Violeta Mangriñán también quiere "proteger su biología" usando el truco de Marcos Llorente en su casa

Violeta Mangriñán parece haber comenzado a seguir algunos de los consejos de Marcos Llorente sobre su rutina. La valenciana ha vuelto a protagonizar una polémica a través de sus redes sociales, y lo ha hecho con unas gafas con cristales amarillos aun estando dentro de su casa. Algo que el futbolista del Atlético de Madrid recomienda para "proteger la biología" y evitar la fatiga o el cansancio, que a su parecer se produce si nos exponemos a la luz azul en interiores.

Además del futbolista, son muchos los que aseguran que llevar este tipo de lentes en entornos de baja luminosidad (como es su caso) puede aportar grandes beneficios en la salud ocular, ya que aumentan el contraste, reducen los reflejos y mejoran la claridad visual en ambientes o situaciones con iluminación artificial o poco brillo.

Eso sí, aunque usándolas esté protegida de los supuestos malos efectos que no llevarlas supone para nuestro cuerpo, la creadora de contenido no puede protegerse con estos cristales especiales de otros males: los insultos, amenazas y descalificaciones que le llegan a través de sus mensajes privados.

Los constantes insultos que recibe Violeta Mangriñán

Como bien sabemos, Violeta se ha convertido en una de las influencers españolas con mayor reconocimiento. Hoy en día cuenta con más de dos millones de seguidores en su cuenta de Instagram y son miles y miles los comentarios, likes o reacciones que recibe con cada cosa que comparte. Eso sí, no todo lo que recibe es bueno (aunque sí beneficioso económicamente), por lo que ha decidido exponer y denunciar públicamente algunos de los muchos insultos y faltas de respeto de las que recibe día a día.

"Llevo ocho años aguantando insultos y mensajes hirientes a diario. A veces más fuertes y otras menos, pero a diario. No falla", lamenta en un minicomunicado que ha utilizado para denunciar esta complicada situación a la que tiene que hacer frente. "Soy la primera que trata de tomárselo con humor y relativizar; incluso he tratado de usar el 'hate' en beneficio propio. Pero hay líneas que no se pueden cruzar y cosas que no se pueden tolerar", advierte.

Su miedo al futuro

"Desde hace una semana estoy leyendo barbaridades muy fuertes. Y si contestas, te dicen que eres una tía que busca polémicas. ¿Cuál es la solución? ¿Callar y aguantar?", reflexiona visiblemente enfadada tras lo ocurrido.

Eso sí, tiene claro que: "Qué suerte que mis hijas todavía sean pequeñas y no se enteren de nada ni puedan leer y ser conscientes de todas las barbaridades que dicen sobre mí. Yo no podría soportar que todas estas cosas se las dijesen a mi madre. Me volvería loca", lamenta con los ojos bien protegidos, una visión más limpia... y descansada.