Brooklyn (Masterchef) Beckham prueba suerte en los fogones

Brooklyn Beckham (22) ha contado con la ayuda de un ingrediente secreto en su último vídeo de cocina que ha compartido en su perfil de Instagram: su padre David Beckham (46), que le ha ayudado a terminar el plato como si de un juez de Masterchef se tratara.

El joven, que hasta ahora aspiraba a ser fotógrafo, recurrió a su padre para que le ayudara a cocinar un risotto de setas y compartió el proceso en sus redes sociales, tal y como viene haciendo habitualmente en su perfil desde hace unas semanas.

Y es que, al parecer, el hijo mayor de los Beckham ha decidido probar suerte en la cocina y explotar su talento culinario, y por eso no hace más que subir vídeos de recetas en las que demuestra sus aptitudes en los fogones. Sin embargo, cuando uno se apellida Beckham, tiene la suerte de que sus hobbies no se quedan ahí, y ya hay quien le ha echado el ojo para empezar a hacer negocio de esta afición.

De hecho, Brooklyn espera lanzar su propio programa de cocina en YouTube o Facebook, y ha firmado un acuerdo con el manager especializado en creadores de contenido digitales Kai Gayoso, para ayudarle con su nuevo reto profesional. ¿Qué fue antes el huevo o la gallina? Pues en este caso no se sabe, ya que aunque no lo hubiera mostrado en redes antes, los que lo conocen personalmente ya sabían de su interés por la cocina, y no sabemos si a raíz de estos vídeos le ha salido una nueva oportunidad profesional, o los está compartiendo para ir preparando a sus fans de lo que viene.

"Brooklyn tiene un verdadero talento en la cocina y los tutoriales que ha publicado en Instagram han recibido una gran respuesta", dijo una fuente a la columna Bizarre del periódico 'The Sun'. "Brooklyn se siente muy orgulloso de su cocina y Gordon Ramsay, que es un gran amigo de la familia, le ha dado algunos consejos útiles. Todo es increíblemente emocionante y Victoria y David están encantados".

Sin embargo, Brooklyn, que está comprometido con Nicola Peltz, perdió una oportunidad muy buena de perfeccionar sus habilidades culinarias cuando su padre invitó a dos de sus otros hijos, Romeo y Harper, a una clase magistral privada con el chef francés Raymond Blanc en Londres, a la que no pudo asistir.