Cuando vas de Venus y en realidad eres una diva 'low cost'
Esto es muy agridulce.

Ser 'influencer' tiene sus cosas buenas y también sus cosas malas. ¿Las buenas? Que puedes tener miles de seguidores en redes sociales que te aplaudan, comenten con iconos de corazoncitos tus miles de fotos posando y, además, convertirte en inspiración para chicas de 18. ¿Las malas? Que a veces hay que trabajar un poquito de más.
Con algunas famosas 'influencers' españolas tenemos una sensación agridulce... Que podría ser más dulce que agria, pero no. De dulce NADA.
Sabemos de alguien que quería convertirse en Venus pero que al final ha acabado siendo una diva 'low cost'.
Ella era imagen de una marca y tras haber pospuesto un evento con su presencia por causas ajenas a la organización, se ve que la cita ya no le venía tan bien. Había que poner la sonrisa veraniega y presentar producto. Pero resulta que la luz no estaba bien, las fotos se hacían en un par de clics (que si fuesen para el insta, se dedicaba unos minutos más) y se eliminaba cualquier pregunta porque, mira, posar un segundo es agotador y una no llega así lista al verano. Y hasta ahí la participación, que duraba más de lo esperado porque ya había empezado tarde.
En fin, que el buen rollo lo dejamos para los vídeos, pero en las distancias cortas, de nuevo, vuelve a dejar que desear. Después de este bochornoso momento, hemos llegado a la conclusión de que algunas no tienen pelos en las piernas pero otras no los tenemos en la lengua.
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