Qué miedito: Harry Styles cuenta con pelos y señales cómo le robaron

Ya le podemos considerar Kardashian (por lo del famoso robo, ya sabes). 

Harry Styles en la gala MET

Harry Styles en la gala MET

/ ENT

La noticia de que Harry Styles había sido víctima de un robo a punta de navaja el pasado día de San Valentín mientras regresaba a la mansión que posee en el barrio londinense de Hampstead de madrugada corrió como la pólvora y dejó muy preocupados a sus fans.

En un principio, el cantante se había negado a compartir detalles de lo ocurrido, limitándose a confirmar que estaba bien e ileso, pero ahora se ha animado a relatar lo que sucedió esa noche para desvelar cómo consiguió escapar de sus atracadores. ¡Pobre!

"Estaba regresando a casa de ver a un amigo. Estaba a cinco minutos de mi puerta y vi a un grupo de chicos que llevaban las capuchas puestas y las caras cubiertas, y eso ya me pareció un poco raro. Apagué la música que estaba escuchando mientras seguía caminando por la calle e iba echando vistazos por encima del hombro. Me di cuenta de que habían cruzado la calle en mi dirección y entonces escuché ruido de pisadas apresuradas, como si intentaran alcanzarme, así que crucé la carretera y ellos hicieron lo mismo. Entonces me dije: 'J*der, creo que van a atracarme'", ha desvelado en el programa de radio de Howard Stern.

Los desconocidos trataron de venderle marihuana tras conseguir ponerse a su altura, pero al percatarse de su falta de interés y su actitud precavida, le pidieron que les diera todo lo que llevaba encima: "Solo tenía algo de dinero suelto en el bolsillo, así que se lo dije y lo saqué para que lo vieran, y lo cogieron".

La situación empeoró rápidamente cuando le exigieron que entregara también su teléfono móvil: aunque Harry estaba dispuesto a perder su iPhone porque podía bloquear el terminal más tarde de manera remota, se negó rotundamente a desbloquearlo, tal y como querían los criminales, porque les daría acceso a sus redes sociales y a un sinfín de información de naturaleza personal.

"Uno de los tipos me dijo que pusiera la clave en el móvil y otro se levantó la camiseta para que viera que tenía una navaja metida en los pantalones, y ahí pensé: 'Mi**da'. Le dije que lo sentía, pero que no podía hacerlo, no podía desbloquear el teléfono. Y él me respondió: 'Tienes diez segundos', y empezó a contar. No sabía que hacer, jo**r. ¿Debería de darles mi teléfono?".

Justo en ese momento, el artista vio dos coches que se acercaban y salto a la carretera para intentar llamar la atención de los conductores y conseguir ayuda, pero ninguno se detuvo, así que decidió jugársela y aprovechar esa distracción para huir.

"Me di la vuelta y eché a correr a toda prisa hacia la zona residencial donde vivo. Generalmente llevo deportivas y ropa cómoda cuando me muevo a pie, pero justo ese día me había puesto unos pantalones de campana de pana y zapatos de vestir. No podía creer que fuera a tener que correr colina arriba de esa guisa. Seguí corriendo y supongo que, como ya tenían el dinero, acabaron por cansarse y se dieron la vuelta", ha añadido para concluir su relato.

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