David, ¡mi héroe!

Paul Long, un señor de 47 años, llevaba a sus niños al cole conduciendo su Nissan cuando éste... ¡puf! decidió dejar de andar. El lugar donde quedaron atrapados era excelente para liarla parda: en una glorieta, en Sawbridgeworth (Inglaterra).

Pues bien, la glorieta del demonio resultó estar cerca de la residencia de los Beckham. Algo muy relevante, pues mientras el pobre padre se consumía viéndose rodeado de coches, sin poder bajar del auto, y con los niños (esto nos lo imaginamos, nos gusta el drama), subiéndose por las pequeñas paredes del vehículo, alguien llegó en su ayuda, sorteando valientemente el tráfico. ¿Era un pájaro? ¿Un avión? ¡No! ¡Era David Beckham! «¿Eres David Beckham?», fue, de hecho, lo primero que preguntó Mr. Long ante tan surreal situación.

El caso es que el buenorrísimo futbolista-buen samaritano, que se encuentra de nuevo en Inglaterra cedido temporalmente al Tottenham Hotspur, usó su coche para sacarles del atolladero, y el tal Paul terminó diciendo «¡Gracias David! ¡Te quiero!», según confesó luegoen un programa de televisión. Un show, vaya.