Els Pets se lo toman muy en serio

EL PERIÓDICO DE CATALUNYA siguió los preparativos del concierto de la banda en la Sala Barts en conmemoración del 35 aniversario del diario

JOAN SALICRÚ / Barcelona

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Nueve y media de la noche en la sala Barts de Barcelona, en la Avinguda del Paral·lelLluís Gavaldà, el carismático cantante de la banda, saluda al público con el clásico “Som Els Pets de Constantí i visca la mare que ens va parir”, eslogan casi coreado por el millar de espectadores que se dan cita esta noche en el concierto que sirve para festejar el 35 aniversario de EL PERIÓDICO DE CATALUNYA. Y añade: "No sabías las ganas que teníamos de estar aquí".

Durante las próximas dos horas, suenan sobretodo temas del nuevo disco ‘L’àrea petita’, como el que da nombre al volumen y ‘Ja no ploro’ o ‘Fa un minut’ pero también ‘Sembla estrany’ del anterior disco, ‘Fràgil’. Al grupo se le ve en forma, con muchísimas ganas de pasarlo bien y conseguir lo mismo sus fans, que hacía dos años que añoraban su presencia en los escenarios.

Pero para que todo esta sea posible, hay que retroceder mucho rato atrás, hasta las 12 del mediodía, cuando los siete técnicos que exige el directo del grupo -capitaneados por Sergi Gómez- se personan en este espacio de la ciudad condal para montar el escenario y todo lo que conlleva. Desde el primer momento se ve que Els Pets se toman muy en serio su trabajo y que esto no está reñido con pasarlo estupendamente.

Los músicos llegan propiamente a las 16 horas, aunque el bajista Falin Cáceres lo hará un poco más tarde. Mientras tanto oímos hablar a Lluís Gavaldà y a Joan Reig, que parecen una versión moderna de Tintín y el capitán Haddock; él tímido, con aspecto de buen chico y voz dulce; el otro más bravo, voz grave y bonachón.  

Reig bromea sobre los problemas que hicieron empezar tarde la gira con Gavaldà, quien padeció una crisis de estrés después del complejo proceso creativo que suposo la composición y grabación de un disco. Pero no hay tiempo que perder y en seguida empiezan las pruebas de sonido: primero cada componente toca algo por separado y cuando se comprueba que todo está correcto se pasa a las pruebas de conjunto.

Se nota que hay ganas de hacerlo bien. No en vano, este es el segundo concierto desde que retomaron la gira -el primero fue en la Stroika de Manresa la semana pasada-, de modo que parecen un poco niños con zapatos nuevos. ‎Pero la seriedad no significa que no haya momentos chistosos, que son muchos y variados. Aunque también hay límites. Así, cuando alguien sugiere beber algo de alcohol, el cantante de la banda se muestra tajante: "No, aquí alcohol no bebemos".

Se preparan concienzudamente. La preparación es exigente y a cada detalle se les presta atención. Como entraremos en esa canción, que tema enlatado pondremos al principio de la actuación, quien suena más fuerte que el otro...

‎"Hagamos 'Reprenc el vol'", pide Gavaldà, que como compositor es quien lleva un poco la voz cantante. "Soy el que más sufro también, siempre tengo la sensación que todo ira mal y no vendrá nadie", ha comentado un poco antes. Da instrucciones sobre múltiples temas, como por ejemplo la colocación de los monitores o sobre la escalera que tendría que haber para subir al escenario y desaparece en el tramo final de las pruebas ante su estupor.

Por su parte, el batería Joan Reig, que es quien parece que gastará más energía durante el concierto visto como interpreta la partitura, se prepara‎ haciendo flexiones de forma metódica. Los que llegan con el tiempo justo no tendrán oportunidad de prepararse así ni de ninguna manera. Eso es lo que pasará a Joan Pau Chaves, el teclista, que viene de otros cometidos.

Cambio de guitarras. Ahora toca la acústica. "Fa un minut que no em passes pel cap", canta Gavaldà. Y es que un instrumentista no equivale a un solo instrumento, Gavaldà usa varias guitarras que están al lado del teclista. Se prueban también las luces y efectos como el de las burbujas que caerán por encima de Gavaldà durante la actuación en la canción 'Bombolles', el single del disco.

‎También es momento de ejercitar el cuerpo a ritmo de las coreografías y movimientos que se verán durante el concierto encima del escenario. El guitarrista David Muñoz, por si las mosca, lleva las gafas de sol con tal de situarse en el escenario. Todas las técnicas valen para tomarse el trabajo en serio.

Se repasa el repertorio y en las canciones en que hay dudas, se aborda su ejecución. La mayoría son del nuevo disco, pero también la que dio título a 'Com anar al cel i tornar'. La única concesión a los clásicos será 'S'ha acabat', de su segundo disco, uno de los temas más conocidos de la banda. Las pruebas son largas y la gente se cansa. Joan Pau Chaves no llega y ‎uno de los técnicos hará las veces de teclista. 

Se suspende el ensayo, a eso de las 19 horas. Los compañeros de BTV llevan a cabo un directo entrevistando Lluís Gavaldà sentados en el límite del escenario. “En este momento sentimos una mezcla de terror y euforia; según como me iría corriendo pero también tengo unas ganas locas de subir al escenario”, afirma mientras juguetea con el micro.

Al cabo de un rato, finalmente aparece Joan Pau Chaves, el cual tiene el tempo justo de probar los teclados y de tocar un par de temas con toda la banda antes de que el grupo se vaya a cambiar al camerino -vestimenta oscura y elegante, en esta gira-. 

Llega la hora. Se oye el punteado de ‘Ja no ploro’ y cuando sube el telón, Lluís Gavaldà proyecta su voz y canta: “’Enyorar-te encara més, travessar carrers plens de gent que escombra. Treure el cap del meu castell, refrescar el cervell, amb retalls de tu’”. Después de tantos preparativos, el concierto ha empezado definitivamente.