Todos los estudios que Alejandra Rubio ha empezado (y abandonado)

Alejandra Rubio, hija de Terelu Campos y nieta de la legendaria María Teresa Campos, siempre ha estado en el punto de mira mediático, no solo por su apellido, sino también por su personalidad única y sus decisiones de vida. A lo largo de los años, Alejandra ha demostrado ser una joven inquieta, en constante búsqueda de su lugar en el mundo, algo que se refleja claramente en su historial académico. Desde que terminó el instituto, Alejandra ha iniciado varios caminos educativos, aunque ninguno ha llegado a ser definitivo. ¿Qué ha pasado realmente? Aquí hacemos un repaso por los estudios que la influencer ha comenzado y abandonado.

Primero, la moda

El mundo de la moda fue el primer destino que Alejandra eligió para su carrera. Apasionada por las tendencias y el estilo, se matriculó en la universidad ESIC para estudiar Diseño de Moda. Sin embargo, poco tiempo después, decidió dejarlo. Aunque nunca explicó los motivos concretos, todo apunta a que la intensidad del curso y la necesidad de dedicar tiempo a su vida personal y profesional hicieron que esta etapa terminara antes de lo previsto.

Eso sí, su pasión por la moda sigue intacta, y aunque no terminó los estudios, Alejandra sigue siendo un referente de estilo para muchos de sus seguidores.

Comunicación audiovisual, un intento más

Tras su experiencia fallida en moda, Alejandra Rubio decidió probar suerte con otra de sus grandes pasiones: la televisión. Su conexión con los medios y el legado familiar la llevaron a estudiar Comunicación Audiovisual en la Universidad Complutense de Madrid. Parecía un paso lógico, especialmente considerando su carisma y sus múltiples apariciones en televisión.

Sin embargo, una vez más, las aulas no consiguieron retenerla. Según confesó en alguna ocasión, sentía que el ritmo de las clases y el tipo de enseñanza no encajaban con su forma de aprender ni con sus expectativas profesionales.

Dirección de arte y diseño gráfico: el cambio creativo

No dispuesta a rendirse, Alejandra probó suerte con algo más específico y visual: Dirección de Arte y Diseño Gráfico en la Escuela TAI. Este cambio de rumbo demostró su lado más creativo y su interés por plasmar ideas de forma artística. Durante un tiempo, la vimos volcada en esta formación, compartiendo incluso algún avance en redes sociales.

A pesar de su entusiasmo inicial, tampoco llegó a culminar este proyecto. Al igual que en sus estudios anteriores, Alejandra decidió que no era lo que realmente quería hacer con su vida.

El salto a Derecho: una decisión inesperada

Quizás uno de los giros más sorprendentes en su trayectoria académica fue su decisión de empezar a estudiar Derecho. Esta vez, según ella misma explicó, buscaba una formación más seria que le abriera puertas a nuevas oportunidades. La elección sorprendió a muchos, ya que parecía alejarse de sus intereses habituales en moda y creatividad.

Sin embargo, el intento de convertirse en abogada tampoco llegó a buen puerto. Apenas unos meses después, Alejandra abandonó esta carrera, demostrando que no siempre es fácil encontrar la verdadera vocación.

El legado mediático y su verdadero camino

Aunque Alejandra Rubio no ha conseguido encontrar un camino académico claro, sí ha sabido labrarse un nombre en el mundo de las redes sociales y la televisión. Su colaboración en programas y su éxito como influencer en plataformas como Instagram han demostrado que su verdadero talento está en conectar con el público.

Alejandra ha dejado claro en varias entrevistas que no descarta retomar sus estudios en algún momento, pero por ahora está centrada en su carrera como creadora de contenido y en seguir explorando nuevas oportunidades laborales.

La búsqueda continúa

Lo que está claro es que Alejandra Rubio no teme probar cosas nuevas y cambiar de rumbo cuando siente que algo no es para ella. Aunque haya dejado atrás varios caminos académicos, su inquietud y ganas de aprender siguen intactas.

Al final del día, lo importante es que Alejandra está en constante evolución, buscando su verdadera pasión y aprovechando cada experiencia, tanto dentro como fuera de las aulas, para crecer como persona y profesional.