Maggie Gyllenhaal, detective: ha investigado (por su cuenta) los escándalos de James Franco

Maggie Gyllenhaal va de incógnito
Maggie Gyllenhaal va de incógnito / Taylor Jewell

Ahora que ha vuelto a resurgir la polémica en torno al comportamiento, supuestamente vejatorio y denigrante, que James Franco habría dedicado a varias de las mujeres que han trabajado con él a lo largo de los años, todo ello a raíz de las impactantes declaraciones de la que fuera coprotagonista de la serie 'Geeks and Freaks', Busy Philipps, en un libro autobiográfico en el que dedica a Franco calificativos tales como el de "pu** capul**", era solo cuestión de tiempo que Maggie Gyllenhaal, siempre discreta y prudente, se viera arrastrada a tan delicado debate.

Y lo cierto es que Maggie, quien protagoniza junto a <strong>The Deuce</strong>'James Franco la aclamada serie 'The Deuce' del canal de pago HBO, no ha tenido reparo alguno a la hora de defender su colaboración profesional con el cuestionado actor, eso sí, tras haberse encargado personalmente de investigar si existía algún posible caso de acoso laboral o de cualquier otro tipo en su entorno de trabajo.

"Cuando el artículo sobre las acusaciones contra James salió en el LA Times [en enero de 2018], todos lo leímos y nos lo tomamos muy en serio. Hablamos con todas y cada una de las mujeres del equipo y del reparto para averiguar si habían sido respetadas en todo momento y conocer su experiencia trabajando con James. Todo el mundo nos dijo que nunca les había faltado al respeto", ha contado en la emisora Sirius XM.

A la actriz y a los productores de la serie no se les escapaba que el proyecto corría un grave peligro de confirmarse (ya fuera con pruebas concluyentes o con indicios creíbles) algunos de los testimonios que han venido retratando a Franco como un tirano misógino que, por ejemplo, habría despedido a una actriz por negarse a realizar un desnudo poco justificable con el guion o, más grave aún, se habría quitado la 'protección' de sus genitales durante una escena de sexo.

Sin embargo, Maggie ha atribuido fundamentalmente su decisión (también la de los responsables de la cadena y la producción) de hacer cuantas comprobaciones fueran necesarias para garantizar la seguridad en el set de rodaje a su integridad moral y profesional, así como al espíritu de una serie que precisamente aborda y denuncia el desprecio con el que muchas actrices porno eran tratadas durante las décadas de los 70 y 80.

"Como actriz y como persona, sentía que era mi obligación no ignorar este tema y hacer todo lo que estuviera en mi mano para aclarar las cosas. La serie narra además una historia que me parece importante contar, porque va sobre la misoginia, y quiero seguir contándola. Creo que no hubiera sido justo cancelarla, de hecho pienso que habría sido una consecuencia terrible a raíz de la naturaleza de esas acusaciones. Y, por supuesto, creo que tiene que haber consecuencias para aquellos que maltratan y acosan a las mujeres", ha explicado en la misma conversación.

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