmente 11 ecosistemas regionales, en Valladolid, Asturias, Canarias, Galicia… De esta manera intentamos potenciar también lo que llamamos el local global, trabajar desde una ciudad hacia afuera. No importa de dónde vienes ni dónde estás, sino tus ganas de aportar y aprender.