Lily Allen vive con miedo por culpa de su acosador

Aunque fue condenado ella sigue sufriendo.

Lily Allen posa con gesto serio
Lily Allen posa con gesto serio / Ana M Wiggins / Splash News

En 2008 comenzó una etapa en la vida de Lily Allen, que más tarde ella misma definiría como su infierno personal, debido a un hombre llamado Alex Gray que estaba convencido de que había compuesto uno de los famosos temas de la cantante ('The Fear') y que, por tanto, ella le debía millones de libras en concepto de derechos de autor. Finalmente en 2016 fue declarado culpable de acoso y robo, pero solo después de perseguirla con cartas durante años y de que una noche acabara colándose en su casa cuando la cantante y sus dos hijas pequeñas se encontraban dentro.

Tras aquel incidente, Lily se mudó y comenzó a llevar una vida de ermitaña mientras volcaba la frustración, el miedo y la impotencia que le provocaban los acontecimientos que estaban sucediendo en su vida (incluido el final de su matrimonio con Sam Cooper) en su nuevo disco: 'No Shame'.

"No puedo recalcar lo mucho que me afectó. Después de que se colara en mi casa, me aislé por completo de mi grupo de conocidos y de mi familia. Estaba demasiado asustada para acudir a cualquier tipo de evento público porque cualquiera podía saber que estaba allí, es lógico. Y acababa de separarme de mi marido, así que estaba muy, muy sola; sola de verdad. Estaba aterrada. Me quedé en casa durante unos dos años y medio. Salía para ir al estudio de grabación y eso era todo", relata en una entrevista al periódico The Guardian.

A lo largo de esa etapa fue cuando grabó su disco y se consolidó su relación con Dan London, que se encontraba presente la noche que Alex Gray irrumpió gritando en la habitación de Lily y fue el encargado de reducirlo y expulsarlo a la calle.

"Solo he vuelto a salir de nuevo desde que he empezado la promoción de 'No Shame'", asegura la artista.

Pese a la estabilidad personal de la que disfruta a día de hoy con su novio y su esperado regreso a la escena musical, Lily Allen (que recibe periódicamente cartas oficiales informándole de que Alex Gray continúa encerrado) mira al futuro con inquietud, en concreto al día en que su acosador sea puesto en libertad.

"Llegará un momento en que ya no esté encerrado. Y a no ser que siga tomando su medicación, yo no estaré a salvo".

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