La extraña reacción de la hija de Kristen Bell ante la muerte de su abuelo

Cosas que pasan.

Kristen Bell, de las más elegantes de los SAG Awards 2018

La actriz fue la encargada de presentar los SAG Awards, antes de cambiarse de look para ello eligió este vestido rosa de J. Mendel con el que está guapísima. Kristen reconoció que era la primera mujer en presentar esta gala en las 24 ediciones que llevan estos premios.

/ Jordan Strauss

La actriz Kristen Bell tuvo que enfrentarse no hace mucho a la muerte de uno de sus familiares y, como madre, al dolor por esa pérdida se sumaba además la incertidumbre sobre cómo explicarle a sus hijas de cinco y seis años que no volverían a ver a esa persona.

Aunque le había dado muchas vueltas al asunto y estudiado todas las alternativas, lo que no se esperaba en absoluto era que una de las dos estuviera preparada para lidiar con esa noticia de una manera serena y centrándose en los aspectos más inesperados de la situación.

"Su abuelo, que ya nos ha dejado, estaba muriéndose y, cuando sabíamos que era cuestión de días, mi hija me preguntó si vendría con nosotros a Oregón en cuanto sucediera, y le dijimos que sí, y entonces me preguntó algo que no me esperaba: '¿Crees que debería llevarme mi pala? Porque tengo un set de jardinería'. Me quedé confundida y le pregunté por qué creía que iba a necesitar una pala y me respondió: 'Porque quiero ayudar a enterrarlo, por supuesto. ¿Y dónde vamos a hacerlo? ¿Al lado de la casa?'", ha desvelado Kristen a su paso por el programa 'Late Night with Seth Meyers'.

La famosa actriz es consciente de que la reacción de su pequeña ante el fallecimiento de un ser querido puede interpretarse de dos maneras: como una aceptación del 'ciclo sin fin' sobre el que cantaba 'El rey león', en el que los miembros más jóvenes de la comunidad despiden a los más ancianos, o como una señal temprana de que podría ser una sociópata.

Por otra parte, Kristen está convencida de que la actitud práctica de sus dos hijas ante la vida en general se debe a la promesa que su marido y ella se hicieron antes de convertirse en padres y según la cual se comprometieron a no mentir nunca a sus retoños, sin importar qué les preguntaran.

"Cuando tenía cinco años, mi hija nos preguntó si iba a morir algún día y recuerdo que fue como si se hubiera parado el tiempo", ha desvelado para poner un ejemplo de su filosofía educativa. "No sabíamos qué hacer porque hay muchas opciones: puedes inventarte una historia, puedes decirle que no lo sabes... así que le contestamos que sí, que iba a morir, y que además no teníamos ni idea de qué sucede cuando mueres, que a lo mejor simplemente te conviertes en flores. Se quedó callada un momento y luego dijo: 'De acuerdo', y ya está. Fue todo un alivio".

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