Premios Oscar 2023: Rihanna, la ultimísima embarazadísima apretadísima y con moño de estudiar
Todo el mundo esperando a Rihanna en la gala de los Oscar, pero las divas como ella siempre llegan cuando y como menos te lo esperas.
Si hay alguien que puede estar nominada a un Oscar, llegar la última a la alfombra roja (champán) y posar con su mano en la barriga cual Pombo de la vida, esa es Rihanna (35). O sea, puede hacer un poco lo que le salga del pie (que esperemos que no sea lo mismo que Cara Delevingne, la pobre, con zapatos pequeños y uñas añejas).
Por ejemplo, otra cosa que puede hacer Rihanna y que todo el mundo aprueba es volver a poner de moda el moño de estudiar. Ella se lo pone con sus pelochos locos, como si un peluquero no hubiese posado sus manos sobre su cabellera (a saber, aunque teniendo varios negocios en el mundo de la belleza, sería raro), se va a los Oscar y todas respiramos aliviadas porque nuestra diva y musa nos vuelve a liderar en cuestiones importantes. Si el moño que te haces retorciendo el pelo con una goma se puede llevar a los Oscar, en tu oficina nadie debería levantar ni media voz si te lo pones tú.
En cuanto al vestido, firmado por Alaïa, evidentemente, ella es muy partidaria de ir apretada, dejando libertad, eso sí, para su tripa de embarazada (recordemos que espera su segundo hijo con A$AP Rocky). Transparencias, tiras de cuero, rajas estratégicas en culo y piernas, un despliegue totalmente acorde con su estilo.
Y más:
¿Te parece poco?
Venga, que RiRi siempre tiene más. En realidad, no llegaba a la alfombra roja la última por casualidad. La artista de Barbados era, en realidad, la estrella de la noche. Nominada por 'Lift Me Up' de la BSO de 'Black Panther: Wakanda Forever', ha participado en todos los ensayos porque ella es artista pero también profesional, así que estaba en el Dolby Theatre antes de que tú terminases de merendar esta tarde... Por eso tenía que acicalarse: por eso y porque su look a la llegada era totalmente inesperado; con una camiseta, sin pantalones, zapatillas bajas y gorro de pescar. O sea, look cómodo de señora de los dos mil al máximo.
Desde luego, siempre con su estilo, eso es innegable.
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