La actriz Keke Palmer se quema los ojos con la nueva meditación mirando al sol

La actriz Keke Palmer ha contado las consecuencias de hacer 'sun gazing', la última moda en Hollywood, meditar mirando al sol.

Keke Palmer le habla del sol a Chris Evans
Keke Palmer le habla del sol a Chris Evans / GTRES

Si vas a hacer caso a alguien, que sea a la actriz Keke Palmer, que se acaba de quemar los ojos por seguir la nueva moda del 'sun gazing', que es, básicamente, meditar mirando fijamente al sol.

California se ha convertido en la meca de la industria wellness gracias en gran parte a las celebs que viven allí.

Gwyneth Paltrow, por ejemplo, ha construido un imperio millonario a base de recomendar productos y tratamientos a los que atribuye propiedades beneficiosas sin ninguna base científica en su portal Goop y, siguiendo ese estilo, Kourtney Kardashian ha creado también su propio portal, Poosh.

En el área de la meditación, una de las últimas prácticas de moda en Los Angeles y alrededores es el 'sun gazing', que consiste en mirar fijamente el sol durante el amanecer o el atardecer. Por supuestísimo, sin gafas.

Sus defensores conectan sus orígenes con el culto al sol de las civilizaciones antiguas y aseguran que la exposición al popularmente conocido como Lorenzo ayuda a recargar energía y mejora trastornos del sueño o de ansiedad.

Sin embargo, los profesionales de la salud alertan de que esta práctica es peligrosísima (como era de esperar) y puede causar daños permanentes: la actriz Keke Palmer es un buen ejemplo de ello.

La intérprete, que es una de las voces de 'Lightyear', la peli versión adultos con el famoso astronauta, le dio una oportunidad al 'sun gazing' durante un viaje al parque natural Joshua Tree para "creerse Gandhi", según ella misma, por unas horas.

"Para todos los que siempre están buscando una nueva forma de meditación: ni se te ocurra probar el sun gazing, cariño", ha recomendado a sus fans en una entrevista para la revista Wired: "Llevo gafas y últimamente llevo dos pares de gafas."

La experiencia le ha dejado las retinas dañadas y su astigmatismo no ha hecho más que empeorar desde entonces. Ahora ve doble y su oftalmólogo no puede garantizarle que las secuelas vayan a desaparecer: "Con suerte, no habré hecho demasiado para liarla. Rezad por mí," dice la actriz. Más claro, agua, y más protegida, sin mirar al sol y con gafas, clarito queda.

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