Ashley Graham y sus cambios durante el embarazo

¿Cómo los ha afrontado?

Ashley Graham
Ashley Graham / Evan Agostini

Al igual que le ha venido ocurriendo a otras madres una vez metidas de lleno en sus embarazos, la modelo Ashley Graham tardó un poco más de lo que esperado en asimilar todos aquellos cambios físicos que empezó a experimentar tras confirmar que en su interior se gestaba una nueva vida, concretamente la del niño que le llevará a debutar próximamente en la maternidad junto a su marido Justin Ervin.

De hecho, la maniquí de 32 años ha reconocido ahora que las estrías, las curvas ligeramente más pronunciadas y otros signos derivados de esta transformación la tuvieron un poco deprimida a lo largo de esa etapa concreta de su gestación: todo ello hasta que se percató de que las sensaciones que le invadían no eran demasiado diferentes a la de otras futuras mamás y, además, de que les estaba dando demasiada importancia.

"Es muy interesante que digas esto, porque cuando me animé a compartir la foto con la que anuncié mi embarazo, pensé que dar la noticia me alegraría un poco el día", ha confesado la estadounidense en medio de su podcast y mientras entrevistaba a una madre de cuatro hijos que aseguraba estar intentando "sentirse bella de nuevo" pese a que su cuerpo había "cambiado para siempre".

"Pero no lo hizo y me sentí terrible por ello... Pero esa misma mañana me dije: 'Deja de quejarte, Ashley, hay muchas otras mujeres que están pasando por lo mismo que tú y es lo más normal del mundo'. Entonces pensé: '¿Por qué no iniciar una conversación enriquecedora con esas madres?'", ha añadido sobre la necesidad de hablar con franqueza de todas esas inseguridades físicas a fin de poder superarlas por completo.

Como consecuencia de este sano ejercicio de reflexión, Ashley Graham se siente a día de hoy mucho más segura de sí misma y, con independencia de las particularidades de su figura, sean de la naturaleza que sea, más a gusto que nunca en su propia piel, aunque también atribuye su nueva mentalidad al apoyo incondicional que le ha venido brindando su núcleo más cercano.

"Me sentía sola y aislada porque no quería hablar de esas preocupaciones. Sin embargo, gracias a estas conversaciones y a la ayuda que he recibido de los míos, ahora puedo decir que he entrado en un nuevo mundo de aceptación de mi propio cuerpo", ha manifestado.

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